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La reelección del presidente Horacio Cartes, previa Enmienda Constitucional que ya está asegurada, significará la derrota final del Tiranosaurio de la calle Yegros

A Zuccolillo le crecieron los enanos

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Finalmente los empresarios del Paraguay que por décadas usurparon la representatividad del pueblo arrebatada a las autoridades electas, y dieron al poder político el tratamiento de un mero gerente de sus intereses, hoy ven hacerse realidad su peor pesadilla.

Es que estos empresarios, sobre todo el opulento Aldo Zuccolillo y su familia, pensaban que Cartes les daría los negocios más lucrativos que pudieran requerir de su gobierno, y obtenido lo anhelado, retribuirían silenciando sus ataques al gobierno. El método había resultado por décadas, y nadie suponía que esta vez fallaría.

El oligopolio mediático seguiría ignorando vastas áreas de la realidad, y exonerando de toda culpa a los privilegiados dueños de diarios y otros medios de comunicación. Zuccolillo y Vierci, empresarios como Cartes, seguirían siendo los únicos acusadores y nadie osaría sentarlos alguna vez en el banquillo de los acusados.

La libertad de prensa seguiría siendo la libertad de expresarse del dueño de la imprenta, y la cabeza de turco predilecta seguirían siendo actores de reparto, en la segunda línea de los privilegios, como los directores de entes o legisladores.

Pero al parecer el presidente Horacio Cartes, la pesadilla de los “impolutos”, tenía otros planes. En lugar de apaciguar los ánimos del periodismo local con los consuetudinarios sobornos, pautas publicitarias de binacionales o prebendas, avanzó sobre varios de los medios más populares del país y los puso a su servicio.

Fue el fin de la apacible fiesta para Vierci y Zuccolillo, a quienes les llegó el día de ver crecer a sus enanos.

La suposición que los periodistas publican lo que publican sin injerencia del propietario del medio, con total libertad de énfasis, contextualización y tono al plasmar una noticia, demostró no solo ser totalmente falsa, sino además una pérdida de tiempo inútil para los periodistas que intentaron evitar que Cartes se salga con la suya..

No pudo evitar que Cartes sostenga en sus cargos a todos los funcionarios que consideró capaces de ocuparlos, ni que otorgue las obras públicas a las empresas que ganaban las licitaciones, ni pudo frenar la emisión de bonos ni cerrar el paso a la Enmienda Constitucional que ya tiene camino allanado.

Y todo ello favoreciendo la libertad de expresión, aunque muchos periodistas que alquilan sus opiniones a sus respectivos patrones intenten hacernos creer lo contrario.

La libertad de prensa en Paraguay no está en peligro debido a la incursión de empresas vinculadas a Cartes en ese rubro, sino todo lo contrario.

Por primera vez en décadas, el público paraguayo puede enterarse de las maniobras que actores (y también productores) políticos como Zuccolillo o Vierci, realizan en la oscuridad para seguir recibiendo privilegios. La mayoría de sus operaciones de prensa fueron neutralizadas y desactivadas en los últimos años, y terminaron en rotundo fracaso.

Tengo certeza que esta visión de la realidad no será del agrado de todos, pero a ellos les recuerdo que la libertad de expresión se trata precisamente de tolerar las opiniones que nos disgustan.

A Zuccolillo le crecieron los enanos

La reelección del presidente Horacio Cartes, previa Enmienda Constitucional que ya está asegurada, significará la derrota final del Tiranosaurio de la calle Yegros
Luis Agüero Wagner
sábado, 1 de abril de 2017, 11:36 h (CET)
Finalmente los empresarios del Paraguay que por décadas usurparon la representatividad del pueblo arrebatada a las autoridades electas, y dieron al poder político el tratamiento de un mero gerente de sus intereses, hoy ven hacerse realidad su peor pesadilla.

Es que estos empresarios, sobre todo el opulento Aldo Zuccolillo y su familia, pensaban que Cartes les daría los negocios más lucrativos que pudieran requerir de su gobierno, y obtenido lo anhelado, retribuirían silenciando sus ataques al gobierno. El método había resultado por décadas, y nadie suponía que esta vez fallaría.

El oligopolio mediático seguiría ignorando vastas áreas de la realidad, y exonerando de toda culpa a los privilegiados dueños de diarios y otros medios de comunicación. Zuccolillo y Vierci, empresarios como Cartes, seguirían siendo los únicos acusadores y nadie osaría sentarlos alguna vez en el banquillo de los acusados.

La libertad de prensa seguiría siendo la libertad de expresarse del dueño de la imprenta, y la cabeza de turco predilecta seguirían siendo actores de reparto, en la segunda línea de los privilegios, como los directores de entes o legisladores.

Pero al parecer el presidente Horacio Cartes, la pesadilla de los “impolutos”, tenía otros planes. En lugar de apaciguar los ánimos del periodismo local con los consuetudinarios sobornos, pautas publicitarias de binacionales o prebendas, avanzó sobre varios de los medios más populares del país y los puso a su servicio.

Fue el fin de la apacible fiesta para Vierci y Zuccolillo, a quienes les llegó el día de ver crecer a sus enanos.

La suposición que los periodistas publican lo que publican sin injerencia del propietario del medio, con total libertad de énfasis, contextualización y tono al plasmar una noticia, demostró no solo ser totalmente falsa, sino además una pérdida de tiempo inútil para los periodistas que intentaron evitar que Cartes se salga con la suya..

No pudo evitar que Cartes sostenga en sus cargos a todos los funcionarios que consideró capaces de ocuparlos, ni que otorgue las obras públicas a las empresas que ganaban las licitaciones, ni pudo frenar la emisión de bonos ni cerrar el paso a la Enmienda Constitucional que ya tiene camino allanado.

Y todo ello favoreciendo la libertad de expresión, aunque muchos periodistas que alquilan sus opiniones a sus respectivos patrones intenten hacernos creer lo contrario.

La libertad de prensa en Paraguay no está en peligro debido a la incursión de empresas vinculadas a Cartes en ese rubro, sino todo lo contrario.

Por primera vez en décadas, el público paraguayo puede enterarse de las maniobras que actores (y también productores) políticos como Zuccolillo o Vierci, realizan en la oscuridad para seguir recibiendo privilegios. La mayoría de sus operaciones de prensa fueron neutralizadas y desactivadas en los últimos años, y terminaron en rotundo fracaso.

Tengo certeza que esta visión de la realidad no será del agrado de todos, pero a ellos les recuerdo que la libertad de expresión se trata precisamente de tolerar las opiniones que nos disgustan.

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