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Gabriel Muñoz Cascos
Nacido en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) en 1935. Perito Mercantil por la Escuela Profesional de Comercio de Sevilla en 1954. Profesor Mercantil por la Escuela Profesional de Comercio de Sevilla en 1955. Licenciado en Derecho por la Universidad Europea de Madriden 2009. Ejerció como ejecutivo, asesor de empresas y auditor de cuentas. Ex colegiado del Colegio de Abogados de Córdoba. Ex miembro del Registro Oficial de Auditores de Cuentas de España. Ex miembro del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España Colegiado del Colegio de Economistas de Córdoba. En posesión de la insignia de oro del Colegio de Economistas de Córdoba, otorgada por la Junta de Gobierno de ese Ilustre colegio el día 4 de diciembre de 2019. Presidente de Honor Vitalicio del Ilustre Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Córdoba desde el día 20-6-2002. |
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Ya se ha acabado diciembre, el mes más acogedor, con un día veinticuatro que es dulce y evocador.
¡No te rindas jamás, naturaleza!, hazte fuerte frente a los agoreros, que presagian supuestos agujeros ignorando tu enorme fortaleza.
¿Quién provoca el malestar de España, me preguntaba uno de mis nietos? Le respondí que no estoy para retos y quiero estar tranquilo en mi cabaña.
Otro año se abre ante mis ojos, sin conocer los vientos que traerá; estoy seguro que me marcará y hasta me robe algunos antojos.
Hay gran ambiente de fiesta y guirnaldas de colores. En las almas... los amores, ansían feliz respuesta.
Como sigo siendo gran amigo de los refranes, y además poseo para consultar los tres tomos de esa gran obra titulada “Refranes y Paremias Grecolatinas”, cuyo autor es mi amigo el cordobés Rafael Martínez Segura, hoy quiero emplear uno que viene “al pelo” para ocuparme de Cataluña, esa región del nordeste de España que se encuentra al borde del abismo porque ellos, por acción u omisión, se lo han buscado. Se trata del refrán que dice así: “Quien mal anda, en mal acaba”.
Aunque no sabría decir en qué momento y por qué medio, en el día de ayer, me llegó una “onda” informativa, que tampoco sabría explicar quién me la mandaba. Me parecía un sueño por lo inesperada y por su contenido. Sea como fuere, estoy deseando trasladar al papello que parecía una declaración o mensaje del presidente del Gobierno de España.
Me preguntan ¿qué es ternura? y me atrevo a responder: “es lo que practica un ser cuando actúa con alma pura”.
Fue hace más de dos mil años, en tiempos del rey Herodes, cuando en Belén de Judea surgieron unos rumores. Que causaron alborozo, a unos sencillos pastores, al ver a un ángel del Cielo por aquellos derredores.
Como verán, comienzo hablando en tercera persona, como si yo fuera ajeno a ese grupo humano que algunos mencionan como mayores, abuelos (aunque no tengan nietos), tercera edad e,incluso, viejos. Yo, para no cambiar, sigo empeñado en señalarlos como ancianos. Y lo hago en tercera persona, porque siempre he sido algo recatado a la hora de pedir algo para mí exclusivamente.
El ministro de Consumo ha gastado más 80.000 euros, de los depauperados bolsillos de la Hacienda española, en una campaña para decirnos a todos, todas y todes, que próximamente va a promulgar un decreto para que los juguetes de los niños, las niñas y los niñes sean todos iguales. Además de esa escandalosa cifra, hay que añadir otros 20.000 euros para pagar a los medios que difundirán esta majadería.
El ser humano, en sus relaciones sociales, económicas y políticas, suele servirse de las comparaciones sobre cualquier cuestión para determinar las diferencias y sacar conclusiones que le lleven a entender, o, todo lo contrario, las cosas que le rodean. Mucho mejor lo dice el Diccionario de la Real Academia Española, al definir la palabra comparar: “Analizar con atención una cosa o a una persona para establecer sus semejanzas o diferencias con otra”.
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