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Ni siquiera las agencias de rating, ofrecidas como las malas de la película en esta coyuntura, consiguen ignorar los beneficios positivos de las decisiones políticas que se han tomado en Islandia. "La economía de Islandia se recupera de la caída de sus tres bancos más importantes y ha vuelto a un crecimiento positivo después de dos años de contracción severa", decía esta semana Standard & Poor´s, tras subir el rating del país a BBB-/A-3, un peldaño por encima del umbral del grado especulativo. La agencia Fitch la mantiene en bono basura.
Las decisiones que el país ha tomado desde 2008, y sin víctimas (a no ser que contemos a los banqueros y políticos acusados de provocar la crisis), llevaron a la población a comprender inmediatamente la situación y ha reconocer que tenían parte de culpa en la bancarrota. Así que se apretaron el cinturón. Pero no como se ha hecho aquí o en otros países europeos.
Islandia tiene la solución | |||
Triplica su crecimiento respecto a la UE | |||
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Islandia prosigue su revolución, esa de la que poco sabemos. Ya sea porque su idioma no es fácil traducirlo incluso con "Google Translate" o porque simplemente allí deciden los ciudadanos y aquí todo queda en los mercados.
En 2008, cuando la caída de las grandes instituciones financieras de Estados Unidos arrastró a bancos y países a una crisis de deuda pública sin precedentes, Islandia formaba parte de esta lista y se situaba en los puestos de cabeza. Ahora, cuatro años después, el país presenta ante el mundo un crecimiento económico notable. Según las estimaciones del FMI, el país islandés cerrará 2011 con un crecimiento del PIB del 2,5% y con la previsión de crecer otro 2,5% en 2012, lo que significa un crecimiento tres veces mayor que el de todos los Estados miembro de la Unión Europea, ya que estos crecerán un 1,6% en 2011 y tienen una previsión del 1,1% para el próximo año. La tasa de desempleo también se reduce al 6% frente al 9,9% de la zona euro. Ni siquiera las agencias de rating, ofrecidas como las malas de la película en esta coyuntura, consiguen ignorar los beneficios positivos de las decisiones políticas que se han tomado en Islandia. "La economía de Islandia se recupera de la caída de sus tres bancos más importantes y ha vuelto a un crecimiento positivo después de dos años de contracción severa", decía esta semana Standard & Poor´s, tras subir el rating del país a BBB-/A-3, un peldaño por encima del umbral del grado especulativo. La agencia Fitch la mantiene en bono basura. Las decisiones que el país ha tomado desde 2008, y sin víctimas (a no ser que contemos a los banqueros y políticos acusados de provocar la crisis), llevaron a la población a comprender inmediatamente la situación y ha reconocer que tenían parte de culpa en la bancarrota. Así que se apretaron el cinturón. Pero no como se ha hecho aquí o en otros países europeos. |
En el mundo actual, la libertad de prensa es tanto un barómetro de la salud democrática de una nación como un derecho fundamental frecuentemente amenazado. Este mes, el Grupo Siglo XXI se centra en destacar la situación de la libertad de prensa en diferentes países, especialmente aquellos donde el derecho a informar y ser informado enfrenta las restricciones más severas. En este contexto, es vital reconocer y reflexionar sobre las realidades que enfrentan los periodistas en diversas partes del mundo.
Un nuevo informe realizado por la ONG World Vision, en colaboración con Ernst & Young, ha revelado que cada dólar invertido en Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) relacionada con la infancia produce un retorno de 10 dólares. Sin embargo, el informe también constata que, a pesar del impacto positivo de la inversión, de los 207.000 millones de dólares de inversión media anual mundial en AOD, sólo el 5% se destina a la infancia.
En 2023, el mundo registró 47 millones de nuevos desplazamientos dentro de las fronteras debidos, en gran parte, a desastres y conflictos, y el número total de quienes viven en esa situación se elevó a 75,9 millones, según se indica en un informe divulgado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
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