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Está visto que la unidad y la unión es el gran recurso para construir la concordia, de la que estamos tan necesitados. El auténtico diálogo entre culturas diversas, no siempre fermentado en la verdad, consta de la mejor táctica de certeza hacia el camino de la paz. No lo olvidemos y hagámoslo presencia cada amanecer.
En la presente coyuntura, con tantas crisis a nuestras espaldas, se requieren gestos tangibles que reconsideren el movimiento cooperativo y de colaboración, como instrumento fundamental de mejora social. Se me ocurre pensar en el modelo de afiliación abierta de las cooperativas, centrado en las personas, no en el capital, que distribuyen la riqueza de una manera equitativa.
En una sociedad que busca a toda costa el beneficio personal, el éxito continuo, la riqueza sobre todo lo demás o el goce desenfrenado; los individuos acostumbran a encerrarse en su egoísmo y no ver más allá del interés que les mueve. Suelen, además, perder la familiaridad en sí mismos y acaban no respetándose. Esto es grave, porque podemos tener consideración por alguien, pero si nos transmiten sus huellas intranquilidad, el propio afecto también se hunde.
El amanecer próximo pasa por asistirnos unos a otros. La última enseñanza la podemos sustraer de la pandemia, que nos ha mostrado que solo unidos podremos cruzar horizontes y aclarar noches tenebrosas. Por tanto, es fundamental no arruinarnos el futuro, desperdiciando el presente, con contiendas inútiles que nos disgregan.
Nosotros, los humanos, tenemos que aprender a complementar nuestras diferencias en un “nosotros” cada vez más cohesionado. Quitemos, luego, los muros que nos separan. Trabajemos el corazón. Pongamos espíritu conciliador en todas las tareas diarias. Reencontrémonos humanamente. Sintamos ese vínculo de caminantes al unísono. Apoyémonos recíprocamente.
Vivimos en la apariencia del cuerpo, mientras el escenario del alma camina en la tristeza muchas veces. Necesitamos modificar rastros dejados y, por sí mismo, el rostro de una gran sonrisa modificará nuestros comportamientos. Lo importante es dejarse sorprender por el hechizo de la ternura en el corazón y, tras de sí, llegará el añorado cambio.
Hace unos cuantos años que la comunidad internacional se vuelca con el quehacer de los progenitores. Personalmente, lo considero muy justo, para poder cambiar de aires y humanizarnos, comenzando por reconocer la labor de los ascendientes alrededor del mundo. La realidad nos indica que los niños han de crecer en una atmósfera mucho más familiar, comprensiva, generosa y de donación total.
Puede que sean las coordenadas del norte y del sur. ¿Por qué el sur de cada pueblo, ciudad, país o territorio siempre es más pobre, más humilde, más olvidado? ¿Por qué el norte de cada ciudad, país o territorio es más fértil, más cuidado, más distinguido y lujoso?
En las calles de Colombia son miles de voces las que se están manifestando en contra de las medidas adoptadas por su gobierno, y contra su gobierno en sí. A pesar de la diversidad se han asumido como una sola voz. Esa, en su conjunto es una voz fuerte, enérgica, vital.
Estamos obligados a cuidar la red de la vida, a fomentar espíritus autónomos en un ecosistema diverso, poblado de gentes singulares, globalmente vitales y necesarias. Tanto es así, que ese manto natural de recursos biológicos, forma parte de nuestra propia existencia; dándonos aliento, ofreciéndonos refugio y energía en suma.
Las imágenes que pudimos presenciar ayer en directo a través de las diversas televisiones eran impactantes. Despertaron en mí un sentimiento de horror, preocupación y, finalmente, indignación ante la barbarie, la manipulación y la indiferencia de aquellos que propiciaron el asalto a la ciudad de Ceuta por miles de personas que son engañadas por todos.
La avalancha de “días de” que se suceden a lo largo del año, nos impide prestar atención a la importancia de muchos de ellos. No se crea la misma expectativa sobre la conmemoración del día internacional del atún –al que corresponde el 2 de mayo-, que la del día del Padre –que se celebra el 19 de marzo-.
Nos espera un trabajo duro ante la necesidad de una renovación permanente. Tenemos anhelo de quietud. Hay que pasar página de todas las inútiles batallas, activar otros sentimientos más conciliadores, enhebrar misiones más armónicas y hacerlo en familia. Estamos aquí para reencontrarnos y dar vida, contribuyendo de este modo a la perpetuidad del linaje y a proveer un futuro más sosegado.
El 15 de mayo se celebra el día internacional de la Familia, un marco en el que la Fundación Adecco presenta el informe Discapacidad y Familia. Se trata de la décima edición, que este año ve la luz en un momento de especial complejidad, aún marcado por la pandemia.
Ponerse a prueba a uno mismo en condiciones adversas con la única finalidad de ayudar a los demás y aprender de las dificultades. Abróchense los cinturones, bienvenidos a UNIRAID, el rally solidario donde no importa la meta, sino el trayecto.
El pasado lunes pudimos ver en la 1ª de televisión, dentro del programa Master Chef, parte de las actividades del banco de alimentos de Madrid. A lo largo del mismo, mientras se preparaba y servía el menú a beneficiarios y voluntarios, se fueron explicando los diversos procesos seguidos por los bancos de alimentos a fin de atender a las entidades y familias con dificultades económicas.
Se ha perdido en la noche de los tiempos, (ya han pasado más de cincuenta años), el día en que mi prójima-próxima y un servidor de ustedes, hicimos profesión de nuestro amor mutuo mediante la lectura de un párrafo del ritual que se sigue en las bodas de la Iglesia Católica.
Tuve la idea de formular algunas preguntas, de conocer mejor al campeón de fútbol venezolano de origen italiano Angelo Felice Morelli, pensando en dar la posibilidad de que pudieran surgir personas talentosas, que partiendo de orígenes humildes, dieron el máximo, de sí mismo convirtiéndose en “estrellas de este universo”, dando prestigio al país de origen y al país que lo engendró y la oportunidad de ser una personalidad importante ejemplar para ser elegido como punto de referencia para las nuevas generaciones.
No es fácil sentirse libre dentro de este mundo de prisiones, donde uno a veces se denigra por sí mismo, no respetándose, y poniendo más pasión en las dominaciones económicas, que en los valores de la conciencia y en el esfuerzo mancomunado para erradicar la esclavitud de nuestro planeta. Echar por tierra nuestra propia autonomía nos deja sin esencia.
Siempre se ha dicho que el mundo nace en nosotros, y que dentro de sí, es donde toma vida. Por eso, es importante cuidarnos y, también, hacerlo con el entorno que nos rodea; puesto que, todos formamos parte de ese hábitat común, con enormes desafíos por delante. En cualquier caso, las perspectivas mundiales continúan siendo muy inciertas, puesto que aún queda mucho por forjar para superar la pandemia y evitar un aumento persistente de la desigualdad.
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