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Una de las actitudes negativas más letales presentes en las relaciones interpersonales es la envidia. Genera caos, diversos problemas y fracasos para muchas víctimas. Muchas relaciones se pierden debido a la competitividad tóxica entre las parejas, y la base de todo reside precisamente en la actitud envidiosa de una de las partes.
¿Te atrajo lo que viste o lo que no viste? Los humanos no se conocen por casualidad; la mayoría de las veces, creen que algo especial generó atracción y afinidad. Sin embargo, no tienen idea de que pudieron haber sido atraídos por dolores y necesidades inconscientes, silenciosas u ocultas.
Hablamos constantemente sobre la importancia de saber expresarnos, de convencer, de impactar con nuestras palabras. Nos enseñan a seducir con el discurso, a dominar el arte de hablar en público, a argumentar con lógica y claridad. Pero casi nunca se nos habla de algo igual —o quizás aún más— importante: saber escuchar.
Dicen que el ser humano es un animal de preguntas, una de ellas es con cuántas personas hablas en la vida, cuántas personas conoces en la vida, con cuántas te cruzas en la vida… Puede que este conjunto de preguntas o cuestiones, no tenga importancia. Pero siempre que se indica, un fenómeno equis, sea el que sea, primero catalóguelo, dele posteriormente una cuantificación y, empezarán a surgir datos y, por tanto, conceptos.
Remodelar las normas sociales y activar un movimiento a favor de la conexión social, es tan necesario como preciso, en un momento en que el aislamiento social nos deteriora por completo, con graves riesgos para la salud. Tanto es así, que un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que la soledad está relacionada con un centenar de muertes cada hora; cuestión que debe hacernos repensar en la manera que tenemos de interactuar entre sí.
Es difícil conservar las relaciones de amistad que iniciamos al principio de nuestra juventud porque los pilares que hicieron que eso se creara van modificándose con el tiempo o directamente, se derrumban por completo. A veces, porque aparecen nuevas personas que nos generan más interés y puntos en común, y otras porque por ley de vida, todo se puede distanciar.
A lo largo de nuestra vida conoceremos a muchas personas sobre las que, según la idea que nos hagamos, decidiremos profundizar más o menos, es decir, según la concepción que tengamos, haremos el esfuerzo o tendremos la necesidad de indagar más en entablar algún tipo de relación.
Creemos que en un siglo o dos ha cambiado la tecnología y multitud de conceptos, pero han cambiado tanto o más las costumbres y los hábitos y los usos y todo o casi todo… Citaré un párrafo del escritor y periodista, creo que trágico y con tragedia, Alejandro Sawa Martínez (1862-1909), titulado: Rápidas, publicado en Alma Española, el 6 de marzo de 1904.
Cuando formamos parte de una sociedad también lo hacemos con los grupos que más afines son a nosotros porque compartimos aficiones o gustos. Nos sentimos plenos con ellos y nos aportan algo que otros no pueden darnos. Pero sin querer nos empezamos a comparar con aquellos que tenemos más cercanos, ¿Por qué esa tendencia a querer aquello que no tenemos? ¿Por qué deseamos lo que otros tienen?
Imagina que alguien dedicara su vida entera a observar miles de vidas desde la juventud hasta la vejez. Que pasara décadas recogiendo datos, escuchando historias, siguiendo familias enteras a lo largo del tiempo para descubrir una sola cosa: ¿qué es lo que realmente nos hace felices?
Es bastante habitual que las personas discutamos entre nosotras, que existan los malentendidos o que, sencillamente, haya veces en que uno esté más predispuesto a acabar con un desacuerdo de opiniones por el estado anímico o las emociones que ha ido sintiendo a lo largo del día.
El actual momento que vivimos nos interroga continuamente para tomar otro rumbo, ya no sólo en cuanto a las modalidades de producción y consumo insostenibles, sino también en relación a un compromiso mundial y solidario, que ponga en el centro la dignidad humana y el bien colectivo.
Todo en esta vida se supedita a vincularse y a relacionarse. Además, somos gente en exploración continua, lo que nos demanda a estimular la responsabilidad en las acciones. La innata disposición del humano ser a desplazarse, se ha visto impulsada por su papel en el desarrollo económico, pero también desempeña un rol fundamental en el fomento de la concordia.
Cada una de las personas que conocemos tiene su vida, sus circunstancias y le afectan en mayor o menor medida las cosas que le van sucediendo. Aparecerán personas que nos cuenten verdaderos dramas que están pasando y que nos resulten, realmente tragedias, pero también otros, que se hundan en un vaso de agua y no nos parezca para tanto.
En un pequeño barrio, Ana y su vecino Carlos se encontraban siempre en desacuerdo. El motivo, aunque trivial, era el ruido que Carlos hacía cada mañana al sacar su motocicleta. Ana, molesta, comenzó a evitar saludarlo y a comentar con otros vecinos lo molesto que le resultaba. Carlos, al enterarse, asumió que Ana simplemente le tenía manía. Las cosas escalaron rápidamente: Carlos se volvió más ruidoso y Ana más agresiva con sus quejas.
En la vida nos van sucediendo muchísimas cosas, algunas de las cuales podremos superar solos y otras, por el contrario, necesitaremos la ayuda de los más cercanos. No se trata de que seamos más débiles sino que, según las circunstancias, a veces, necesitamos cierto apoyo para superar determinadas cuestiones.
La mayoría de los seres humanos se han encontrado con algún tipo de conflicto en sus relaciones, y lo que das no siempre es lo que la otra persona está dispuesta a devolver por igual. Realmente cada uno da lo que tiene. ¿Qué significa esta expresión? Sencillo, si estás feliz, traes alegría, si estás triste, traes tristeza. ¿Puedes identificarte dentro de esta realidad?
En un pequeño barrio, Ana y su vecino Carlos se encontraban siempre en desacuerdo. El motivo, aunque trivial, era el ruido que Carlos hacía cada mañana al sacar su motocicleta. Ana, molesta, comenzó a evitar saludarlo y a comentar con otros vecinos lo molesto que le resultaba. Carlos, al enterarse, asumió que Ana simplemente le tenía manía. Las cosas escalaron rápidamente: Carlos se volvió más ruidoso y Ana más agresiva con sus quejas.
La comunicación ha pasado de ser mediante conversaciones a ser a través de mensajes, de blogs, de redes sociales, de postureo... No es infrecuente encontrar todo un tren lleno de personas consultando o escribiendo en su móvil, como tampoco es infrecuente encontrar a parejas de enamorados cenando, o grupos de amigos en una terraza, o unos cuantos jóvenes, todos ellos, consultando o escribiendo en su teléfono móvil.
La evolución de la moralidad sexual en las últimas décadas muestra un recorrido complejo, desde el impulso libertario del amor libre en los años 60 hasta el actual moralismo que busca reivindicar derechos en un sistema que permanece lleno de contradicciones.
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