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Tengo que entregar un artículo de opinión y no me queda apenas tiempo

Opinión en blanco

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Mi reloj Casio con diseño de los 80, además de friki, es digital. Pero hoy no sé por qué, no deja de sonar como lo haría uno de agujas. Me dice, “tic, tac” continuamente y lo peor es que, desde hace un rato, me está hablando de forma un tanto intimidante. Lo que no termino de comprender es por qué lo hace con la voz de Pablo Iglesias.

“Tic, tac”, “Tic, tac”.

Pienso en escribir sobre Cataluña, pero el cansancio y el agotamiento me invaden por momentos. Creo que desde hace días no tengo mucho más que decir sobre este tema. Esta sin razón me ha dejado sin palabras y un escritor cuando no tiene palabras sencillamente, desaparece.

“Tic, tac”, “Tic, tac”.

Reviso la prensa buscando algún acontecimiento que me llegue tan dentro como para sentir que quiero compartir mi opinión sobre el mismo con el resto del mundo, pero nada de lo que leo me traspasa, todo se queda resbalando sobre mi piel.

“Tic, tac”, “Tic, tac”. Sigo escuchando la voz de Pablo Iglesias saliendo de mi Casio.

Ahora entiendo la irritación que le debieron producir estas palabras aquel día en el Congreso a Rajoy.

Me gustaría sentir empatía con él pero como parece que no está ni cuando más se le necesita, mi cerebro ha llegado a la conclusión de que no es más que un fantasma y los fantasmas no me dan pena. Pueden darme miedo pero pena, ¡Nunca!

Debería poner música. Si no consigue relajarme del todo al menos callará a ese reloj inquisidor que no deja de recordarme que no me queda apenas tiempo para llegar al plazo de entrega.

“Tic, tac” “Para frotar mi nariz en tu pecera”

¡Horror! Ahora Pablo Iglesias está haciendo un dúo con Juan Luis Guerra. He conseguido hacer realidad mi peor pesadilla, mezclar una de las cosas que más amo, la música, con una de las cosas que más me enerva, la política.

Pienso otra vez en lo que está pasando en Cataluña. Da la sensación de que todo esto es producto de algo parecido. No dejan de mezclarse cosas que nunca deberían haberse juntado.

Sufrimiento por la crisis. Un clasismo heredado de unos años, los 70, que hace mucho que pasaron al olvido. Juventud y ganas de cambiar el mundo luchando contra una injusticia que quizás no exista .Perversión de la ingenuidad de personas corrompidas hasta el alma. Cosas y cosas que lejos de estar juntas, deberíamos haber mantenido bien aisladas las unas de las otras.

Ya lo decía una y otra vez uno de mis amigos más profundos en la universidad, “Mezclar no es nada bueno”.

“Tic, tac” “Mi unicornio azul ayer se me perdió”

Vaya, parece que la cosa va mejorando. La voz y la música de Silvio Rodríguez siempre consiguen relajarme. Me llevan a otro sitio desde el que puedo pensar con más calma.

Calma. Pienso en la falta de calma que vivimos estos días. No me gusta.

Veo a personas odiando a otras personas. Gente que no se conoce pero que han permitido que la violencia se haya apoderado de ellos hasta tal punto que sienten deseos de hacer daño a otros, sin más motivo que el de pensar diferente.

Unos odian hacia un lado y otros odian hacia el contrario, pero todos odian con una intensidad que parece que no quieren ni intentar modular.

Pienso en qué voy a hacer yo si no quiero odiar a nadie. Hace mucho que aprendí como se me daña el corazón cuando dedico mis energías a odiar. Supongo que no me quedarán más alternativas que las de esconderme como Rajoy y convertirme en un fantasma. A ver si con suerte mi fantasma se queda atrapada dentro de un libro interesante y me voy por ahí a vivir nuevas aventuras.

“Tic, tac” “Quién quiere ser normal, yo quiero que me echen de menos”

¡Ferreiro!, ya estabas tardando en aparecer, hace ya mucho tiempo que no hay un día con música en el que no te pases por aquí.

Pienso en....¡Espera! ¿Cuántas veces había escuchado esta canción? Cientos. Pero es curioso que aparezca justo ahora, al fin y al cabo se llama “La otra mitad”.

La otra mitad, la otra mitad…..Pienso en lo que duele el desamor. Si en ocasiones romper un amor te destroza entonces, ¿Qué se siente si se rompe un país?

Cuando pierdes el amor puedes salir por ahí con los amigos. Con ellos puedes llorar, derrumbarte y beber a la salud del amor difunto. Pero ¿Qué va a pasar con todas aquellas personas que se queden con sus amigos en el otro lado de una frontera construida con bloques hechos de odio y de ira?

“Tic, tac” “Enemigo de la guerra y su reverso la medalla”

¡Hasta aquí hemos llegado!

No hay artículo, conflicto, ni odio, ni agravio ni desastre cósmico que haga que intenta si quiera que desaparezca ni una pizca de la magia de mi canción favorita de Aute, “La Belleza”.

¡Por aquí no paso!

Voy a dejar de pensar y si mi artículo de opinión tiene que ser sobre algo que me moleste, hablaré del tiempo y arreglado.

Por cierto, no sé si ya les había comentado que no soporto este calor.

Opinión en blanco

Tengo que entregar un artículo de opinión y no me queda apenas tiempo
Iria Bouzas Álvarez
jueves, 5 de octubre de 2017, 00:11 h (CET)
Mi reloj Casio con diseño de los 80, además de friki, es digital. Pero hoy no sé por qué, no deja de sonar como lo haría uno de agujas. Me dice, “tic, tac” continuamente y lo peor es que, desde hace un rato, me está hablando de forma un tanto intimidante. Lo que no termino de comprender es por qué lo hace con la voz de Pablo Iglesias.

“Tic, tac”, “Tic, tac”.

Pienso en escribir sobre Cataluña, pero el cansancio y el agotamiento me invaden por momentos. Creo que desde hace días no tengo mucho más que decir sobre este tema. Esta sin razón me ha dejado sin palabras y un escritor cuando no tiene palabras sencillamente, desaparece.

“Tic, tac”, “Tic, tac”.

Reviso la prensa buscando algún acontecimiento que me llegue tan dentro como para sentir que quiero compartir mi opinión sobre el mismo con el resto del mundo, pero nada de lo que leo me traspasa, todo se queda resbalando sobre mi piel.

“Tic, tac”, “Tic, tac”. Sigo escuchando la voz de Pablo Iglesias saliendo de mi Casio.

Ahora entiendo la irritación que le debieron producir estas palabras aquel día en el Congreso a Rajoy.

Me gustaría sentir empatía con él pero como parece que no está ni cuando más se le necesita, mi cerebro ha llegado a la conclusión de que no es más que un fantasma y los fantasmas no me dan pena. Pueden darme miedo pero pena, ¡Nunca!

Debería poner música. Si no consigue relajarme del todo al menos callará a ese reloj inquisidor que no deja de recordarme que no me queda apenas tiempo para llegar al plazo de entrega.

“Tic, tac” “Para frotar mi nariz en tu pecera”

¡Horror! Ahora Pablo Iglesias está haciendo un dúo con Juan Luis Guerra. He conseguido hacer realidad mi peor pesadilla, mezclar una de las cosas que más amo, la música, con una de las cosas que más me enerva, la política.

Pienso otra vez en lo que está pasando en Cataluña. Da la sensación de que todo esto es producto de algo parecido. No dejan de mezclarse cosas que nunca deberían haberse juntado.

Sufrimiento por la crisis. Un clasismo heredado de unos años, los 70, que hace mucho que pasaron al olvido. Juventud y ganas de cambiar el mundo luchando contra una injusticia que quizás no exista .Perversión de la ingenuidad de personas corrompidas hasta el alma. Cosas y cosas que lejos de estar juntas, deberíamos haber mantenido bien aisladas las unas de las otras.

Ya lo decía una y otra vez uno de mis amigos más profundos en la universidad, “Mezclar no es nada bueno”.

“Tic, tac” “Mi unicornio azul ayer se me perdió”

Vaya, parece que la cosa va mejorando. La voz y la música de Silvio Rodríguez siempre consiguen relajarme. Me llevan a otro sitio desde el que puedo pensar con más calma.

Calma. Pienso en la falta de calma que vivimos estos días. No me gusta.

Veo a personas odiando a otras personas. Gente que no se conoce pero que han permitido que la violencia se haya apoderado de ellos hasta tal punto que sienten deseos de hacer daño a otros, sin más motivo que el de pensar diferente.

Unos odian hacia un lado y otros odian hacia el contrario, pero todos odian con una intensidad que parece que no quieren ni intentar modular.

Pienso en qué voy a hacer yo si no quiero odiar a nadie. Hace mucho que aprendí como se me daña el corazón cuando dedico mis energías a odiar. Supongo que no me quedarán más alternativas que las de esconderme como Rajoy y convertirme en un fantasma. A ver si con suerte mi fantasma se queda atrapada dentro de un libro interesante y me voy por ahí a vivir nuevas aventuras.

“Tic, tac” “Quién quiere ser normal, yo quiero que me echen de menos”

¡Ferreiro!, ya estabas tardando en aparecer, hace ya mucho tiempo que no hay un día con música en el que no te pases por aquí.

Pienso en....¡Espera! ¿Cuántas veces había escuchado esta canción? Cientos. Pero es curioso que aparezca justo ahora, al fin y al cabo se llama “La otra mitad”.

La otra mitad, la otra mitad…..Pienso en lo que duele el desamor. Si en ocasiones romper un amor te destroza entonces, ¿Qué se siente si se rompe un país?

Cuando pierdes el amor puedes salir por ahí con los amigos. Con ellos puedes llorar, derrumbarte y beber a la salud del amor difunto. Pero ¿Qué va a pasar con todas aquellas personas que se queden con sus amigos en el otro lado de una frontera construida con bloques hechos de odio y de ira?

“Tic, tac” “Enemigo de la guerra y su reverso la medalla”

¡Hasta aquí hemos llegado!

No hay artículo, conflicto, ni odio, ni agravio ni desastre cósmico que haga que intenta si quiera que desaparezca ni una pizca de la magia de mi canción favorita de Aute, “La Belleza”.

¡Por aquí no paso!

Voy a dejar de pensar y si mi artículo de opinión tiene que ser sobre algo que me moleste, hablaré del tiempo y arreglado.

Por cierto, no sé si ya les había comentado que no soporto este calor.

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