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A la huelga general

Quiero decidir yo, libre y soberanamente, si hago huelga. Se empiezan a oír llamadas a la imposición de la huelga
Pedro de Hoyos
martes, 20 de marzo de 2012, 08:26 h (CET)
Soy de los convencidos de que cualquier reforma laboral de las habidas en los últimos años, pongamos que desde Felipe González, ha supuesto un retroceso en derechos para los trabajadores. Cada vez más facilidad de despido, menos jubilaciones, menos sueldos o más años cotizados para considerar la pensión son las cuentas de un rosario de derechos perdidos. No recuerdo que los grandes patrones, no, no hablo de los pequeños empresarios ni de los autónomos, hayan sufrido dificultades semejantes, antes al contrario el PSOE se despidió del poder aprobando multitud de ayudas a la gran Banca. Eso sí, ante el público sigue apareciendo como el partido del obrero, de los pobres y de los parias de la Tierra.

El PP sigue por la misma senda de lo fácil: castigo a las clases medias, recortes a los funcionarios, recortes en sanidad y educación y santas pascuas, oiga usté. De meter mano a la corrupción, a los coches de lujo, de suprimir despachos, alfombras gruesas y diputaciones no se sabe nada o como mucho sólo se oyen tambores lejanos. De que los bancos devuelvan fácil y rápidamente a los contribuyentes los préstamos blandos (blandísimos) que han recibido procedentes de nuestros propios impuestos tampoco se tiene noticia. De desmantelar televisiones públicas, de cerrar embajadas y embajaditas, de eliminar subvenciones estúpidas nada se oye hablar. ¿Alguien sabe si se van a quitar las subvenciones a los partidos o a los sindicatos? Pues eso, cada vez más pobres y más timados.

Las razones para la huelga general del 29-M son las mismas de siempre, se mantienen incólumes, son las mismas que hubo contra Zapatero, por no ir más lejos. Sin embargo me temo que la huelga no va a triunfar e impedir los recortes, los españoles están dispuestos a aguantar y probar otras soluciones de mano del PP, es un tanto que debe apuntarse a la eficacísima labor destructora de Zapatero. La llamada de los sindicatos no va a ser seguida sino que como ya ocurrió anteriormente serán desautorizados por las masas.

Pero empiezo a oír llamadas a la imposición de la huelga. A algunos sindicatos les queda por recorrer el camino a la tolerancia y a la democracia que recorrió buena parte de la derecha y de la izquierda. No hay nada más antidemocrático que un piquete informativo, falacia fascista tras la que se esconde la violencia callejera más detestable, el “por mis cojones cierras”. Hay sindicalistas que llaman a la imposición violenta de la huelga; las advertencias empiezan a menudear en la prensa, siempre con expresiones amenazantes. Al PP se le puede caer el pelo si no toma las medidas precisas para garantizar la libertad y si las toma… también. Para algunos de esos ejemplares democráticos que suelen encabezar los piquetes “informativos” defender la ley, la libertad y el orden es puro fascismo, especialmente si quien lo hace es la derecha, enemiga del pueblo porque la terminología propagandística sindical así lo quiere.

Lo de Valencia de hace unas semanas es un mero ensayo general; que el PSOE haya invitado a las cortes valencianas a un pijoprogre, torpe y mal estudiante, que amenazó a Esperanza Aguirre en facebook es sólo un ejemplo de la que nos espera. Quiero decidir yo, libre y soberanamente, si hago huelga, quiero libertad, no quiero que otros, sean quienes sean, tomen la decisión, sea cual sea, por mí y en mi nombre.

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