Creaciones
Los viejos bancos de la plaza
La plaza estaba prácticamente desierta. A esa hora, con los niños entrando en el colegio y los adultos agolpados en la puerta de éste y rumoreando sobre los ausentes, nadie estaba lo suficientemente ocioso para sentarse en alguno de los bancos de madera carcomida que necesitaban un cepillado y dos manos de barniz.
La muerte
La mirada se fue apagando lentamente.
El próximo tren
Eran dos perfectos desconocidos. Estaban solos, en aquella estación de tren perdida en mitad de la llanura rural. Sin equipaje, ninguno de los dos llevaba nada más que lo puesto. No hablaban, como ya hemos dicho no se conocían en absoluto, nunca antes se habían visto.
El olvido
En el subconsciente tengo un jardín de rosas apagadas.
Melancolía
La proximidad del otoño
tiene el olor de la hiedra seca
que asesinó el feroz estío.
Camino descalza
Camino descalza,
por estos senderos de mi alma,
camino descalza,
por estas apartadas orillas.
La aldea
La aldea,
de esos almas que nos unen,
de esos corazones que discuten.
La masía
Paseo entre viñedos en los que puntillea su tesoro púrpura...
El camino
El camino,
hacía tu corazón,
el camino,
hacía tu razón, se rompió...
Álbum de vacaciones
Un bruñido horizonte ante mis ojos,
fatigados de la inclemente luz
de un estío de acordes de insectos...
Pocha está pocha
Pochita era un nombre especial para mí.
La gata de mi padrino lo tenía,
pero Pocha resultó pocha, enferma.