Dijo Tácito que para dar buenos consejos a los enfermos debemos primero gozar de buena salud, y ese es un requisito del cual carecen la mayoría de los actores políticos, aquejados de un agudo cretinismo parlamentario.

Según el EPP, el cretinismo parlamentario “es una enfermedad que aprisiona como por encantamiento a los contagiados en un mundo imaginario, privándoles de todo sentido, de toda memoria, de toda comprensión del rudo mundo exterior. Los parlamentarios paraguayos no creen en otra cosa más que en el poder de la oligarquia. Investidos con la aureola sagrada por los oligarcas convertidos en dioses, viven como seres superiores. De la contagiosa enfermedad del cretinismo no se salva ninguno que entra a formar parte del cuerpo parlamentario”.

La insurgencia opina que estos cretinos, en sus semanales aquelarres, son asiduos practicantes de la hechicería, con la cual busca conjurar la "maldición epepista ".

“No les basta con recurrir a los oligarcas vivos, buscan entrar en comunicación hasta con los espíritus de los oligarcas muertos, y queriendo lograr tal propósito, para entrar en trance y lograr el estado de éxtasis, recurren al alcohol, a la macoña, la cocaína y a todo tipo de alucinógenos”.

“El cretinismo parlamentario encierra a quienes lo padecen en un mundo imaginario. Viven en burbujas. Rodeados de lujos príncipescos terminan convenciéndose de que ese es el mundo en el que vivimos los paraguayos. Y que quienes se quejan son sólo agentes maléficos de otras latitudes enviados para sembrar el odio y la discordia en contra de los "esforzados y sacrificados parlamentarios”.

Es evidente que la enfermedad del cretinismo los priva de todo sentido de la realidad.

Quienes padecen esta dolencia mental “Elaboran en sus retorcidas mentes explicaciones fantasiosas a los problemas sociales. Y sus proyectos de solución no son sino tantas demostraciones más del estado patológico de insensatez con que andan. Otra característica del cretinismo parlamentario es la pérdida de toda memoria. El ñembotavy, (hacerse del loco ) de los cretinos parlamentarios está ligado al porombotavy (engaño,estafa, incumplimiento de las promesas electorales ). En Paraguay acostumbramos decír; Nda itavy pea, oñembotavynte (no está loco ese, sólo se hace del loco)”.

El EPP afirma que enfermos mentales de tal naturaleza sólo pueden entender a golpes las razones.

“El cretinismo y el poder oculto detrás de ellos, el del dinero, no pueden ser conjurados con chamanes ni con médicos brujos. Para los cretinos parlamentarios no hay mejor tratamiento que los garrotes” recomiendan como terapéutica los guerrilleros.

Y se plantean la pregunta: “¿Estaban Lugo y los luguistas tan o más afectados de cretinismo, no ya parlamentario, sino  ejecutivo y vulgar? Es indudable que Lugo, sus seguidores y sus ministros vivían en un mundo imaginario, alejado de toda comprensión del rudo mundo exterior. Los cobardes luguistas cuanto más tiempo llevaban gobernando más innecesarios se hicieron a sus socios. El crédito que tenían ante los ojos del pueblo lo malgastaron haciendo abuso de su paciencia” responden.

La insurgencia opina que si el pueblo no defendió a Fernando Lugo de estos cretinos fue porque el cura papá se encontraba tan desprestigiado como ellos. Para el EPP es sintomático que “parlamentarios tan desprestigiados, tan corrompidos hayan echado a sus socios luguistas y estos no hayan tenido quién los defienda. Se explica esto por lo desprestigiado y corrompido del enjuiciado por los no menos corrompidos y descompuestos cretinos parlamentarios. En Chile cada 11 de setiembre el pueblo recuerda la resistencia de Salvador Allende. Para los jóvenes es un día de furia y resistencia. No creo que el pueblo paraguayo recuerde cada 22 de junio la "resistencia " luguista” afirman también los miembros del EPP en las redes sociales.

No se puede discutir mucho a lo expresado por estos insurgentes.  Lugo perdió el poder luego de una matanza que provocó enviando a las fuerzas públicas para que defiendan la propiedad malhabida de un personero de la dictadura de Stroessner.  Cuando el hecho escandalizó a la sociedad y los políticos vieron la oportunidad de despedirlo en el escándalo, intentó atenuar la situación derechizando todavía más su gobierno y nombrando ministro del Interior a un siniestro represor.  Un columnista del diario “golpista” ABC color fue ubicado como secretario general del Frente Guasu.

El mismo Lugo se apersonó en la Legación norteamericana para suplicar clemencia al embajador James Thessin.  Nada de ello resultó, y el pueblo no defendió a un gobierno que estaba tan desprestigiado como el Congreso que lo juzgaba.

Ahora Lugo y sus seguidores sufren la indiferencia del pueblo, que hace mucho ya no lo considera alternativa a la partidocracia corrupta.

Es evidente que entre el cretinismo parlamentario y la “resistencia” luguista no hay mucho que elegir, más allá de la diferencia entre las grotescas formas.  Y como lo expresara Martin Gardner, todavía hay diferencia entre algo y nada, pero es puramente geométrica y no hay nada detrás de la geometría.