Thilo Sarrazin, exdirectivo del Banco Central de Alemania y miembro del SPD, vuelve a ocupar un lugar central en el debate político alemán. El polémico economista ha criticado duramente un plan propuesto por el Partido Socialdemócrata, según el cual se establecerían cuotas para inmigrantes en los puestos ejecutivos del partido.

Dichas cuotas han sido criticadas por Sarrazin con el argumento de que “el entendimiento de cada cual no depende de que sea inmigrante o no”. Además, el economista también piensa que cuando se trata de inmigración, “pocos tienden a ver los problemas y dificultades de manera objetiva”, acusando así de corrección política a aquellos que defienden las cuotas.

Las reacciones no se han hecho esperar, y el presidente del partido en Schleswig-Holstein, Ralf Stegner, ha afirmado que “Sarrazin es el último que nos debe dar consejos en cuanto a políticas de integración”. Mientras, Florian Pronold, jefe de los socialdemócratas bávaros, ha declarado que el economista “ya no está” junto al partido.

División entre los votantes del SPD
La peor noticia para los socialdemócratas es la división que las posturas de Sarrazin están provocando en el partido. Según una encuesta de Forsa para la revista Stern, el 49% de los votantes del SPD piensan que Sarrazin debe seguir como militante, mientras un 38% defiende las tesis de la dirección, que quiere dejarle sin carné.

La prensa alemana ofrece diferentes puntos de vista sobre el asunto: el Tageszeitung y el Süddeutsche Zeitung, cercanos a la izquierda, coinciden en afirmar que Sarrazin “humilla” al Partido Socialdemócrata. Por otro lado, periódicos conservadores como el Frankfurter Allgemeine o Die Welt destacan las declaraciones de miembros del SPD respondiendo a su compañero de partido.