Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas

¡Gracias Aute!

|

Adorado Luis Eduardo Aute:

Cuándo se publique esta carta será ya el día siguiente a tu 74 cumpleaños, así que, y aunque te llegue con un día de retraso no quiero dejar de felicitarte.

Lo siguiente que tengo que hacer tras la felicitación es pedirte disculpas. Te pido disculpas porque me voy a permitir tutearte sin que me conozcas de nada. No te creas que no le he dado vueltas pero lo he pensado mucho y me doy cuenta de que soy incapaz de tratarte de usted porque, aunque tú no me conozcas, yo te siento tan parte de mi vida que tengo que tutearte como lo hago con toda las personas a las que aprecio y que considero “mi gente”.

Disculpa que llevo un buen rato escribiendo y no me he presentado. Mi nombre es Iria. Soy una persona normal y corriente como tantas otras que andan por el mundo intentando llegar al día siguiente con el alma lo menos dañada posible. Pero como llevo un tiempo aprendiendo poco a poco este oficio tan precioso que es el de juntar letras, esto me ha dado la posibilidad de escribirte estas líneas.

Normalmente escribo de política, de economía o de cualquier tema que se me ocurra en cada momento. Pero casi nunca escribo sobre mí misma, porque no creo que tenga nada demasiado interesante que aportar a nadie hablando de mí.

Pero hoy necesitaba escribir sobre ti y escribir sobre ti, implica necesariamente escribir sobre mi. Así que por una vez, haré la excepción.

Ayer cumpliste 74 años. Este también es el año en el que yo he entrado en la cuarentena y necesitaba decirte que llevas 40 años dándome tanto que aunque los dos llegásemos a los 300 años (y espero que al menos tú lo hagas), no tendría tiempo para darte las gracias por todo lo que significas en mi vida. Has estado ahí desde siempre y espero que sigas ahí en todo lo que me quede por delante.

Sonabas con “Al alba” una y otra vez en el viejo radiocasete de mi madre cuando aún ni siquiera entendía que la música iba a ser el ancla que me mantuviese más o menos cuerda en un mundo que no creo que llegue a comprender del todo nunca.

Sonabas con “Rosas en el mar”cuando llegué a la adolescencia y quise conquistar mi libertad con los puños cerrados peleando contra todo y contra todos.

Sonabas con “Alevosía” cuando me enamoré por primera vez y sonabas con “Sin tu latido” cuando me rompieron el corazón en montones de trozos muy pequeñitos.

Incluso sonabas con la primera vez que hice el amor, aunque espero sepas disculpar que guarde sólo para mí las canciones que escuché ese día.

Estás ahora, cuando con cada brindis quiero gritarle al mundo que: “Señora, las diosas nunca se van” mientras le pido a los demás que se queden “Cinco minutos” más. Estás también en cada momento en el que me pongo romántica y quiero bailar un “Slowly”.

Estás por las mañanas cuando me despierto triste y escucho “Dos o tres segundos de ternura” antes de levantarme de la cama. Esa canción siempre convence a mi alma de que merece la pena ponerse en pie y ver que me trae el nuevo día.

Has estado presente siempre que la vida ha decidido caerme encima con toda su crueldad, y has estado también en todos los momentos buenos. Sin conocerme de nada, te has convertido en una parte de mi vida de la que ni quiero ni puedo prescindir.

He tenido, tengo y espero tener muchas pasiones en mi vida. Tu música, tu arte y tu magia son y serán siempre una de esas pasiones. No existiría esta persona corriente que soy yo si no existiese ese artista con tanto talento que eres tú.

Supongo que sabes perfectamente que hay muchísimas personas, que sin conocerte, hemos llegado a quererte, pero igual que nunca hay demasiados besos ni demasiados “te quiero”, tampoco hay demasiados recordatorios del cariño que has provocado. Te has metido tanto en nuestros huesos que sería imposible no quererte.

Querido Luis Eduardo Aute, hoy en nombre de todos aquellos a los que nos haces un poco más felices en este caos al que llamamos vida, hoy necesito decirte: ¡GRACIAS!

¡Gracias Aute!

Iria Bouzas Álvarez
jueves, 14 de septiembre de 2017, 08:23 h (CET)
Adorado Luis Eduardo Aute:

Cuándo se publique esta carta será ya el día siguiente a tu 74 cumpleaños, así que, y aunque te llegue con un día de retraso no quiero dejar de felicitarte.

Lo siguiente que tengo que hacer tras la felicitación es pedirte disculpas. Te pido disculpas porque me voy a permitir tutearte sin que me conozcas de nada. No te creas que no le he dado vueltas pero lo he pensado mucho y me doy cuenta de que soy incapaz de tratarte de usted porque, aunque tú no me conozcas, yo te siento tan parte de mi vida que tengo que tutearte como lo hago con toda las personas a las que aprecio y que considero “mi gente”.

Disculpa que llevo un buen rato escribiendo y no me he presentado. Mi nombre es Iria. Soy una persona normal y corriente como tantas otras que andan por el mundo intentando llegar al día siguiente con el alma lo menos dañada posible. Pero como llevo un tiempo aprendiendo poco a poco este oficio tan precioso que es el de juntar letras, esto me ha dado la posibilidad de escribirte estas líneas.

Normalmente escribo de política, de economía o de cualquier tema que se me ocurra en cada momento. Pero casi nunca escribo sobre mí misma, porque no creo que tenga nada demasiado interesante que aportar a nadie hablando de mí.

Pero hoy necesitaba escribir sobre ti y escribir sobre ti, implica necesariamente escribir sobre mi. Así que por una vez, haré la excepción.

Ayer cumpliste 74 años. Este también es el año en el que yo he entrado en la cuarentena y necesitaba decirte que llevas 40 años dándome tanto que aunque los dos llegásemos a los 300 años (y espero que al menos tú lo hagas), no tendría tiempo para darte las gracias por todo lo que significas en mi vida. Has estado ahí desde siempre y espero que sigas ahí en todo lo que me quede por delante.

Sonabas con “Al alba” una y otra vez en el viejo radiocasete de mi madre cuando aún ni siquiera entendía que la música iba a ser el ancla que me mantuviese más o menos cuerda en un mundo que no creo que llegue a comprender del todo nunca.

Sonabas con “Rosas en el mar”cuando llegué a la adolescencia y quise conquistar mi libertad con los puños cerrados peleando contra todo y contra todos.

Sonabas con “Alevosía” cuando me enamoré por primera vez y sonabas con “Sin tu latido” cuando me rompieron el corazón en montones de trozos muy pequeñitos.

Incluso sonabas con la primera vez que hice el amor, aunque espero sepas disculpar que guarde sólo para mí las canciones que escuché ese día.

Estás ahora, cuando con cada brindis quiero gritarle al mundo que: “Señora, las diosas nunca se van” mientras le pido a los demás que se queden “Cinco minutos” más. Estás también en cada momento en el que me pongo romántica y quiero bailar un “Slowly”.

Estás por las mañanas cuando me despierto triste y escucho “Dos o tres segundos de ternura” antes de levantarme de la cama. Esa canción siempre convence a mi alma de que merece la pena ponerse en pie y ver que me trae el nuevo día.

Has estado presente siempre que la vida ha decidido caerme encima con toda su crueldad, y has estado también en todos los momentos buenos. Sin conocerme de nada, te has convertido en una parte de mi vida de la que ni quiero ni puedo prescindir.

He tenido, tengo y espero tener muchas pasiones en mi vida. Tu música, tu arte y tu magia son y serán siempre una de esas pasiones. No existiría esta persona corriente que soy yo si no existiese ese artista con tanto talento que eres tú.

Supongo que sabes perfectamente que hay muchísimas personas, que sin conocerte, hemos llegado a quererte, pero igual que nunca hay demasiados besos ni demasiados “te quiero”, tampoco hay demasiados recordatorios del cariño que has provocado. Te has metido tanto en nuestros huesos que sería imposible no quererte.

Querido Luis Eduardo Aute, hoy en nombre de todos aquellos a los que nos haces un poco más felices en este caos al que llamamos vida, hoy necesito decirte: ¡GRACIAS!

Noticias relacionadas

En una cultura ética repleta de principios atávicos no superados pareciera que la reprobación moral de la familia no venciese la idea de otredad al entender la primera como un espacio colonizado y externo a cualquier realidad por escatológica que resultase. El tacticismo político usa de forma sombría este tipo de herencias sociales para definir las fronteras entre lo posible y no posible.

El sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y conformar una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas.

Nosotros, hombres sencillos, de difícil discurso, sólo tenemos claro varios términos muy simples: TIMO, ENGAÑO, MENTIRA, REALIDAD y VERDAD. Académicamente hay conceptos que se definen de tal forma que parecen lo que no son o son lo que no parecen... SÓLO UNA BUENA EDUCACIÓN ACLARA CADA SIGNIFICADO.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto