Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Idiomas | Inglés

La obsesión con el inglés

No confundamos la necesidad de aprender inglés con el olvido de nuestra propia lengua
Guillermo Valiente Rosell
viernes, 24 de marzo de 2017, 00:00 h (CET)
El inglés se ha convertido en el idioma imprescindible a nivel global. Mandatarios de diferentes países se entienden entre sí en inglés ‒en el caso de los gobernantes españoles, cuanto menos, lo intentan‒ y cada vez es más frecuente que las empresas exijan a sus trabajadores el dominio de la lengua de Shakespeare.

Las academias y profesores particulares de inglés hacen el agosto en nuestro país, y a ellos se añaden ahora sus equivalentes chinos o alemanes. Sin embargo, los españoles seguimos entre los europeos con peor nivel de idiomas extranjeros. Los políticos tratan de captar algunos votos hablando de colegios bilingües y trilingües, mientras nosotros seguimos convencidos de que lo de los idiomas es cuestión de echarle coraje y lanzarse a la aventura.

Cada vez se escuchan más voces que critican el enorme gasto que realiza la industria cinematográfica y televisiva en España para doblar series y películas americanas, y alegan que si todas esas producciones de éxito se emitieran en versión original, tendría lugar el milagro y los españoles aprenderíamos inglés como nuestros vecinos europeos. Sin embargo, nadie piensa en qué pasa con el español. El castellano es uno de los idiomas con más hablantes y una lengua que sostiene una riqueza cultural sin igual. Está bien que intentemos aprender inglés, pero, que no nos engañen, nuestro idioma es el español, y éste es el que debemos hablar y fomentar.

Iberoamérica aporta al mundo un enorme número de hispanohablantes, muchos de los cuales residen en Estados Unidos, lo que supone un grandísimo potencial para nuestra lengua de cara al futuro. Por ello deberíamos estar orgullosos y proteger y reivindicar nuestro idioma, y rechazar esa corriente que trata de hacernos creer que aquél que no sepa inglés no tiene nada de provecho que ofrecer. En este sentido, causa desánimo, por ejemplo, que cada vez se utilice más la palabra “parking” cuando disponemos de una palabra como “aparcamiento”, que significa exactamente lo mismo.

No confundamos la necesidad de aprender inglés, fruto de cómo se ha desarrollado el fenómeno de la globalización, con el olvido de nuestra propia lengua. En el ámbito de la diplomacia política y empresarial, puede que resulte imprescindible su uso, pero en el día a día, debemos cuidar nuestra lengua, utilizándola adecuadamente y rechazando aquellos extranjerismos que no aporten nada a nuestro idioma. No se trata de nacionalismo, sino de sentido común y preocupación por la cultura.

Noticias relacionadas

Estamos entrando en tiempos en los que la palabra paz se pronuncia con más facilidad que se practica. No faltan quienes, antes de llegar al poder, aseguran que no iniciarán nuevas guerras, que pondrán fin a las ya existentes, que tenderán puentes en lugar de cavar trincheras. Promesas que, una vez alcanzadas las altas esferas, se diluyen entre intereses y el deseo, a menudo mal disimulado, de dejar una huella de fuerza en el tablero internacional.

Oímos hablar en los medios de los aforamientos y de sus beneficiados, los aforados. Pero con frecuencia nos liamos la manta a la cabeza y creemos que solo son aforados los políticos, o que ningún aforado puede ser juzgado. Con lo que bien está que sean aclaradas ciertas cosas básicas sobre tan esencial asunto.

El 23 de junio de 1936, un documento oficial norteamericano revela la inquietud que embarga a los delegados de Estados Unidos para lograr un acuerdo territorial relacionado con el Chaco, a un año de haberse logrado el cese de hostilidades entre Paraguay y Bolivia.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto