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FelipeMuñoz

Zapatero: Verdad, bondad y utilidad de un presidente que se va

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De todos es conocida la gran fama de Sócrates, en la Antigua Grecia, por su ironía y, al mismo tiempo, por su respeto hacia todos los hombres.

El triple filtro de Sócrates

Cierto día, un conocido se encontró con él y lo abordó: “¿Sabes lo que he escuchado acerca de uno de tus discípulos?” Sócrates, que afirmaba no tener discípulos, sino amigos, se quedó pensativo y respondió: “Un momento. Antes de escucharte, desearía examinar lo que vas a decirme. Lo llamo ‘El triple filtro’”.

“¿El triple filtro?”, se sorprendió el desconocido conocido de Sócrates. Podemos intuir que, sabiendo de la fama del ateniense, comenzó a arrepentirse de haber empezado la conversación.

“Correcto.”, siguió el maestro de Platón, “Antes de que me hables sobre mi amigo, quizá sería un buena idea cribar tres veces tus palabras. La primera criba es el filtro de la verdad; ¿estás absolutamente seguro de que lo que vas a contarme es cierto?”.

“No.”, respondió el desconcertado conocido, “Sólo lo escuché y …” “Bien.”, interrumpió Sócrates, “Entonces, realmente, no sabes si es cierto o no”.

“Ahora, permíteme aplicar la segunda criba, el filtro de la bondad. Lo que vas a contarme, ¿es algo bueno?”. “Todo lo contrario”, respondió el hombre, que, intuimos de nuevo, ya mostraría visibles ganas de marcharse. “Entonces”, resumió Sócrates, “deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro de que sea cierto. Sin embargo, aún lo escucharía si pasara la tercera criba, el filtro de la utilidad: ¿me servirá de algo saber lo que vas a contarme de mi amigo?”.

“No.”, respondió su interlocutor, “La verdad es que no.”
“Entonces”, concluyó Sócrates, “si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, ni útil, ¿por qué querría yo saberlo?”

El presidente Zapatero no se presenta a las elecciones

En estos días, nuestro presidente del gobierno ha comunicado, no sabemos muy bien si a su partido o al conjunto de los españoles, que no va a ser candidato a las elecciones generales de 2012. Permítasenos, hoy, aplicar la triple criba de Sócrates a lo que ha dicho el presidente.

El filtro de la verdad

En primer lugar, está la Verdad. Es evidente que el hecho físico y subjetivo de que José Luis Rodríguez Zapatero no piensa presentarse a las próximas elecciones generales es cierto. O, al menos, lo parece. Pero, a día de hoy, no sabemos lo realmente importante para los españoles: si su proyecto y su forma de hacer política se retiran, efectivamente, con él. Por lo demás, esta confesión nos deja en un estado de incertidumbre sobre lo que ocurrirá hasta que lleguen las susodichas elecciones.

Por tanto, aunque, en sentido trivial, lo que ha dicho el presidente sea cierto, en sentido político, más allá de sus decisiones personales, nos aporta muchas más incertidumbres que verdades. Ni siquiera ha vinculado su decisión a la cuestión política de la limitación de mandatos, ni a cuestión política alguna. Y, en fin, sólo nos ha dejado eso: una confesión personal.

En conclusión, en cuanto a la verdad política de la marcha del presidente, en cuanto a la cuestión de si, con él, se marchan los iluminados experimentos, dejados a medias, de ingeniería política creativa, en cuanto a esto, no sabemos nada y, de este modo, no pasaría el primer filtro de Sócrates.

El filtro de la bondad

En cuanto a la bondad, nada sabemos tampoco. Dada la experiencia de anteriores elecciones primarias a la Secretaría General en el partido del gobierno, no sabemos si quedarnos con la carta de la elección de Borrell, y su posterior acoso y derribo, o con la elección de Zapatero y sus conocidas consecuencias posteriores.

Que el presidente del gobierno se retire dentro de un año y lo anuncie ahora, siendo muy optimistas, no será ni bueno ni malo para los españoles. Quizá sea bueno para Emilio Botín, pero el resto de los de a pie sólo lo sabremos cuando haya una alternativa, venga de donde venga. Tampoco pasamos, en este caso, la segunda criba de Sócrates.

El filtro de la utilidad

Aún escucharíamos si encontrásemos utilidad, el tercer filtro de Sócrates. Quizá, o seguro, el anuncio de Rodríguez Zapatero será muy útil a su partido. Tal vez, incluso, le ayude a mejorar sus resultados electorales y dará tiempo a los posibles sucesores para preparar su candidatura y tenernos despistados, en medio de la debacle económica, política y moral, como si de accidentes nucleares en medio de un terremoto se tratara.

Para el resto de los españoles, la utilidad del anuncio queda en poco menos que dudosa. Si no se van a celebrar elecciones generales, uno no alcanza a comprender que puede hacer con la información de que uno u otro candidato no se va a presentar a ellas dentro de un año. Y, mucho menos, cuando seguimos votando listas cerradas por los comités de los partidos, en base a Dios sabe qué criterios. Por tanto, tampoco hay utilidad en esta íntima confesión de nuestro presidente del gobierno.

Entonces…

Así que, si políticamente hablando (porque estamos hablando de política, y no haciendo prensa rosa de la vida del presidente) el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero no es ni cierto, ni bueno, ni útil, ¿para qué querríamos saberlo los españoles?

Zapatero: Verdad, bondad y utilidad de un presidente que se va

FelipeMuñoz
Felipe Muñoz
martes, 5 de abril de 2011, 06:53 h (CET)
De todos es conocida la gran fama de Sócrates, en la Antigua Grecia, por su ironía y, al mismo tiempo, por su respeto hacia todos los hombres.

El triple filtro de Sócrates

Cierto día, un conocido se encontró con él y lo abordó: “¿Sabes lo que he escuchado acerca de uno de tus discípulos?” Sócrates, que afirmaba no tener discípulos, sino amigos, se quedó pensativo y respondió: “Un momento. Antes de escucharte, desearía examinar lo que vas a decirme. Lo llamo ‘El triple filtro’”.

“¿El triple filtro?”, se sorprendió el desconocido conocido de Sócrates. Podemos intuir que, sabiendo de la fama del ateniense, comenzó a arrepentirse de haber empezado la conversación.

“Correcto.”, siguió el maestro de Platón, “Antes de que me hables sobre mi amigo, quizá sería un buena idea cribar tres veces tus palabras. La primera criba es el filtro de la verdad; ¿estás absolutamente seguro de que lo que vas a contarme es cierto?”.

“No.”, respondió el desconcertado conocido, “Sólo lo escuché y …” “Bien.”, interrumpió Sócrates, “Entonces, realmente, no sabes si es cierto o no”.

“Ahora, permíteme aplicar la segunda criba, el filtro de la bondad. Lo que vas a contarme, ¿es algo bueno?”. “Todo lo contrario”, respondió el hombre, que, intuimos de nuevo, ya mostraría visibles ganas de marcharse. “Entonces”, resumió Sócrates, “deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro de que sea cierto. Sin embargo, aún lo escucharía si pasara la tercera criba, el filtro de la utilidad: ¿me servirá de algo saber lo que vas a contarme de mi amigo?”.

“No.”, respondió su interlocutor, “La verdad es que no.”
“Entonces”, concluyó Sócrates, “si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, ni útil, ¿por qué querría yo saberlo?”

El presidente Zapatero no se presenta a las elecciones

En estos días, nuestro presidente del gobierno ha comunicado, no sabemos muy bien si a su partido o al conjunto de los españoles, que no va a ser candidato a las elecciones generales de 2012. Permítasenos, hoy, aplicar la triple criba de Sócrates a lo que ha dicho el presidente.

El filtro de la verdad

En primer lugar, está la Verdad. Es evidente que el hecho físico y subjetivo de que José Luis Rodríguez Zapatero no piensa presentarse a las próximas elecciones generales es cierto. O, al menos, lo parece. Pero, a día de hoy, no sabemos lo realmente importante para los españoles: si su proyecto y su forma de hacer política se retiran, efectivamente, con él. Por lo demás, esta confesión nos deja en un estado de incertidumbre sobre lo que ocurrirá hasta que lleguen las susodichas elecciones.

Por tanto, aunque, en sentido trivial, lo que ha dicho el presidente sea cierto, en sentido político, más allá de sus decisiones personales, nos aporta muchas más incertidumbres que verdades. Ni siquiera ha vinculado su decisión a la cuestión política de la limitación de mandatos, ni a cuestión política alguna. Y, en fin, sólo nos ha dejado eso: una confesión personal.

En conclusión, en cuanto a la verdad política de la marcha del presidente, en cuanto a la cuestión de si, con él, se marchan los iluminados experimentos, dejados a medias, de ingeniería política creativa, en cuanto a esto, no sabemos nada y, de este modo, no pasaría el primer filtro de Sócrates.

El filtro de la bondad

En cuanto a la bondad, nada sabemos tampoco. Dada la experiencia de anteriores elecciones primarias a la Secretaría General en el partido del gobierno, no sabemos si quedarnos con la carta de la elección de Borrell, y su posterior acoso y derribo, o con la elección de Zapatero y sus conocidas consecuencias posteriores.

Que el presidente del gobierno se retire dentro de un año y lo anuncie ahora, siendo muy optimistas, no será ni bueno ni malo para los españoles. Quizá sea bueno para Emilio Botín, pero el resto de los de a pie sólo lo sabremos cuando haya una alternativa, venga de donde venga. Tampoco pasamos, en este caso, la segunda criba de Sócrates.

El filtro de la utilidad

Aún escucharíamos si encontrásemos utilidad, el tercer filtro de Sócrates. Quizá, o seguro, el anuncio de Rodríguez Zapatero será muy útil a su partido. Tal vez, incluso, le ayude a mejorar sus resultados electorales y dará tiempo a los posibles sucesores para preparar su candidatura y tenernos despistados, en medio de la debacle económica, política y moral, como si de accidentes nucleares en medio de un terremoto se tratara.

Para el resto de los españoles, la utilidad del anuncio queda en poco menos que dudosa. Si no se van a celebrar elecciones generales, uno no alcanza a comprender que puede hacer con la información de que uno u otro candidato no se va a presentar a ellas dentro de un año. Y, mucho menos, cuando seguimos votando listas cerradas por los comités de los partidos, en base a Dios sabe qué criterios. Por tanto, tampoco hay utilidad en esta íntima confesión de nuestro presidente del gobierno.

Entonces…

Así que, si políticamente hablando (porque estamos hablando de política, y no haciendo prensa rosa de la vida del presidente) el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero no es ni cierto, ni bueno, ni útil, ¿para qué querríamos saberlo los españoles?

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