Recuerdo con nostalgia cuando grababa programas con el VHS. Esas cintas grandes, las introducías en el vídeo y rebobinabas hasta el principio. Le dabas al “play” y a ver lo que no habías podido visualizar en directo. Yo lo hacía, y así acabo el pobre vídeo, que grababa la voz y la imagen no y al revés. Pero, ¿lo he sustituido? Si, en cierta manera si, pero no comprándome otro vídeo ni nada parecido, lo ha sustituido Internet.
En pleno siglo XXI el noventa 90 % de las casas (hablando siempre del estado español) tiene un ordenador con su conexión ADSL con acceso a gran parte del mundo, entre otras cosas a las páginas web de las cadenas de televisión en donde puedes ver tus programas favoritos o los capítulos de tus series preferidas. Personalmente me considero un usuario de estas facilidades que nos ofrece la tecnología. Es muy cómodo no tener que estar pendiente de llegar a casa para ver el espacio televisivo al que estas enganchado y de esta manera poder disfrutar más de otras cosas, ya lo verás cuando tengas tiempo.
De momento, la televisión en directo por Internet no es del todo efectiva, tiene sus problemillas de velocidad o de carga. Sin embargo, el dato a destacar más relevante es que todavía no esta la programación entera de la cadena en directo, tan sólo de programas sueltos, los que para el canal son los más relevantes o los que más público acogen.
La verdad es que el hecho de que los canales de televisión cuelguen los programas en la red es una gran ventaja para que de esta manera el usuario vea lo que desea ver sin tener que aguantar el programa que hay antes o los tan asqueados ANUNCIOS. Pero sintiéndolo mucho la publicidad también llegará ahí, porque la publicidad no tiene barreras, es infinita.