El Gescrap Bizkaia Bilbao ha conseguido esta mañana un triunfo tan importante como épico y meritorio en San Pablo ante el Banca Cívica, tal y como pueden ustedes leer en la correspondiente crónica de Diario Siglo XXI. Lamentablemente, la hazaña de los vizcaínos se ha visto, en parte, ensombrecida por las malas formas exhibidas por su entrenador, Fotis Katsikaris, en la comparecencia ante los medios después del partido.

Katsikaris venía a Sevilla bastante “quemado” por tener que jugar tres partidos en seis días, y menos de 48 horas después de medirse por segunda vez al CSKA de Moscú en la Euroliga, con viaje incluido desde la capital de Rusia. De acuerdo; quien suscribe comprende la frustración del griego, porque esta mañana tenía enfrente a un rival directo donde los haya en la pelea por terminar entre los ocho primeros y la imposibilidad de preparar el choque en condiciones era manifiesta. Pero esto jamás justifica ni el plante que hemos recibido los compañeros que nos encontrábamos en la sala de prensa, ni mucho menos los deficientes modales empleados por el ex entrenador, entre otros, de Valencia Basket.

“Hoy estoy aquí para felicitar a mis jugadores; solamente por eso. Les felicito porque son muy grandes. Muchas gracias”. Así de escueto se mostró Katsikaris, quien no ha dado más explicaciones; aunque inmediatamente, ya “off the record”, ante la estupefacción de algunos de los compañeros que estábamos allí presentes comentó, al más puro estilo Jose Mourinho, que si le preguntábamos le meteríamos en un lío, y que su equipo merece un respeto mucho más grande.

No me cabe la menor duda, como es verdad que también se apresuró a aclarar usted, que todo esto no es por nosotros los periodistas; pero no es menos cierto que hay formas y formas de hacerlo, señor Katsikaris. Si no deseaba usted hablar le habría bastado con avisar y no comparecer en la sala de prensa; pero ya que ha aparecido por allí creo, en mi nombre y en el de Diario Siglo XXI, que los lectores/oyentes/televidentes de todos y cada uno de los medios presentes se merecían si no una valoración del partido sí al menos una explicación clara y diáfana de ese descontento que a usted se le notaba a leguas, pero del que más allá de suposiciones más o menos fundadas no se ha molestado usted en aclarar su causa.

La ACB, Liga Endesa desde esta temporada, carece de una organización seria en muchos de sus aspectos desde hace ya muchos años; eso bien lo saben en el seno del club al que me encargo de seguir desde hace ya tres campañas para Diario Siglo XXI, el C.D.B. Banca Cívica Sevilla; al que incluso en alguna ocasión se le ha obligado incluso a jugar en la localidad colindante de Dos Hermanas. Eso ya lo sabíamos, pero no justifica la falta absoluta de educación que usted, señor Katsikaris, ha tenido tanto con los compañeros de prensa como con los aficionados que esperaban sus impresiones sobre lo más destacado de un encuentro que, sin duda, ha sido el mejor y el más emocionante de toda esta campaña.

Flaco favor con esto le ha hecho a su equipo, cuyos jugadores sin duda se merecían que ahora mismo estuviéramos hablando exclusivamente de los “bemoles” que le han echado al asunto, o de su acierto -de usted- a la hora de rotar jugadores desde el principio para dosificarlos físicamente; y no de este feísimo gesto.

Si está enfadado, señor Katsikaris, haga a tiempo -Joan Plaza ha explicado al terminar el partido cómo y cuándo deben hacerse los cambios de horarios- una queja formal, pública o en privado, a la ACB, a la FORTA –por el tema de las televisiones-, a la Euroliga o a quien usted considere oportuno por la bestialidad que supone afrontar un calendario más propio de la NBA que del baloncesto de la FIBA. Le animo y le apoyo, que no le quepa la menor duda, porque creo que lleva usted razón. Pero, aunque sea de forma involuntaria, no nos haga pagar el pato, y menos de esta forma, a los únicos que no tenemos culpa alguna de este desaguisado: periodistas y aficionados.