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Dudo mucho que Broseta pudiera considerarse enemigo de nadie, y menos de E.T.A.

Descansemos en paz

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Hermanos: Esta semana he recordado a una de las victimas valencianas de E.T.A.: el profesor de Derecho Mercantil de la Universidad de Valencia, D. Manuel Broseta.


Y es que fue profesor mío allá por el año 1986 cuando yo tenía 22 años y llegaba a la ciudad de Valencia procedente del embrionario CUC (Colegio Universitario de Castellón). Vaya por delante que fue profesor mío y de miles de estudiantes valencianos, por lo tanto, no creo que yo le dejara la más mínima huella. Pero él en mi sí. Estuve en su despacho un par de veces haciendo exámenes y estuvimos cara a cara. No es lo mismo hacer un examen escrito, que es casi anónimo, que estar hablando con el profesor. Los nervios inevitables están a flor de piel.


Vaya por delante que yo, por aquellas fechas, le iba haciendo la caricatura a cada uno de mis profesores con el objetivo de hacerme una orla con todas sus caras. Pues bien, Broseta tenía en su despacho una caricatura. Eso es un buen ejercicio para demostrar la capacidad que tenemos de reírnos de nosotros mismos. Y yo pensé: “este no puede ser un mal tipo”. A partir de ahí, el examen fue mejor. Las ideas fluyeron y me di cuenta de que realmente era un buen personaje. Con sentido del humor y sin prisas para atender a los alumnos.


El 15 de enero de 1992 E.T.A asesinó al profesor. Yo ya era abogado y tenía su caricatura hecha por mí en una orla con todos mis profesores de la carrera. Un sinsentido (lo del asesinato) que te hace pensar que aquello no fue un “conflicto”. Dudo mucho que Broseta pudiera considerarse enemigo de nadie, y menos de E.T.A. Descansemos todos en paz. Amen.

Descansemos en paz

Dudo mucho que Broseta pudiera considerarse enemigo de nadie, y menos de E.T.A.
ZEN
martes, 8 de mayo de 2018, 06:53 h (CET)

Hermanos: Esta semana he recordado a una de las victimas valencianas de E.T.A.: el profesor de Derecho Mercantil de la Universidad de Valencia, D. Manuel Broseta.


Y es que fue profesor mío allá por el año 1986 cuando yo tenía 22 años y llegaba a la ciudad de Valencia procedente del embrionario CUC (Colegio Universitario de Castellón). Vaya por delante que fue profesor mío y de miles de estudiantes valencianos, por lo tanto, no creo que yo le dejara la más mínima huella. Pero él en mi sí. Estuve en su despacho un par de veces haciendo exámenes y estuvimos cara a cara. No es lo mismo hacer un examen escrito, que es casi anónimo, que estar hablando con el profesor. Los nervios inevitables están a flor de piel.


Vaya por delante que yo, por aquellas fechas, le iba haciendo la caricatura a cada uno de mis profesores con el objetivo de hacerme una orla con todas sus caras. Pues bien, Broseta tenía en su despacho una caricatura. Eso es un buen ejercicio para demostrar la capacidad que tenemos de reírnos de nosotros mismos. Y yo pensé: “este no puede ser un mal tipo”. A partir de ahí, el examen fue mejor. Las ideas fluyeron y me di cuenta de que realmente era un buen personaje. Con sentido del humor y sin prisas para atender a los alumnos.


El 15 de enero de 1992 E.T.A asesinó al profesor. Yo ya era abogado y tenía su caricatura hecha por mí en una orla con todos mis profesores de la carrera. Un sinsentido (lo del asesinato) que te hace pensar que aquello no fue un “conflicto”. Dudo mucho que Broseta pudiera considerarse enemigo de nadie, y menos de E.T.A. Descansemos todos en paz. Amen.

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