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Se podrá ocultar la verdad a algunas personas durante algún tiempo, pero no siempre y a todos

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (VIII)

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Falsificar la historia es dificilísimo. Siempre sale algún Suetonio que canta. Y en la era de Internet, en la aldea global, canta demasiada gente, cantamos todos.


Empezamos ayer a hablar de la página web OpusLibros.


Hoy día, es una página muy visitada, seguramente más que la propia página web de la prelatura. Hay en ella una cantidad ingente de material que los directores del Opus Dei ocultan.


Están escaneados en dicha página hasta cuatrocientos libros silenciados en los que se cuentan cosas que podrían parecer inverosímiles a aquellos miembros del Opus Dei acríticos que se tragan a la primera todo lo que les cuentan en la prelatura. Dichas publicaciones están hechas desde el rigor y la seriedad, con hechos probados. Recogen libros editados en todos los idiomas más hablados, y editados desde bastantes países.


También tiene una sección en permanente actualización titulada "Correspondencia", en la que todo aquel que lo desee, puede contar sus experiencias con el Opus Dei. Por supuesto, no está permitido injuriar a nadie, ni siquiera desde el anonimato.


En esta sección suelen escribir muchos ex miembros del Opus Dei, y también miembros actuales, siempre bajo seudónimo, lo que da a entender que es una página cada vez más visitada por gente de la institución: No se pueden poner puertas al campo en la era de Internet. En el mundo en que vivimos, se impone la transparencia. Sí o sí.


Se podrá ocultar la verdad a algunas personas durante algún tiempo, pero no siempre y a todos. Falsificar la historia es dificilísimo. Siempre sale algún Suetonio que canta. Y en la era de Internet, en la aldea global, canta demasiada gente, cantamos todos.


La gente que publica en OpusLibros es muy variada. La mayoría tienen en común haber pertenecido al Opus Dei. En algunos casos se observa que son gente herida o que está curando las heridas interiores que les dejó la pertenencia a esta secta.


En otros casos se trata de gente que tiene curadas dichas heridas desde hace tiempo, pero que no quiere dejar de denunciar de alguna manera el daño que les hizo su pertenencia al Opus Dei, si eso puede ayudar a otros.


Generalmente se observa que la mayoría de quienes escriben son muy buenos cristianos, que han penetrado a fondo en el mensaje central de Jesucristo, esto es, la Caridad, y precisamente eso es lo que han echado en falta en el Opus Dei.


Efectivamente, si tuviéramos que señalar un elemento común en todos los colaboradores de OpusLibros, yo diría que este es la denuncia acerca de la falta de caridad que se da en el Opus Dei, manifestada en dos puntos: Primero: Que en el Opus Dei se ha caído en un voluntarismo, dando mayor importancia a las normas de piedad y a los reglamentos, instrucciones y criterios que a la caridad. Segundo: Que en el Opus Dei, claramente se sitúa la institución por encima de la persona, idolatrando a la institución, a su fundador y al prelado, y anulando la conciencia individual, la libertad y la dignidad de cada miembro.


Todo esto lo podríamos sintetizar, empleando las palabras del apóstol san Juan a la Iglesia de Éfeso, recogidas en el Apocalípsis, en las que le echaba en cara "haber perdido la primera caridad".


Como he dicho páginas atrás, desde OpusLibros se empezaron a publicar "documentos internos" del Opus Dei de carácter normativo, lo que quiere decir que desde esa página estaban en contacto con "topos" que filtraban dichos documentos desde el interior del Opus Dei. Desde los tiempos de Homero, no hay nada peor para una organización que tener dentro un caballo de Troya.


El efecto de la publicación de estos documentos en Internet era que quedaba patente que desde la dirección del Opus Dei se estaba manipulando, controlando y engañando a los miembros.


Debió ser grande la tensión interna por aquellos años, lo cual se juntó con otro asunto no menos grave.


Me refiero al caso de Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo. Pero ese tema empezaré a tratarlo mañana, para no hacer hoy la lectura demasiado larga.

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (VIII)

Se podrá ocultar la verdad a algunas personas durante algún tiempo, pero no siempre y a todos
Antonio Moya Somolinos
jueves, 14 de junio de 2018, 07:19 h (CET)

Falsificar la historia es dificilísimo. Siempre sale algún Suetonio que canta. Y en la era de Internet, en la aldea global, canta demasiada gente, cantamos todos.


Empezamos ayer a hablar de la página web OpusLibros.


Hoy día, es una página muy visitada, seguramente más que la propia página web de la prelatura. Hay en ella una cantidad ingente de material que los directores del Opus Dei ocultan.


Están escaneados en dicha página hasta cuatrocientos libros silenciados en los que se cuentan cosas que podrían parecer inverosímiles a aquellos miembros del Opus Dei acríticos que se tragan a la primera todo lo que les cuentan en la prelatura. Dichas publicaciones están hechas desde el rigor y la seriedad, con hechos probados. Recogen libros editados en todos los idiomas más hablados, y editados desde bastantes países.


También tiene una sección en permanente actualización titulada "Correspondencia", en la que todo aquel que lo desee, puede contar sus experiencias con el Opus Dei. Por supuesto, no está permitido injuriar a nadie, ni siquiera desde el anonimato.


En esta sección suelen escribir muchos ex miembros del Opus Dei, y también miembros actuales, siempre bajo seudónimo, lo que da a entender que es una página cada vez más visitada por gente de la institución: No se pueden poner puertas al campo en la era de Internet. En el mundo en que vivimos, se impone la transparencia. Sí o sí.


Se podrá ocultar la verdad a algunas personas durante algún tiempo, pero no siempre y a todos. Falsificar la historia es dificilísimo. Siempre sale algún Suetonio que canta. Y en la era de Internet, en la aldea global, canta demasiada gente, cantamos todos.


La gente que publica en OpusLibros es muy variada. La mayoría tienen en común haber pertenecido al Opus Dei. En algunos casos se observa que son gente herida o que está curando las heridas interiores que les dejó la pertenencia a esta secta.


En otros casos se trata de gente que tiene curadas dichas heridas desde hace tiempo, pero que no quiere dejar de denunciar de alguna manera el daño que les hizo su pertenencia al Opus Dei, si eso puede ayudar a otros.


Generalmente se observa que la mayoría de quienes escriben son muy buenos cristianos, que han penetrado a fondo en el mensaje central de Jesucristo, esto es, la Caridad, y precisamente eso es lo que han echado en falta en el Opus Dei.


Efectivamente, si tuviéramos que señalar un elemento común en todos los colaboradores de OpusLibros, yo diría que este es la denuncia acerca de la falta de caridad que se da en el Opus Dei, manifestada en dos puntos: Primero: Que en el Opus Dei se ha caído en un voluntarismo, dando mayor importancia a las normas de piedad y a los reglamentos, instrucciones y criterios que a la caridad. Segundo: Que en el Opus Dei, claramente se sitúa la institución por encima de la persona, idolatrando a la institución, a su fundador y al prelado, y anulando la conciencia individual, la libertad y la dignidad de cada miembro.


Todo esto lo podríamos sintetizar, empleando las palabras del apóstol san Juan a la Iglesia de Éfeso, recogidas en el Apocalípsis, en las que le echaba en cara "haber perdido la primera caridad".


Como he dicho páginas atrás, desde OpusLibros se empezaron a publicar "documentos internos" del Opus Dei de carácter normativo, lo que quiere decir que desde esa página estaban en contacto con "topos" que filtraban dichos documentos desde el interior del Opus Dei. Desde los tiempos de Homero, no hay nada peor para una organización que tener dentro un caballo de Troya.


El efecto de la publicación de estos documentos en Internet era que quedaba patente que desde la dirección del Opus Dei se estaba manipulando, controlando y engañando a los miembros.


Debió ser grande la tensión interna por aquellos años, lo cual se juntó con otro asunto no menos grave.


Me refiero al caso de Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo. Pero ese tema empezaré a tratarlo mañana, para no hacer hoy la lectura demasiado larga.

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