Es triste, pero el dinero mueve el mundo. Lo mueve de tal manera que destruye sociedades y familias que parecían tener lazos capaces de superar todo. Todo menos litigar por monedas.
Estos litigios, como cosa nueva, han aparecido a consecuencia de las “ donaciones “ de óvulos y podíamos denominarlo la guerra los embriones. Cosa triste.
No es guerra entre ellos, qué mas quisieran poder guerrear y defenderse, a mas de uno se le caería el pelo, pero no pueden ni implorar el derecho fundamental, inalienable, como es el derecho a la vida. Pero si existe un conflicto y grande por el dinero que se ha empleado en los bancos de embriones, inmensos, que después de almacenarlos no sabemos su porvenir. Pero ahí ha habido inversiones millonarias.- paradojas, que se ponga precio a una vida –cuando una sola de ellas tiene un valor incalculable, su dignidad. Algo, que estamos viendo su escasez, o su falta en muchos que critican guerras,y bien, pero alientan con sus leyes el mercado y destrucción de la vida en el indefenso.
Con la Ley de Investigación Biomédica, se podrán crear, o mejor conseguir embriones humanos para investigar en ellos. La ley nuestra permite la clonación o trasferencia nuclear “ creando el preembrión” ( la incultura biológica no tiene límites científicos ) y así se suaviza el atentado a la vida, porque es un EMBRIÓN.
Eso sí,no clonar con fines reproductores por ahora. Pero claro, nos hemos juntado con gran cantidad de embriones humanos – perdón, preembriones - ¿ que hacemos con ellos ¿. El Parlamento Europeo expuso un programa para la Investigación y Desarrollo, con la posibilidad de financiar los experimentos que se dediquen a la destrucción de embriones para extraer células madre. Habrá una gran demanda de óvulos con su consiguiente carestía. Y asistiremos a la competencia con la reproducción asistida , que necesitará embriones cuando la infertilidad se deba a patología ovárica, el “ altruismo “de la donante de óvulos oscila entre los 600 y los 1.000 euros. Este dinero ha estimulado a las “ benefactoras “ y cada año unas 8.000 mujeres ceden sus óvulos a las clínicas de reproducción artificial.
En Francia ( por ahora ) la donación es gratuita, por lo que las francesas vienen aquí a “ donar “.Lo que sí es cierto es la cantidad de dinero que mueve. Habrá como en todo, ley de oferta y demanda y lo triste que el mercadeo sea a costa de algo tan serio como son los embriones humanos. Es una confirmación más de la decadencia de nuestra sociedad, que intenta una mejora de sus condiciones de vida a costa de los mas indefensos.
Hay poca experiencia de éxitos. Eso sí, enseguida se lanzan las campanas al vuelo. Campanas que tocan a muerto. Es lo mas cierto,y todos insensiblemente tan felices, sin pensar en el precio que pagamos por las insensateces de unos cuantos científicos. La vida de miles de inocentes.