Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Baloncesto
Etiquetas | LIGA ENDESA / JORNADA 17
El Caja Laboral rindió a buen nivel, pero acusó su falta de energía en los momentos cruciales

Reyes y Suárez aúpan al Real Madrid (84-73)

|

FICHA TÉCNICA
 83- Real Madrid: Sergio Rodríguez (5), Pocius (12), Singler (4), Mirotic (0) y Tomic (8) -quinteto titular- Reyes (18), Carlos Suárez (17), Carroll (0), Begic (9) y Llull (11).
73 – Caja Laboral: Prigioni (8), Sam Emeterio (10), Nemanja Bjelica (7), Teletovic (14) y Milko Bjelica (9) -quinteto inicial- Oleson (18), Golubovic (3), Walsh (0) y Heurtel (4).
Parciales: 24-21, 18-20, 26-19, 16-13.
Árbitros: Martín Bertrán, Bultó y Calatrava.
Incidencias: Décimo séptima jornada correspondiente a la fase regular de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 8.192 espectadores.

Reyes (18 puntos) y Suárez (17 puntos) comandaron el vigésimo sexto triunfo consecutivo del Real Madrid en su casa, entre encuentros disputados en la Caja Mágica y Palacio de los Deportes. La última víctima fue el Caja Laboral, incapaz de hacer frente a esa garra, velocidad y ambición de los hombres de Laso. La victoria refuerza al liderato del Real Madrid, aunque su sonrisa no es completa debido al percance de Mirotic.

 

Nadie escondió sus cartas desde el comienzo: el Real Madrid buscó correr y encontrar anotaciones rápidas, como de costumbre; el Caja Laboral, como es tradición en los grupos de Ivanovic, trató de imprimir un ritmo más pausado, con más control del baloncesto. En estas andaban ambos conjuntos cuando una torcedura de tobillo sacudió los cimientos de los esquemas de Laso. El damnificado fue el hombre de dulce, es decir, el balcánico de nacimiento y español de adopción, Nikola Mirotic. El ovación de comienzo, en agradecimiento a la canasta de Málaga, se transformó en preocupación. Mirotic ya no volvió a jugar.

 

Sólo había pasado tres minutos y el encuentro cogía un camino complicado para el Real Madrid. No lo notó; todo lo contrario. Fue el momento de ver cómo Pocius y Suárez tenían buen acierto desde el exterior y Tomic empezaba a ser un dolor de cabeza en los aros. Esto era así porque el Real Madrid empezaba a ganar la batalla táctica, a imponer sus piezas sobre el tablero de ajedrez del Palacio de los Deportes. Y porque se mostraba como un colectivo con más ambición que un Caja Laboral en un cierto estado de somnolencia. Consecuencia: 20-11 después de casi ocho minutos de encuentro. Parecía el comienzo del fin de una cita muy prometedora en la previa a tenor de la clasificación.

 

Fue un siempre espejismo. El partido resucitó en cuestión de minutos. El tiempo necesario para que la bronca de Ivanovic surtiera el efecto deseado. Dos buenas acciones de Teletovic (la mitad de los puntos del equipo eran suyos), otras dos más de Prigioni (silbado en su regreso a Madrid) y unos cuantos desaciertos madridistas tanto en defensa como en ataque consiguieron que el marcador se ajustara al comienzo del segundo acto: empate a 24 tras un triple de Oleson. La primera acción positiva del americano fue el prólogo a una exhibición de tiro exterior y magnífica defensa baskonista que empezaron a ahogar al Real Madrid. A seis para el descanso, el cuadro de Ivanovic se puso 5 por encima (30-35), como recompensa a su triunfo táctico. Laso no conseguía dar con la clave para frenar ni a Oleson ni a Teletovic. Y encima Carroll no estaba en el encuentro. Inusualmente fallón el americano, fue Suárez quién rescató con sus triples a los blancos antes de irse a los vestuarios (42-41).

 

Llull, puro espectáculo

Si el encuentro apuntaba alto, durante el tercer acto, el duelo entro en combustión: ataques certeros, rápidos, defensas agresivas, lucha ante cualquier balón, polémicas arbitrales, risas y lamentos, como la temprana cuarta falta de Tomic. Hubo de todo. No faltó nada. Fueron diez auténticos minutos de baloncesto en su máximo esplendor. Ambos querían ganar como demuestra el continuado intercambio de canastas con exiguas diferencias de no más de cuatro-cinco puntos en el marcador. Fueron también momentos para Reyes, un gladiador debajo de los aros y un anotador de garra; para Teletovic, Suárez y San Emeterio, en la anotación; y especialmente fue tiempo para ver cómo Llull es un jugador con las mayores revoluciones: se marcó tres canastas de costa a costa de forma consecutiva para desesperación de Ivanovic.

 

Esta explosión del base, y animador de encuentros, menorquín Sergio Llull permitió al Real Madrid tomar cierto aire en el marcador en la entrada al terreno más complicado del cuarto final, donde todo estaba por decidir, a pesar de los 8 de desventaja de los vitorianos: 68-60. Y en esta fase y con estos guarismos, el Real Madrid se convierte en un lobo hambriento que aniquila, desde hace 20 meses, a rivales que visitan su morada. Begic, primero, mantuvo las ventajas en los comienzos de cuarto; después, Reyes (magnífico mate en contragolpe de Singler), cuando el Caja Laboral se acercaba (74-68) se encargó de borrar de un plumazo cualquier remontada. El Real Madrid sigue al frente, mete miedo y aleja al Caja Laboral.

Reyes y Suárez aúpan al Real Madrid (84-73)

El Caja Laboral rindió a buen nivel, pero acusó su falta de energía en los momentos cruciales
Rafael Merino
domingo, 22 de enero de 2012, 19:50 h (CET)
FICHA TÉCNICA
 83- Real Madrid: Sergio Rodríguez (5), Pocius (12), Singler (4), Mirotic (0) y Tomic (8) -quinteto titular- Reyes (18), Carlos Suárez (17), Carroll (0), Begic (9) y Llull (11).
73 – Caja Laboral: Prigioni (8), Sam Emeterio (10), Nemanja Bjelica (7), Teletovic (14) y Milko Bjelica (9) -quinteto inicial- Oleson (18), Golubovic (3), Walsh (0) y Heurtel (4).
Parciales: 24-21, 18-20, 26-19, 16-13.
Árbitros: Martín Bertrán, Bultó y Calatrava.
Incidencias: Décimo séptima jornada correspondiente a la fase regular de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 8.192 espectadores.

Reyes (18 puntos) y Suárez (17 puntos) comandaron el vigésimo sexto triunfo consecutivo del Real Madrid en su casa, entre encuentros disputados en la Caja Mágica y Palacio de los Deportes. La última víctima fue el Caja Laboral, incapaz de hacer frente a esa garra, velocidad y ambición de los hombres de Laso. La victoria refuerza al liderato del Real Madrid, aunque su sonrisa no es completa debido al percance de Mirotic.

 

Nadie escondió sus cartas desde el comienzo: el Real Madrid buscó correr y encontrar anotaciones rápidas, como de costumbre; el Caja Laboral, como es tradición en los grupos de Ivanovic, trató de imprimir un ritmo más pausado, con más control del baloncesto. En estas andaban ambos conjuntos cuando una torcedura de tobillo sacudió los cimientos de los esquemas de Laso. El damnificado fue el hombre de dulce, es decir, el balcánico de nacimiento y español de adopción, Nikola Mirotic. El ovación de comienzo, en agradecimiento a la canasta de Málaga, se transformó en preocupación. Mirotic ya no volvió a jugar.

 

Sólo había pasado tres minutos y el encuentro cogía un camino complicado para el Real Madrid. No lo notó; todo lo contrario. Fue el momento de ver cómo Pocius y Suárez tenían buen acierto desde el exterior y Tomic empezaba a ser un dolor de cabeza en los aros. Esto era así porque el Real Madrid empezaba a ganar la batalla táctica, a imponer sus piezas sobre el tablero de ajedrez del Palacio de los Deportes. Y porque se mostraba como un colectivo con más ambición que un Caja Laboral en un cierto estado de somnolencia. Consecuencia: 20-11 después de casi ocho minutos de encuentro. Parecía el comienzo del fin de una cita muy prometedora en la previa a tenor de la clasificación.

 

Fue un siempre espejismo. El partido resucitó en cuestión de minutos. El tiempo necesario para que la bronca de Ivanovic surtiera el efecto deseado. Dos buenas acciones de Teletovic (la mitad de los puntos del equipo eran suyos), otras dos más de Prigioni (silbado en su regreso a Madrid) y unos cuantos desaciertos madridistas tanto en defensa como en ataque consiguieron que el marcador se ajustara al comienzo del segundo acto: empate a 24 tras un triple de Oleson. La primera acción positiva del americano fue el prólogo a una exhibición de tiro exterior y magnífica defensa baskonista que empezaron a ahogar al Real Madrid. A seis para el descanso, el cuadro de Ivanovic se puso 5 por encima (30-35), como recompensa a su triunfo táctico. Laso no conseguía dar con la clave para frenar ni a Oleson ni a Teletovic. Y encima Carroll no estaba en el encuentro. Inusualmente fallón el americano, fue Suárez quién rescató con sus triples a los blancos antes de irse a los vestuarios (42-41).

 

Llull, puro espectáculo

Si el encuentro apuntaba alto, durante el tercer acto, el duelo entro en combustión: ataques certeros, rápidos, defensas agresivas, lucha ante cualquier balón, polémicas arbitrales, risas y lamentos, como la temprana cuarta falta de Tomic. Hubo de todo. No faltó nada. Fueron diez auténticos minutos de baloncesto en su máximo esplendor. Ambos querían ganar como demuestra el continuado intercambio de canastas con exiguas diferencias de no más de cuatro-cinco puntos en el marcador. Fueron también momentos para Reyes, un gladiador debajo de los aros y un anotador de garra; para Teletovic, Suárez y San Emeterio, en la anotación; y especialmente fue tiempo para ver cómo Llull es un jugador con las mayores revoluciones: se marcó tres canastas de costa a costa de forma consecutiva para desesperación de Ivanovic.

 

Esta explosión del base, y animador de encuentros, menorquín Sergio Llull permitió al Real Madrid tomar cierto aire en el marcador en la entrada al terreno más complicado del cuarto final, donde todo estaba por decidir, a pesar de los 8 de desventaja de los vitorianos: 68-60. Y en esta fase y con estos guarismos, el Real Madrid se convierte en un lobo hambriento que aniquila, desde hace 20 meses, a rivales que visitan su morada. Begic, primero, mantuvo las ventajas en los comienzos de cuarto; después, Reyes (magnífico mate en contragolpe de Singler), cuando el Caja Laboral se acercaba (74-68) se encargó de borrar de un plumazo cualquier remontada. El Real Madrid sigue al frente, mete miedo y aleja al Caja Laboral.

Noticias relacionadas

El Betis Baloncesto falló en el momento clave. O, mejor dicho, un Covirán Granada guerrero y voluntarioso le hizo fallar, hasta el punto de meterlo en un lío del que probablemente no vaya a salir. Los granadinos, que perdían hasta por nueve puntos a menos de cuarto y medio para el final, se repusieron hasta el punto de lograr una victoria que le deja con más vida aún de lo que ya parece. El Betis depende de sí mismo pero tendrá que ganar nada menos que en Madrid si no quiere consumar el descenso.

El Betis Baloncesto ha caído esta tarde en San Pablo ante el Barça, cuya victoria le sirve para mantener el liderato de la liga ACB justo antes de desplazarse a Kaunas para intentar certificar su clasificación para la "Final Four" de la Euroliga. Los verdiblancos, muy laxos y endebles durante la primera mitad, han llegado demasiado tarde al choque y, cuando han despertado, ya era demasiado tarde para intentar apretar de verdad. Pese a ello la derrota previa del Covirán Granada le sirve para permanencer fuera del descenso,

El Betis Baloncesto ha conseguido esta noche una victoria tan necesaria como ciertamente engañosa frente al colista de la liga ACB, el Carplus Fuenlabrada que, pese a sumar solamente cuatro triunfos y ponerse veinte abajo en el segundo cuarto, le ha peleado el triunfo a los de Casimiro -aunque sin llevarles al límite- casi hasta el final.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto