Cada día que pasa aparecen nuevas y desgarradoras noticias de violencia machista, de género o de como se quiera llamar en Afganistán. La última, la de una joven que ha estado hasta 6 meses encerrada sufriendo una tortura constante a manos de su marido y de su suegro por
negarse a ser puta.
Con 15 años, esta joven, Sahar Gul, ha vivido una experiencia que jamás podrá olvidar. Encerrada en un sótano de la casa de su familia política en la provincia Baghlan, en el norte de Afganistán, ha sufrido todo tipo de palizas, quemaduras de cigarros y demás vejaciones realizadas por su propio marido que le dobla en edad.
Por desgracia, esto no es ni mucho menos el final. Por mucho que el portavoz de Interior Afgano, Sediq Sediqi, diga que "continuamos con la búsqueda de los responsables. Hemos arrestado al
suegro y tenemos a un equipo de diez agentes buscando al resto de la
familia, entre ellos el marido de la chica torturada" la impunida sobre estos actos continuará.
Los hechos se suceden y la violencia continúa, hace unos días, nuestro corresponsal en Afganistán, Amador Guallar lo contaba así:
La foto que no pude tomar, vergüenza mía