Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cataluña | independentismo

702218-3

El apoyo de relevantes intelectuales a la causa independentista ha sido una de las cuestiones que han salido a la palestra
Francisco Collado Campana
martes, 17 de octubre de 2017, 07:33 h (CET)
Desde hace tiempo, personalidades como Noam Chomsky y Vicenc Navarro se han sumado a la causa. No es de extrañar que un anarquista como Chomsky crea que el Estado apalea a los catalanes, les prohíbe hablar en su lengua y les roba dinero para dárselo a los maleantes andaluces. Es muy fácil opinar, pero muy difícil comprender cuando se quiere estar en todas partes. Pese a ello, se le puede dar una tregua al reputado filólogo para que exprese lo que considere oportuno.

Lo que si merece una especial atención es la presencia de distintos académicos, entre ellos médicos, politólogos y sociólogos, de origen catalán y que trabajan en prestigiosas universidades estadounidenses. Harvard, Princeton y otros centros acogen a estos científicos de origen español (y catalán) que actúan como opinadores ante la opinión pública de su país con el relato de la España tirana. Estos mismos se agrupan en el Colectivo Wilson con el objetivo de servir como lobby externo y con capacidad para influir desde sus posiciones en el público norteamericano.

Weber aconsejaba que los académicos evitasen hacer política con sus convicciones. O dicho de otra forma que con la ideología académica apoyasen causas propias de la esfera del poder. Aunque la doctrina weberiana es bellísima en su redacción, eso no ha impedido que estos intelectuales se posicionen del lado secesionista. Ahora bien, se puede recordar una cuestión y es que si este amplio grupo de profesores catalanes reside en Estados Unidos no es precisamente porque España no hubiera invertido en investigación y desarrollo en Cataluña.

Noticias relacionadas

La ESO es percibida por numerosos adolescentes, como un trámite vacío y monótono y sin ningún valor. En realidad, es una etapa formativa rica en descubrimientos, desarrollo intelectual, emocional y social. Otro de los problemas frecuentes en algunos alumnos es el comportamiento irrespetuoso.

Puedo casi jurar que intento ser tolerante, comprensivo y empático, y aún diré más: intento ser optimista. Intento quedarme con lo bueno, fijarme sólo en esos detalles que te podrían hacer creer que la sociedad va evolucionando, que eso será lo que algún día (no hoy) nos hará vivir en un mundo mejor.

En el ámbito educativo —sea en la escuela o en la universidad— se insiste en la necesidad de que los entornos de aprendizaje sean espacios protegidos, espacios seguros. Pero ¿qué se entiende realmente por un “espacio seguro”?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto