Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Animales | Toros

¿Toros o empleo? Toros, claro

Cuando ignorancia social y ruindad política se alían
Julio Ortega Fraile
lunes, 4 de junio de 2012, 07:15 h (CET)
Pero, ¿de verdad que nos asombramos por el resultado de las votaciones en unas poblaciones de Cáceres donde han elegido emplear el dinero en toros antes que en creación de empleo?, ¿podemos extrañarnos cuando vivimos en un Estado en el que el Gobierno, éste como el anterior, dignifica y cubre de billetes la tauromaquia como se hace con los mantos de las vírgenes, demostrando que la piedad beata estremece más que el hambre de los que piden a la puerta de la iglesia?

No, no me sorprende ni un poquito porque sólo en una sociedad como la española, en la que imperan la ignorancia, la sordidez, el egoísmo y la estupidez se pueden dar tantas, tan variadas y tan miserables muestras de crueldad con animales. De no ser así ya podrían los políticos vestirse de luces y llenarse el paquete de anteproyectos de ley, que jamás serían capaces de doblegar la ética de un Pueblo. Pero la del nuestro es tan famélica como adiposo su cretinismo.

¿La lección? Que no esperemos entendimiento ni sensibilidad en los brutos. No se siembra en la roca sino en la tierra, y ese ha de ser nuestro objetivo: los niños, los indiferentes, los dudosos, los desinformados... El resto, los cafres, poco importa que ganen una votación, hace mucho que perdieron la razón y lo único que les queda es la majadería de unos políticos que les dan a elegir entre trabajo o tortura de toros. Los ciudadanos han quedado calificados por sus actos, pero los responsables municipales también y su caso es todavía más sangrante, más nauseabundo, porque han demostrado que les importa una mierda la situación de desempleo en sus ayuntamientos. O eso o que son unos paranoicos.

De todos modos tampoco es indicativo el resultado en unas localidades de esas características, donde el sufrimiento de unos animales constituye el mayor aliciente en la vida de unos cuantos desgraciados que esperan todo el año a que lleguen las fiestas para pasarlo en grande con las hemorragias de otros seres.. No dan para más, su universo es tan angosto como estrecha su moral. Tal vez convendría realizar en esos pueblos unas sueltas de libros por las calles, pero también es cierto que algunos de sus habitantes escaparían aterrorizados ante el temor a lo desconocido. ¿Asombro? No. La prueba de que lo que se recoge depende de la simiente que se plante. Y si la semilla se llama analfabetismo el brote responderá al nombre de barbaridad. ¿La vergüenza? No la padecerán ni esos votantes que escogieron los toros ni quienes les llamaron a las urnas, esa queda para los que tantas veces sentimos asco del mundo que habitamos. Por eso la única opción es seguir luchando para cambiarlo.

Noticias relacionadas

La autoestima es necesaria, claro está, pero, aparte de lo anterior, cuando el ego está puntillosamente exacerbado surgen los conflictos, esos conflictos que nacen del inconsciente personal o colectivo, donde el ego hierve profundamente. Por todo ello, es importante comprender que, en la medida en que los seres humanos seamos algo más tolerantes y dialogantes, y nuestro talante cambie, la convivencia en la sociedad puede y debe mejorar.

El matrimonio, pilar natural de la familia y garantía de estabilidad social, en estos últimos tiempos se ve sustituido por relaciones inestables, rupturas y un creciente individualismo. Estos hechos están produciendo la caída de la natalidad, sin duda ligada a la falta de matrimonios estables, cosa que se está convirtiendo en un drama silencioso que amenaza el futuro de España y de gran parte del mundo occidental.


Una vez más, nos sorprenden alguna persona, tanto en los telediarios de cualquier signo, inclusive en los periódicos, donde personajes, también de cualquier signo, resoplando exabruptos que me dejan paralizado sin saber lo que hacer. O, echarlo a los tiburones y que se pelee con ellos o que, de cualquier manera, tirarlo a la cuneta del tren, eso sí, cuando esté parado en medio del campo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto