Y no es necesario o imprescindible ser un profesional de los medios audiovisuales para realizar los videos.
Otra cuestión diferente es que se procure usar la iluminación adecuada para que salga bien cada video y que la calidad del sonido y de la imagen sea la mejor posible o que al menos sea agradable de ver por la nitidez y el contraste de las imágenes de los videos.
Y no me estoy refiriendo a los videos familiares o particulares que están en el ámbito de la privacidad, sino a los que se publican en Youtube y en otras redes sociales de modo público para lograr mayor visibilidad, darse más a conocer en todo el mundo y mostrar lo que se hace.
Desde grabaciones de artículos o textos leídos por el propio autor hasta la visualización de ponencias, lecciones, explicaciones, tutoriales o conferencias, eventos, publicaciones de libros y otras cuestiones que sean de interés para cada creador cultural y para sus seguidores y público en general.
Todo son ventajas, a mi juicio, con la acción de grabar videos, ya que los contenidos pueden ser difundidos a través de muchas redes sociales y por tanto, son visualizables en cualquier parte del mundo.
Y está comprobado que el consumo de videos está aumentando de forma increíble en la actualidad. Las personas ven cada vez más videos a través de sus móviles y de las tabletas y ordenadores. Esto es una realidad innegable y abre un campo de posibilidades inmenso.
Y está claro que el efecto bola de nieve y la fuerza bruta garantizan el éxito con la constancia y perseverancia en la elaboración y grabación de los videos y con su consiguiente publicación de modo frecuente.
Si una persona, por ejemplo un creador de contenidos culturales graba un video y obtiene 400 visualizaciones contando varias redes sociales esto parece insignificante, pero no lo es, porque si graba y publica en tres años 2.500 videos, con este promedio de visitas a su producción audiovisual alcanzará o superará un millón de visualizaciones de sus videos al cabo de 36 meses, etcétera. Y si esa misma persona publica 5.000 videos y los comparte en las redes sociales superará los dos millones de visualizaciones.
En cualquier caso, independientemente de la cantidad de visitas a los videos y de la duración de las mismas, lo que es evidente es que lo que se publica en Internet permanece para siempre y podrá ser visto y escuchado también por las generaciones venideras y esto no es algo sin importancia, todo lo contrario.
No es extraño que mucha gente al hacer turismo quiera grabar con sus cámaras o móviles lo que están conociendo o una parte de ello. Serán recuerdos permanentes, porque están grabados para siempre. Y gracias a esto se supera, en parte, la curva de olvido de la memoria humana.
Los sistemas de grabación de video y audio han cambiado las formas de vida y nos han dado nuevos modos de mantener la memoria y también de crear arte y cultura. Sin quitar importancia a la expresión escrita que es clave en la civilización occidental.Lo escrito y lo visual son modos de expresión y de comunicación complementarios y no excluyentes y pueden, por tanto, aparecer combinados en un mismo contenido cultural.
Vivimos en una cultura visual que cada vez lo es en mayor medida, según se desprende de las investigaciones que se realizan al respecto. Reivindico el extraordinario valor de lo escrito y de la lectura, ya que nos hacen más inteligentes y proporcionan conocimiento y disfrute, pero esto también es compatible con una adecuada participación de contenidos audiovisuales de calidad en los medios de comunicación y también con la libre creación de escritores, pintores o artistas en general.
Y la grabación de videos es una tarea sencilla y divertida. Aunque es preciso calcular el nivel de luz o de luminosidad óptimo o que se acerque a él y también es aconsejable analizar la calidad y la potencia del sonido grabado. Unido a esto se debe editar en Youtube con la descripción adecuada y las etiquetas cada video que se publica. Y luego se puede compartir en las redes sociales.
Facebook y Twitter son las redes en las que se obtienen extraordinarios resultados de visualizaciones, si se hacen bien las cosas. En Facebook los videos nativos son la estrella, porque se abren automáticamente.
Atravesamos tiempos extraños. El progreso tecnológico avanza a un ritmo vertiginoso, pero el alma del mundo parece agotada. Se habla de inteligencia artificial, de exploración espacial, de nuevas formas de energía, pero cada día mueren miles de personas por causas evitables, y la Tierra, nuestro único hogar, está al borde del colapso. En medio de esta contradicción brutal, muchos nos hacemos la misma pregunta, ¿qué futuro les dejamos a nuestros hijos?
A lo largo de mi infancia viví en una calle malagueña con ciertas pretensiones de vía principal. Por la parte de atrás, lindaba con la zona más típica del Perchel repleta de corralones. El lenguaje que provenía de sus dimes y diretes habituales era de lo más “florido y versallesco”.
Tenemos que hablar. Cuando uno crece en familia, la charla sobre sexo es uno de esos rituales de paso por el que se ha de transitar, primero como hijos y, después, cuando se madura y se avanza hacia el otro lado del espejo, como padres, actualizando la fórmula y haciéndola más llevadera. Siempre es un momento incómodo, pero esencial para mostrar la realidad a la que se enfrentan durante la adolescencia y, en consecuencia, el resto de su vida.