Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Artículo económico
¿Se acuerda de aquéllos días de gloria desde mediados de los 90 a la crisis financiera de 2008 durante los que la Reserva parecía ser infalible?

La frustrada Reserva Federal

|

WASHINGTON --  El gobernador de la Reserva Alan Greenspan era "el Maestro". La Reserva sabía prolongar los ciclos de crecimiento económico y acortar los ciclos de contracción, al parecer. De 1982 a 2007, sólo hubo dos recesiones suaves. Las crisis financieras se desactivaban. Recuerde la forma en que se contuvo en el 2000 el pinchazo de la "burbuja azul".

Aquellos tiempos son historia. A pesar de los drásticos recortes de tipos y las masivas compras de valores del Tesoro llevados a cabo por la Reserva, la recuperación se retrasa después incluso del dato del empleo conocido el viernes (nóminas: más de 200.000; paro: descenso de 0,2 enteros porcentuales hasta el 8,5%). Una Reserva desesperada se agarra a casi todo para sacar a la actividad económica de su letargo.

Pruebas de la frustración afloraban en dos intervenciones esta última semana. El martes, la Reserva anunciaba que miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), su principal órgano rector, empezarán a hacer pronósticos detallados de tipos a futuros. Al día siguiente, la Reserva remitía al Congreso un informe de 26 folios de sugerencias para reanimar el lánguido sector inmobiliario.

Ninguna maniobra de las dos va a impulsar gran cosa la actividad económica. Ambas plasman la impaciencia de la Reserva y el deseo de no ser percibida como agente pasivo.

Empecemos por el informe de la vivienda. Rebosa de recordatorios pesimistas del problema. Desde su apogeo en 2006, el precio de la vivienda ha perdido alrededor de un tercio, lo que representa 7 billones en pérdidas. La relación entre el valor de mercado de una casa y la renta familiar post-impuestos es del 55%, el más bajo desde que se empezó a hacer el cálculo en 1950. Hace apenas unos años la relación estaba en máximos en torno al 140%. Unos 12 millones de propietarios tienen hipotecas "sobrevaloradas": el valor de tasación de su casa es inferior al importe de su hipoteca. Los descensos del valor de tasación de la vivienda de familias de ingresos medios (renta familiar en 2007 de 40.000 a 65.000 dólares) alcanzan una media del 66%, alrededor del doble del descenso súbito del 36% registrado en el caso de las familias de renta elevada (rentas por encima de los 150.000 dólares en 2007).

Una idea de la Reserva es que las casas embargadas cuya hipoteca fue garantizada por las hipotecarias públicas Fannie Mae, Freddie Mac y la Agencia Federal de la Vivienda -- alrededor de la mitad del parqué inmobiliario propiedad de instituciones financieras -- salgan a la venta con mayor rapidez. Pero la Reserva no puede obligar a eso. El poder reside en las agencias inmobiliarias y en sus agentes federales de regulación: la Agencia Federal de Financiación Inmobiliaria, el Tesoro, y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. El informe de la Reserva parece sobre todo un intento de obligar a los demás a hacer más.

En contraste, la decisión de que la Comisión de Mercado haga pronósticos de los tipos representa un gran cambio en el funcionamiento de la Reserva. Cada integrante particular del Comité hará predicciones de los cambios en los tipos de préstamo interbancario a corto plazo: el tipo de los préstamos a corto plazo extendidos entre instituciones bancarias. Alterar el tipo del préstamo es el principal instrumento a través del que la Reserva influencia la economía y los tipos de interés en general. El tipo de interés del préstamo a corto plazo lleva prácticamente a cero desde finales de 2008, y el Comité de Mercado ya ha manifestado que espera conservarlo ahí hasta mediados de 2013 por lo menos. Si los integrantes del Comité de Mercado pronostican tipos bajos más allá de mediados de 2013, esto podría empujar a la baja todavía más -- reza el argumento -- los tipos de los títulos a largo plazo y las hipotecas. Estos tipos inferiores ayudarían entonces a la recuperación promoviendo el endeudamiento e impulsando al mercado.

Pero hasta este efecto podría ser modesto, porque los tipos a largo plazo ya están muy bajos. En diciembre, los tipos de los títulos de deuda extendidos a inversores con la máxima calificación y de las hipotecas estaban ligeramente por debajo del 4%. En el caso de los títulos del Tesoro a 10 años, rondaban el 2%.

Como cambio permanente de la estrategia de la Reserva, el impacto de los pronósticos de los tipos no está claro. La idea general es que la Reserva se vuelva más "transparente". Cuantos más inversores externos conozcan sus opiniones -- reza la teoría -- más probable será que alineen sus estrategias de inversión con las intenciones de la Reserva. Habrá menos sorpresas, y la Reserva tendrá más fácil alcanzar sus objetivos. Ésa es la teoría.

En la práctica podría no funcionar, porque la economía cambia con demasiada frecuencia para hacer solventes las previsiones de tipos. Muchos estudios han confirmado que los pronósticos, los de la Reserva incluidos, yerran con regularidad en objetivos de primer orden (crecimiento económico, inflación o paro). Si la actividad económica no se puede pronosticar con solvencia, la previsión de tipos sustentada pues en pronósticos insolventes puede generar falsa confianza. Pueden brindar una mala orientación a futuras legislaciones.

El tiempo lo dirá. Mientras tanto, la Reserva está luchando por refutar la noción de que no puede hacer gran cosa para estimular la recuperación. ¿Pero qué parte de esto es política y qué parte es imagen?

La frustrada Reserva Federal

¿Se acuerda de aquéllos días de gloria desde mediados de los 90 a la crisis financiera de 2008 durante los que la Reserva parecía ser infalible?
Luis Agüero Wagner
martes, 10 de enero de 2012, 07:43 h (CET)
WASHINGTON --  El gobernador de la Reserva Alan Greenspan era "el Maestro". La Reserva sabía prolongar los ciclos de crecimiento económico y acortar los ciclos de contracción, al parecer. De 1982 a 2007, sólo hubo dos recesiones suaves. Las crisis financieras se desactivaban. Recuerde la forma en que se contuvo en el 2000 el pinchazo de la "burbuja azul".

Aquellos tiempos son historia. A pesar de los drásticos recortes de tipos y las masivas compras de valores del Tesoro llevados a cabo por la Reserva, la recuperación se retrasa después incluso del dato del empleo conocido el viernes (nóminas: más de 200.000; paro: descenso de 0,2 enteros porcentuales hasta el 8,5%). Una Reserva desesperada se agarra a casi todo para sacar a la actividad económica de su letargo.

Pruebas de la frustración afloraban en dos intervenciones esta última semana. El martes, la Reserva anunciaba que miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), su principal órgano rector, empezarán a hacer pronósticos detallados de tipos a futuros. Al día siguiente, la Reserva remitía al Congreso un informe de 26 folios de sugerencias para reanimar el lánguido sector inmobiliario.

Ninguna maniobra de las dos va a impulsar gran cosa la actividad económica. Ambas plasman la impaciencia de la Reserva y el deseo de no ser percibida como agente pasivo.

Empecemos por el informe de la vivienda. Rebosa de recordatorios pesimistas del problema. Desde su apogeo en 2006, el precio de la vivienda ha perdido alrededor de un tercio, lo que representa 7 billones en pérdidas. La relación entre el valor de mercado de una casa y la renta familiar post-impuestos es del 55%, el más bajo desde que se empezó a hacer el cálculo en 1950. Hace apenas unos años la relación estaba en máximos en torno al 140%. Unos 12 millones de propietarios tienen hipotecas "sobrevaloradas": el valor de tasación de su casa es inferior al importe de su hipoteca. Los descensos del valor de tasación de la vivienda de familias de ingresos medios (renta familiar en 2007 de 40.000 a 65.000 dólares) alcanzan una media del 66%, alrededor del doble del descenso súbito del 36% registrado en el caso de las familias de renta elevada (rentas por encima de los 150.000 dólares en 2007).

Una idea de la Reserva es que las casas embargadas cuya hipoteca fue garantizada por las hipotecarias públicas Fannie Mae, Freddie Mac y la Agencia Federal de la Vivienda -- alrededor de la mitad del parqué inmobiliario propiedad de instituciones financieras -- salgan a la venta con mayor rapidez. Pero la Reserva no puede obligar a eso. El poder reside en las agencias inmobiliarias y en sus agentes federales de regulación: la Agencia Federal de Financiación Inmobiliaria, el Tesoro, y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. El informe de la Reserva parece sobre todo un intento de obligar a los demás a hacer más.

En contraste, la decisión de que la Comisión de Mercado haga pronósticos de los tipos representa un gran cambio en el funcionamiento de la Reserva. Cada integrante particular del Comité hará predicciones de los cambios en los tipos de préstamo interbancario a corto plazo: el tipo de los préstamos a corto plazo extendidos entre instituciones bancarias. Alterar el tipo del préstamo es el principal instrumento a través del que la Reserva influencia la economía y los tipos de interés en general. El tipo de interés del préstamo a corto plazo lleva prácticamente a cero desde finales de 2008, y el Comité de Mercado ya ha manifestado que espera conservarlo ahí hasta mediados de 2013 por lo menos. Si los integrantes del Comité de Mercado pronostican tipos bajos más allá de mediados de 2013, esto podría empujar a la baja todavía más -- reza el argumento -- los tipos de los títulos a largo plazo y las hipotecas. Estos tipos inferiores ayudarían entonces a la recuperación promoviendo el endeudamiento e impulsando al mercado.

Pero hasta este efecto podría ser modesto, porque los tipos a largo plazo ya están muy bajos. En diciembre, los tipos de los títulos de deuda extendidos a inversores con la máxima calificación y de las hipotecas estaban ligeramente por debajo del 4%. En el caso de los títulos del Tesoro a 10 años, rondaban el 2%.

Como cambio permanente de la estrategia de la Reserva, el impacto de los pronósticos de los tipos no está claro. La idea general es que la Reserva se vuelva más "transparente". Cuantos más inversores externos conozcan sus opiniones -- reza la teoría -- más probable será que alineen sus estrategias de inversión con las intenciones de la Reserva. Habrá menos sorpresas, y la Reserva tendrá más fácil alcanzar sus objetivos. Ésa es la teoría.

En la práctica podría no funcionar, porque la economía cambia con demasiada frecuencia para hacer solventes las previsiones de tipos. Muchos estudios han confirmado que los pronósticos, los de la Reserva incluidos, yerran con regularidad en objetivos de primer orden (crecimiento económico, inflación o paro). Si la actividad económica no se puede pronosticar con solvencia, la previsión de tipos sustentada pues en pronósticos insolventes puede generar falsa confianza. Pueden brindar una mala orientación a futuras legislaciones.

El tiempo lo dirá. Mientras tanto, la Reserva está luchando por refutar la noción de que no puede hacer gran cosa para estimular la recuperación. ¿Pero qué parte de esto es política y qué parte es imagen?

Noticias relacionadas

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.

El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto