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Aunque pueda parecer lo contrario, la vida y la familia no han desaparecido de la agenda política y social. Muestra de ello es la celebración en Budapest, a finales de mayo, de un Foro de debate organizado por la iniciativa europea “One of us”, que aglutina a políticos, pensadores y líderes de movimientos y de las múltiples realidades asociativas en defensa de la familia y de la vida.
Aunque a veces no disponga de escaparate público, existe en Europa una parte significativa de sociedad civil que toma iniciativa en este campo vital para una regeneración demográfica, cultural y moral de un continente que corre el riesgo de ver difuminada su propia identidad y sus valores más originales. La pretensión de redefinir realidades sociales básicas como el matrimonio y la familia, o de imponer legislaciones que desprecian o instrumentalizan la vida, es demasiado evidente.
En una cultura ética repleta de principios atávicos no superados pareciera que la reprobación moral de la familia no venciese la idea de otredad al entender la primera como un espacio colonizado y externo a cualquier realidad por escatológica que resultase. El tacticismo político usa de forma sombría este tipo de herencias sociales para definir las fronteras entre lo posible y no posible.
El sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y conformar una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas.
Nosotros, hombres sencillos, de difícil discurso, sólo tenemos claro varios términos muy simples: TIMO, ENGAÑO, MENTIRA, REALIDAD y VERDAD. Académicamente hay conceptos que se definen de tal forma que parecen lo que no son o son lo que no parecen... SÓLO UNA BUENA EDUCACIÓN ACLARA CADA SIGNIFICADO.
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