Sobre la piedad eucarística trata la Iglesia durante todo el año: es más, se conoce el dicho “la Iglesia vive de la Eucaristía”. Con motivo de la fiesta del Corpus, es precisamente en junio cuando se intensifica la devoción eucarística: o sea, la devoción a Cristo vivo y presente bajo las especies sacramentales de pan y de vino. A eso se agrega la previsible pronta canonización del muchacho Carlos Acutis, el llamado "ciberapóstol" o "influencer de Dios", un adolescente enamorado de la Eucaristía y gran difusor, entre sus amigos y por vía digital, de esta devoción sublime. En su web, recopiló una serie de milagros eucarísticos, que, aunque innecesarios para los que tienen fe cierta y profunda, su conocimiento aprovecha a todos, máxime en esta época en que el materialismo ha conquistado a tantos que viven como si Dios no existiera. Me parece estúpida la reacción de un teólogo italiano modernista que llaman Grillo, que critica a este muchacho santo. Dice que Acutis ha recibido “mala educación eucarística” ( le ha replicado Monseñor Munilla). Se equivocan quienes sólo leen textos con elucubraciones de estudiosos ajenos a la realidad de la Fe y sin devoción.
Vivimos en un mundo de contrastes: mientras que para muchos lo que importa es el dinero hasta el punto de embrutecerles e incluso llevarles al abismo de la corrupción, otros contemplan los valores espirituales, la importancia de una vida virtuosa y de la Fe que da sentido a la existencia, esperanza y paz al corazón.
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