En cualquier evento, tanto como si es premeditado como si no, el azar tiene una gran importancia. En cualquier momento puede aparecer el amor en nuestra vida, la posibilidad de que nos toque la lotería o acertemos una apuesta jugada con el código bonus bet365. Por el contrario, el azar también puede estar en nuestra contra, teniendo un accidente provocado por otra persona, perdiendo las llaves, el coche, las tarjetas de crédito, .. con las molestias que todo ello conlleva.

El azar es un concepto que ha sido estudiado por grandes eminencias. La definición más acertada es la de un determinado evento en el que no interviene la causalidad; es decir, que los hechos se pueden producir sin que necesariamente exista una explicación.

Todos estamos sujetos a los caprichos del azar, y no lo podemos controlar. Por mucho que lo pensemos, en cualquier momento nos podemos ver metidos en una situación inesperada.

Imaginemos que la vida es un gran tablero y que tiramos los datos. No importa si hemos desarrollado una buena técnica para tirarlos, ya que el resultado siempre va a ser aleatorio.

El azar afecta a cualquier campo: desde a la biología, a la física, química, incluso hasta a las matemáticas.

¿Es posible controlar el azar? No, pero podemos estudiar a fondo este concepto para conocer un poco más sobre el mismo y así poder inclinar la balanza a nuestro favor, por lo menos en cierta medida.

¿Qué es el azar y cómo podemos intentar controlarlo?

El propio concepto de azar viene del término antiguo az-zahr y se puede traducir como “casualidad, caso fortuito” o “desgracia imprevista”. El concepto de azar moral también resulta interesante de estudiar: se define como la posibilidad de que un sujeto físico o entidad decida seguir una conducta arriesgada una vez que haya hecho un seguro frente alguna contingencia.

¿Pero hay alguna forma de controlarlo? Conociendo mejor la situación a la que nos vamos a enfrentar, y sopesando todas las posibilidades, será más complicado que algo nos sorprenda.

Esta práctica es muy habitual en el ámbito empresarial, cuando se intenta cerrar un trato. Las dos partes de la negociación estudian todo lo relacionado con el trato (que incluye desde la hora y el día de la reunión, el entorno, lo que están dispuestos a ceder y lo que no, etc). Es decir, que no se deja nada al azar, aunque siempre hay que dejar un cierto margen de actuación por si las cosas no salen cómo deberían.

También es importante no centrar toda nuestra vida en controlar el azar y aprender actuar ante la incertidumbre: si somos capaces de enfrentarnos a todos los obstáculos que se nos presentan, incluso aunque ocurran de un momento a otro, no tendremos que preocuparnos de todo lo que la vida nos va a enviar.