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Colección de ‘floreros’, sablistas y garrapatas

Muchos representantes políticos y ‘representantas’ llegan a las instituciones y a la política para vivir de ellas gracias a ella
Jesús  Salamanca
jueves, 23 de marzo de 2017, 00:49 h (CET)
Muchas veces me acuerdo de ese ínclito alcalde que ha tenido Valladolid durante veinte años: Francisco Javier León de la Riva. Ha sido el alcalde que más años ha permanecido al frente del consistorio vallisoletano y quien más ha cambiado la ciudad, pero para bien. Nada que ver con el tipo de políticos que hoy pululan por esta España nuestra, a los que perfectamente se podría aplicar el “Sainete del burro político”, de Muñoz Seca, publicado en 1906. Por cierto, no ha perdido actualidad a pesar de haber transcurrido 111 años.

¿A qué viene este comentario sobre mi alcalde favorito y más apreciado? Pues viene a colación porque hace tiempo dijo que “no debería estar en política quien no hubiera trabajado antes en su profesión durante unos años”. ¿Qué quería decir? Sencillamente que en política hay que saber gestionar, negociar y parlamentar, por lo que hay que tener un mínimo de experiencia acumulada y como cada político debe ser especialista en algo para trabajar y profundizar en ese tema, por el bien de la sociedad a la que representa, pues debe llegar con lecciones aprendidas, un sobrado bagaje exponencial en su especialidad y, además, debe estar dispuesto a servir, nunca a “servirse de los demás”. No es el caso de muchos representantes políticos y ‘representantas’ políticas que llegan a las instituciones y a la política para vivir de ellas gracias a ella.

Cuando un político o su correspondiente femenina viven de algo sin demostrar nada y cuando se comprueba que no tienen nada que aportar, se habla de PARÁSITOS SOCIALES, lo mismo para hombres que para mujeres. La RAE dice que es preceptivo el uso del genérico y que evitemos memeces del tipo de ‘ñoños y ñoñas’, pulgones y ‘pulgonas’, parásitos y ‘parásitas’, garrapatas y ‘garrapatos’, ciudadanos y ciudadanas,…

Precisamente para evitar llamar a ese tipo de gente cosas muy raras, nos vamos a centrar en seis personajes (así, no ‘personajas’, como diría, por ejemplo, Alberto Garzón y otros del clan de personajes de colmillo retorcido) que han aparecido integrados en una fotocomposición; a saber, Leyre Pajín, Bibiana Aído, Ada Colau, Rita Maestre, Susana Díaz e Irene Montero. En la citada foto se dice que ninguna de ellas ha trabajado fuera de la política, al menos antes de llegar a ese noble arte; otra cuestión es cuando se dan a conocer. Por lo tanto nunca antes habían cotizado a la Seguridad Social; es más, se remata la simpática foto con el comentario: “¿Éstas son las que dicen cómo crear empleo?”.

En esos casos, muchas de ellas acaban en Endesa, Filesa, Time Sport, Iberdrola,… Se refugian en los Consejos de Administración para dejarse ver; tal es el caso, también, de la exministra, Ángeles Amador, cuyo vástago –Pablo Bustinduy Amador, hijo de la casta podemita— anda malmetiendo con las dañinas puertas giratorias, incluida la que traspasó su progenitora. Y luego pasa lo que pasa, como pasó en Caja España-Duero, que la inutilidad de muchos de los integrantes del Consejo (sucedió también en muchas otras cajas de ahorro) accedieron a que se llevaran a cabo actividades que han resultado ser nefastas y convertirse en el veneno de las cajas: preferentes, subordinadas, cláusula suelo, créditos preferentes a dirigentes,…

No me sorprende que se hable de ellas como chupópteras, abrazafarolas, garrapatas, sablistas, vividoras, aprovechadas, inútiles, chinches, pulgonas e incluso parásitas, como antes dije. Todo esto sirve lo mismo para los hombres. Que haberlos, haylos, como las meigas gallegas; no es más que comprobar la bajeza dialéctica del tal Pablo Manuel Iglesias, coincidiendo con la respuesta que cree que le podía haber dado hoy Mariano Rajoy en cuestión de presupuestos, aludiendo a que no lee los informes de los abogados de la Cámara: "me la trae floja, me la suda, me la trae al fresco, me la pela o me la refanfinfla".

No es fácil caer más bajo o ubicarse en un rincón o en una formación más despreciable. A fuerza de escuchar mal, Manuel Pablo utiliza cada vez más “malapropismos”; eso hace que no sean reconocidos como simples errores y sí como torpezas por querer llegar donde no puede, por su estrafalaria formación política. No me extrañaría que este graciosillo del Congreso de los Diputados acabe ‘sustrayendo matrimonio en segundas náuseas’. Por cierto, ya han empezado a llevar chaqueta, algunos también corbata. ¿Se acuerdan de la época socialista y del paso de la pana al traje moderno y de grácil hechura? Pues eso.

La prueba de ello es que ellas quedan expuestas aquí, pero también podemos exponerlos a ellos (Rufián, Echenique, Iglesias, Junqueras, Maíllo, Zapata, Monedero, Errejón,…) Y además podríamos contar auténticas bufonadas de cada uno de ellas: desde la autora y difusora de las “miembras”, pasando por la “asaltacapillas” que gritaba aquello de “arderéis como en el 36”, siguiendo por la alcaldesa barcelonesa que, dicho sea de paso, es la más desprestigiada de Europa y acabando por la “machirula”. Doy fe.

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