En casos de determinados padecimientos o enfermedades la necesidad de aplicar un tratamiento específico requiere de pruebas diagnósticas que deben ser realizadas en unos días y no después de meses de espera. Porque existen dolores agudos que para desaparecer o mitigarse mucho precisan de un diagnóstico preciso y claro. Y los pacientes que están en listas de espera en muchas ocasiones tienen que esperar demasiado tiempo. Es prioritario que se reduzcan los tiempos de espera. Y, especialmente, en los casos que he señalado. Por supuesto también si peligra la propia vida.

En la sanidad pública existen demoras de más de seis meses. Considero que es un periodo de tiempo excesivo. Tendría que aprobarse una ley de plazos máximos en todo el territorio nacional para evitar estos problemas en la atención a los usuarios de la sanidad.

También soy partidario de que se suprima el copago a los pensionistas y a los pacientes crónicos. Por razones obvias y que son fácilmente entendibles. Está claro que todos cotizamos durante la vida laboral a la Seguridad Social. Parece evidente que con eso debería ser suficiente. Y si no lo fuera están los impuestos.

Solamente en Asturias más de 18.000 ciudadanos están pendientes de pasar por quirófano y casi 11.000 necesitan una resonancia. Además, y esto es muy significativo, el número total de pruebas pendientes a finales de diciembre de 2016 en Asturias era de 27.907. Se podrían poner sobre la mesa más datos, pero están a disposición de los que los quieran consultar en los periódicos de forma pública.

El envejecimiento de la población por el aumento de la longevidad influye en la masificación o en el incremento de la carga de trabajo de los hospitales y centros de salud. Pero esto es algo que ya se sabe desde hace bastantes años y es necesario, a mi juicio, que el Ministerio de Sanidad o las autoridades autonómicas reaccionen y doten de más médicos, personal y aparatos a la sanidad pública. Se debe gastar más dinero para afrontar una atención de más calidad a todos los que la precisan de una forma más eficiente y rápida.

La mejora en la sanidad pública no quiere decir que se perciba que no es de buena calidad. Presupone que se producen demoras excesivas en las listas de espera que se podrían evitar delegando pruebas u operaciones en la sanidad privada como hacen en países como Bélgica. Con los correspondientes pagos como es lógico. De este modo se aceleraría todo de modo muy considerable. Otra alternativa complementaria sería destinar más fondos económicos para construir más hospitales o ampliar los existentes. Ya que, aunque es verdad que el número de camas hospitalarias, no hace falta que sea tan abundante por el avance de la medicina sigue siendo algo decisivo para garantizar la mejor asistencia sanitaria a los ciudadanos.

En Cataluña, por ejemplo, Salud registró 18.353 reclamaciones en 2015 por las listas de espera y 57.000 quejas por retrasos en la atención sanitaria. Pero hay más datos preocupantes. Parece ser por lo que dicen los medios de comunicación que 20 hospitales superar el plazo máximo estipulado por Ley para visitar al especialista. Si esto es cierto creo que se deben tomar medidas, a mi juicio, urgentes para garantizar que se cumpla lo fijado o establecido legalmente.