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¿Inmoral Bildu? En primer lugar, si alguno de sus integrantes estuviera acusado de cualquier delito, sea relacionado con una banda armada o con el robo del Códice Calixtino, ahora se encontraría procesado y no en libertad desempeñando un cargo en un partido político.
Sí, un partido. ¿No eran ustedes, señores que condenan cualquier forma de violencia (como nosotros), los que decían que las ideas se expresan de forma democrática en los parlamentos, y que después el deseo de la mayoría se traduce en leyes orientadas al bienestar común? ¿No se les llenaba la boca asegurando que esa era la única vía posible?
Pues parece que también se les abren las carnes si Bildu, un grupo que gobierna porque así lo han decidido, con “su” democracia, los ciudadanos a los que lanzaban ese mensaje, toma las decisiones que considera oportunas.
¿Saben qué es inmoral? Inmoral es mentir al Pueblo. Inmoral es recortar servicios sociales, degradar la educación o la sanidad, favorecer a los banqueros y ahogar a los ciudadanos. Inmoral es subir los impuestos y que eso no sirva para ayudar a los que menos tienen. Inmoral es que la gente pierda todo porque sus amigos, los suyos, no los de ellos, se enriquecieron con prácticas vomitivas.
Y violento es subvencionar la tauromaquia y pretender que se sigan celebrando corridas de toros. Pero claro, aquí se trata de condenar el nazismo de hace siete décadas, mientras ahora se les niega a los inmigrantes asistencia sanitaria o se torturan animales.
Son ustedes, además de unos cínicos, los que a día de hoy defienden la muerte de seres vivos. Y eso no hay titular de periódico a su servicio que lo pueda disimular.
El cisne negro de Biden sería la protesta de los estudiantes universitarios contra la invasión de Gaza en las Universidades de Columbia y la UCLA y su violento desalojo por la policía, movimiento de protesta que por mimetismo podría extenderse al resto de Universidades de Estados Unidos, rememorando las protestas de 1968 contra la guerra de Vietnam.
Un 14 de mayo de 1935 el Comité Pro-Paz en América advertía que la guerra del Chaco era una amenaza para la democracia en todo el continente. Este comité se había constituido en la ciudad argentina de Córdoba, y lo integraban poetas e intelectuales de varias nacionalidades.
El presidente Sánchez ha hablado estos días de la necesidad de un plan de regeneración democrática, que considera “uno de los desafíos más trascendentes”, para lo que propondrá “medidas y acciones para reforzar y prestigiar la democracia”. Pero ¿de qué regeneración democrática hablamos?
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