Como toda gran estrella del rock que se precie, cada vez que Keith Richards hace o dice algo se forma una buena. Es por ello que saltaron todas las alarmas cuando se supo que el mítico guitarrista de los Rolling Stones iba a publicar un tomo con sus memorias: si es capaz de liarla con una escueta declaración (“me esnifé las cenizas de mi padre”, por poner un ejemplo), imaginaos la que se puede montar con toda una recopilación de sus vivencias, que seguro no tienen desperdicio. La autobiografía, bautizada con el nombre de “Life” (no se puede decir que se haya roto la cabeza precisamente), se publicó en España a principios de este mes y no ha pasado mucho tiempo hasta que ha empezado a dar que hablar.

Sin ir más lejos, en sus páginas se hace mención al famoso incidente con los restos mortales de su progenitor. En su momento se dijo que todo había sido un malentendido, y el propio Richards se encargó de desmentir que el siniestro suceso hubiese tenido lugar. Ahora, gracias al libro, sabemos que aquello sí ocurrió realmente y que la maniobra posterior del guitarrista tan sólo fue una forma de escurrir el bulto. La verdad es que, viniendo de un personaje como él, lo contrario habría sido una decepción.

Al que, por lo visto, no le ha sentado muy bien que la verdad salga a la luz es a su compañero de banda, Mick Jagger. Hace unos días, una supuesta carta del cantante en la que ponía a Richards de vuelta y media y criticaba duramente su versión de los hechos fue a parar por error a las manos del periodista Bill Wyman, de la revista “Slate”, que no dudó en publicarla. El presunto error estaría relacionado con el nombre del plumilla, que es exactamente el mismo que el del exbajista de los Stones, a quien iba dirigida la carta en realidad. Al final resultó que todo había sido una especie de broma del tal Wyman, aunque muchos medios se lo tomaron en serio y lo difundieron como una noticia real (de hecho, todavía hay algunos que creen que el documento es auténtico). Lo que sí es cierto es que Jagger leyó el libro y algunas de las cosas que encontró ahí, en especial las referidas a su persona, no le hicieron demasiada gracia, aunque, después de toda una vida de rifirrafes con Keith, es evidente que esto no iba a ser la gota que colmara el vaso.

A parte de la polémica que puedan suscitar los acontecimientos que Richards narra en sus memorias, la promoción de estas también le ha servido al rockero para protagonizar nuevos escándalos. El más sonado se produjo recientemente y tuvo como víctima a un pobre periodista sueco que fue agredido por el guitarrista. Al parecer, el susodicho periodista, de nombre Markus Larsson, fue autor de una crónica desfavorecedora de un concierto de los Rolling Stones que se celebró en Gotemburgo en 2007, llegando a calificar a la banda de principiante y a decir que Richards subió borracho al escenario. Este se la tenía jurada desde entonces y, en cuanto reconoció a Larsson durante el transcurso de una entrevista en un hotel de París, no dudó en amenazar y golpear en la cabeza al redactor, que no le quedó otra que salir a escape del lugar. Seguro que la próxima vez se lo pensará dos veces antes de meterse con un rockero de la vieja escuela.

Dejando al margen el lanzamiento de esta biografía y otras cuestiones de corte sensacionalista, lo que de verdad nos estamos preguntando todos es: ¿y qué pasa con los Rolling Stones? Pues no parece que pase nada. El año pasado se dijo que en 2010 harían una gira mundial, cosa que se encargaron de desmentir rápidamente el pasado enero. Ahora se rumorea que tal vez en 2011 ocurra algo ¿Gira? ¿Nuevo disco? Nadie lo sabe, pero no tiene pinta de que se esté cociendo nada, así que lo mejor es que no nos hagamos ilusiones. Lo más parecido a nuevo material que hemos tenido este año es el tema inédito “Plundered My Soul”, que fue incluido en la reedición del álbum “Exile On Main St.” y para el que Mick Jagger, Keith Richards y Mick Taylor grabaron nuevas tomas.

Una cosa es segura: por el momento, y a pesar de que todos sus miembros están ya rondando los 70 años, a los Stones no se les pasa por la cabeza la jubilación. A eso es a lo que yo llamo una vida de rock and roll.