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No todo vale con tal de conseguir lo que se pretende

Perseverancia, inteligencia y éxito

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Parece claro que el exceso de protección no es bueno para el desarrollo de las capacidades personales de los niños y adolescentes. De niños mimados pueden surgir adultos débiles. Se entiende que, por tanto, bastantes expertos consideren que lo mejor es endurecer el carácter.

Ciertamente, ser resolutivos en la vida es una de las cosas que se logran con un carácter más fuerte y duro. Lo que no quiere decir que sea bueno ser imprudente y realizar actos arriesgados. Es entendible que la educación del carácter esté siendo valorada como algo que posee una indudable relevancia para las nuevas generaciones.

Es necesario que la sociedad tome nota y que todas las familias también eduquen en que, si están acosando a un niño o niña, desde una perspectiva ética y legal no hay que callarse y se le debe proteger. Impedir el acoso no es una opción entre otras es lo obligado y lo moralmente adecuado. Si bien esto parece que es difícil que se produzca en todos los casos de acoso, por lo que se puede observar.

El egoísmo y la comodidad es lo que suele predominar en la convivencia social actual. Como también dice Alfonso Aguiló: «Cuando una familia quiere que sus hijos no pasen las dificultades que pasaron ellos, la sociedad se vuelve más cómoda, blanda, menos esforzada». Pero, la fuerza de voluntad, la perseverancia, la constancia y la tenacidad son los verdaderos resortes que, con planteamientos inteligentes, conducen directamente al éxito en el estudio, el trabajo, la creación, y en todos los aspectos de la vida.

El hacerse rico parece ser la meta más ansiada, si se piensa en los contenidos que ofrecen los medios audiovisuales, de forma reiterativa, en series y programas. Y esto supone la creación de una falsa realidad que es ilusoria, pero que orienta la vida de un modo, a mi juicio, inadecuado. En la modernidad líquida en la vivimos, usando la expresión del recientemente fallecido Bauman no existen atajos para lograr los objetivos y las metas. Aunque estemos instalados en la era de la incertidumbre esto no supone que todo tenga que ser una lucha salvaje por imponerse a los demás para que cada individuo prospere con un feroz egoísmo.

Las buenas conductas, el respeto, la solidaridad y la cooperación y colaboración con las otras personas debe ser lo que impere. Lo que no debería ser la convivencia en la sociedad es una lucha de todos contra todos no importando lo que se hace y como se trata a los demás. Lo que no supone que no pueda existir una legitima competencia en diversos ámbitos. Ya se sabe que existen guerras y violencia que siguen azotando al mundo. Pero, es útil entender que las circunstancias y la existencia no son cuestiones que se pueden tratar con extremismos y con actitudes de todo o nada. Es conveniente que en nuestra sociedad se consolide la idea de que el fin no justifica los medios. Y, si no se educa en esto, creo que las relaciones sociales serán cada vez peores y más agresivas.

El respeto a los diferentes también es otra asignatura pendiente en nuestra sociedad, por lo que dicen psicólogos y otros expertos en estas cuestiones. Aunque siendo un buen observador de las relaciones sociales se percibe que resta mucho trabajo por hacer para lograr una sociedad más abierta y más racional y justa y que no margine a nadie por ser distinto. Lo normal es algo relativo y la diversidad es lo propio del mundo humano. La gran variedad de formas de pensar es algo enriquecedor y una profunda inteligencia con una buena disposición también.

Perseverancia, inteligencia y éxito

No todo vale con tal de conseguir lo que se pretende
José Manuel López García
sábado, 14 de enero de 2017, 11:38 h (CET)
Parece claro que el exceso de protección no es bueno para el desarrollo de las capacidades personales de los niños y adolescentes. De niños mimados pueden surgir adultos débiles. Se entiende que, por tanto, bastantes expertos consideren que lo mejor es endurecer el carácter.

Ciertamente, ser resolutivos en la vida es una de las cosas que se logran con un carácter más fuerte y duro. Lo que no quiere decir que sea bueno ser imprudente y realizar actos arriesgados. Es entendible que la educación del carácter esté siendo valorada como algo que posee una indudable relevancia para las nuevas generaciones.

Es necesario que la sociedad tome nota y que todas las familias también eduquen en que, si están acosando a un niño o niña, desde una perspectiva ética y legal no hay que callarse y se le debe proteger. Impedir el acoso no es una opción entre otras es lo obligado y lo moralmente adecuado. Si bien esto parece que es difícil que se produzca en todos los casos de acoso, por lo que se puede observar.

El egoísmo y la comodidad es lo que suele predominar en la convivencia social actual. Como también dice Alfonso Aguiló: «Cuando una familia quiere que sus hijos no pasen las dificultades que pasaron ellos, la sociedad se vuelve más cómoda, blanda, menos esforzada». Pero, la fuerza de voluntad, la perseverancia, la constancia y la tenacidad son los verdaderos resortes que, con planteamientos inteligentes, conducen directamente al éxito en el estudio, el trabajo, la creación, y en todos los aspectos de la vida.

El hacerse rico parece ser la meta más ansiada, si se piensa en los contenidos que ofrecen los medios audiovisuales, de forma reiterativa, en series y programas. Y esto supone la creación de una falsa realidad que es ilusoria, pero que orienta la vida de un modo, a mi juicio, inadecuado. En la modernidad líquida en la vivimos, usando la expresión del recientemente fallecido Bauman no existen atajos para lograr los objetivos y las metas. Aunque estemos instalados en la era de la incertidumbre esto no supone que todo tenga que ser una lucha salvaje por imponerse a los demás para que cada individuo prospere con un feroz egoísmo.

Las buenas conductas, el respeto, la solidaridad y la cooperación y colaboración con las otras personas debe ser lo que impere. Lo que no debería ser la convivencia en la sociedad es una lucha de todos contra todos no importando lo que se hace y como se trata a los demás. Lo que no supone que no pueda existir una legitima competencia en diversos ámbitos. Ya se sabe que existen guerras y violencia que siguen azotando al mundo. Pero, es útil entender que las circunstancias y la existencia no son cuestiones que se pueden tratar con extremismos y con actitudes de todo o nada. Es conveniente que en nuestra sociedad se consolide la idea de que el fin no justifica los medios. Y, si no se educa en esto, creo que las relaciones sociales serán cada vez peores y más agresivas.

El respeto a los diferentes también es otra asignatura pendiente en nuestra sociedad, por lo que dicen psicólogos y otros expertos en estas cuestiones. Aunque siendo un buen observador de las relaciones sociales se percibe que resta mucho trabajo por hacer para lograr una sociedad más abierta y más racional y justa y que no margine a nadie por ser distinto. Lo normal es algo relativo y la diversidad es lo propio del mundo humano. La gran variedad de formas de pensar es algo enriquecedor y una profunda inteligencia con una buena disposición también.

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