Era uno de los partidos más importantes del año en la categoría (todo un Celta - Betis), pero a pesar de ello, aquel domingo de fútbol matutino no evitó que mi mente volara una y otra vez desde Balaídos a Valencia. ¿Lo habrá conseguido Julito Simón? Andrea está muy fuerte, sí, ¡seguro le ha pasado! Pero bueno, a lo mejor Elías le echa un cable... Mil y una cábalas contradictorias que brotaron en las mentes de todos aquellos aficionados que, tras una temporada de ensueño, eran conscientes de la proeza irrepetible a la que podíamos asistir en la costa levantina.

Simón no dio opción al error de última hora, y ofreció su imagen más guerrera para ratificar, con su podio en Cheste, una hegemonía histórica para un deporte tan masificado como el motociclismo. Tres campeones y tres subcampeonatos, el triple-doble que representa la perfección absoluta en un año inolvidable para los amantes de las dos ruedas. La hermosa imagen del terceto de ganadores en la línea de meta del circuito valenciano, fue el broche emotivo para ocho meses de dictadura ibérica digna del mayor de los reconocimientos.

Lorenzo se ha erigido como el líder sólido de esta generación de campeones. Triunfo indiscutible sobre rivales de la talla del \'extraterrestre\' Valentino, Pedrosa (heroica segunda plaza del de Castellar del Vallés) o el ex-campeón Casey Stoner. El mallorquín no tenía nada que demostrar tras una temporada con récord de puntos incluido, pero las dos últimas victorias han secado todas las babas de envidia de esas bocas de verba fácil y análisis sesgado.

En Moto2, Toni Elías representa la victoria de la constancia. Uno de los pilotos más queridos por los aficionados (ganado a pulso con su imborrable sonrisa y carácter cercano), continúa demostrando que sólo la falta de oportunidades nos ha apartado de un campeón en Moto GP. Estreno de lujo para una categoría espectacular, donde la diferencia la pone el temple del piloto y no la ingeniería mecánica. El próximo año retorna a \'Primera\', a seguir luchando con menos medios por ser el mejor de los pobres. Ahora, al menos, lo hará como campeón del mundo.

La orgía de éxitos en 125cc está archivada ya en el cajón de las leyendas. Si alguien le pusiera el cartel de \'Campeonato de España\' delante, ningún aficionado se hubiera sorprendido. Trío de ases, con un Espargaró luchador y un Terol sobresaliente. Lo de Marc es para saborear lentamente. La sensación que te regala este genio adolescente es la de estar viendo el principio de algo mucho mayor. El mundillo del deporte de alta competición es cruel, pero el descaro y habilidad mostrados en carreras como la de Estoril, le auguran un futuro brillante a corto plazo. ¿Sucesor de Elías en Moto2? Será complicado, pero no lo descarten.

Menudo añito nos han dado sobre el asfalto de medio mundo. Me duele la poca valentía de los medios especializados españoles ante noticias de este calado. Un derbi insulso y predecible no puede robar protagonismo a una hazaña nunca vista. Pero la costumbre en este país hace escuela, y gobierna con tanta libertad que da hasta reparo enfrentarse a ella. Y eso que en esta época dorada parece que ahora vamos de tres a tres. Como en motos, Gasol se marcó un nuevo triple-doble de auténtica estrella ante Portland (muy recomendable el reportaje de la ESPN sobre el pívot de Sant Boi, así se honra al periodismo deportivo), y Fernando buscará el domingo el trío de entorchados en Abu Dabi (aquí sobra lo de\' doble\', ya que Alonso corre sin compañero...). Es tal borrachera de éxitos que hay tripletes que hasta nos los quieren robar de las manos. El tercer Tour de Contador está en el aire. No importa, si le dejan, volverá para recuperarlo. Con dedicatoria a Pat McQuaid incluida.