Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Historia | Narración
Parte I: Fantasmas asesinos

Inmerecido castigo

|

Dejar la vida andar a su ritmo lento, fenomenal, permitir el desprecio de aquel ser que nada significó para mí, que me criticó y denunció por mis acciones. Desear seguir teniendo amistades para presumir de ellas, no para que tengan mi eterna e incondicional confianza, mejor así, dejar la vida andar y contemplar los paisajes que te ofrece gratis. Dejarla y ya está, irse poco a poco creyendo que la sociedad mejorará, y tú en ella, agotándote en medio de tanta ignorancia y pudiendo escribir como la dama de la pluma, contar las cosas que me han sucedido convirtiéndome en una loca, en el fondo incomunicada, de nuestros tiempos y pidiendo a los que se crean un poco tontos, con perdón, que no las lean sólo una vez, no las comprenderían. Tantas y tantas diferencias sociales, salariales, de costumbres y razonamientos de los días del “hoy por hoy” no se lo permitiría.

…Fantasmas de arena entraron en mi cama llenándome de pesadillas sin fin que hoy, no hiere recordar, tenían armas blancas, y yo presa de miedo corrí escaleras abajo y me puse a llorar como una niñita. Volaban, se burlaban, y la arena que me arrojaban me impedía ver bien lo que pasaba, esposaron mis manos y me amarraron a una mesa, el teléfono, lejos. Era noche de luna llena, estaba sola… Nadie me visitaría aquella horrible noche.

Sus caras deformes, sus manos cuadradas, sus cuerpos esqueléticos del hambre pasada, fue largo su encierro en el viejo baúl del sótano de casa… Era tanta su rabia, ganas de venganza.

Mi temblor de piernas, mi angustia, enfrentarme al momento que no deseaba: mi final, sin ley, sin ayuda, sin Dios, sin fe.

Alargan el momento del golpe final y disfrutan contándose cuentos que no escuché jamás, de arañas rosadas, cucarachas, moscas, serpientes hambrientas que entraban por la boca de maltratados seres humanos. Decidían mi muerte levantando una espada. Larga mi agonía que aumentaba su dicha. No hay despertador, no fue pesadilla, pronto moriré devorada por ellos y lo peor, sin poder verlo, ni soñar… contarlo.

Nadie lamentará la muerte de un ángel que ya no podrá recordar más su pasado lleno de milagros, pasión, ira y gloria:

...Lo que me daba mi viejo, siempre pendiente de mí, llevándome a todas partes, solucionando mis problemas y dándome buenos consejos, lo que me ofrecía tan barato. De noche la fiesta era otra, sus largos besos y tiernos abrazos, por eso es mi gran amor, jamás nadie me ha querido como él, era especial y me llenaba por completo, ahora que se ha muerto ando buscando otro viejo que sea amable y generoso, buen amante y quiera amarme.

Año 2006, estoy de vacaciones armada de valor, jamás con pistola, viendo las flores crecer y nuestro pasado remover. Estoy de vacaciones limpias, no llorosas, que se acaban pero lo pasé bien, paseé, anduve en bici, salí con amigos y algo más que no contaré, que me llevaré a la tumba.

Año 2006, quiero conocer Italia, año 2006 que Dios me lo permita, allí a vivir iría. Año 2006 vacaciones agradables, ceremoniosas, dignas de un recordatorio.

Vivir amando, recordando lo que no fue ni será ya, viéndole los cachos a la vida, a los que me insultan... como mariposa herida voy ya, con poquísima vida por delante.

Continuará...

Inmerecido castigo

Parte I: Fantasmas asesinos
Aurora Peregrina Varela Rodriguez
martes, 29 de noviembre de 2016, 09:12 h (CET)
Dejar la vida andar a su ritmo lento, fenomenal, permitir el desprecio de aquel ser que nada significó para mí, que me criticó y denunció por mis acciones. Desear seguir teniendo amistades para presumir de ellas, no para que tengan mi eterna e incondicional confianza, mejor así, dejar la vida andar y contemplar los paisajes que te ofrece gratis. Dejarla y ya está, irse poco a poco creyendo que la sociedad mejorará, y tú en ella, agotándote en medio de tanta ignorancia y pudiendo escribir como la dama de la pluma, contar las cosas que me han sucedido convirtiéndome en una loca, en el fondo incomunicada, de nuestros tiempos y pidiendo a los que se crean un poco tontos, con perdón, que no las lean sólo una vez, no las comprenderían. Tantas y tantas diferencias sociales, salariales, de costumbres y razonamientos de los días del “hoy por hoy” no se lo permitiría.

…Fantasmas de arena entraron en mi cama llenándome de pesadillas sin fin que hoy, no hiere recordar, tenían armas blancas, y yo presa de miedo corrí escaleras abajo y me puse a llorar como una niñita. Volaban, se burlaban, y la arena que me arrojaban me impedía ver bien lo que pasaba, esposaron mis manos y me amarraron a una mesa, el teléfono, lejos. Era noche de luna llena, estaba sola… Nadie me visitaría aquella horrible noche.

Sus caras deformes, sus manos cuadradas, sus cuerpos esqueléticos del hambre pasada, fue largo su encierro en el viejo baúl del sótano de casa… Era tanta su rabia, ganas de venganza.

Mi temblor de piernas, mi angustia, enfrentarme al momento que no deseaba: mi final, sin ley, sin ayuda, sin Dios, sin fe.

Alargan el momento del golpe final y disfrutan contándose cuentos que no escuché jamás, de arañas rosadas, cucarachas, moscas, serpientes hambrientas que entraban por la boca de maltratados seres humanos. Decidían mi muerte levantando una espada. Larga mi agonía que aumentaba su dicha. No hay despertador, no fue pesadilla, pronto moriré devorada por ellos y lo peor, sin poder verlo, ni soñar… contarlo.

Nadie lamentará la muerte de un ángel que ya no podrá recordar más su pasado lleno de milagros, pasión, ira y gloria:

...Lo que me daba mi viejo, siempre pendiente de mí, llevándome a todas partes, solucionando mis problemas y dándome buenos consejos, lo que me ofrecía tan barato. De noche la fiesta era otra, sus largos besos y tiernos abrazos, por eso es mi gran amor, jamás nadie me ha querido como él, era especial y me llenaba por completo, ahora que se ha muerto ando buscando otro viejo que sea amable y generoso, buen amante y quiera amarme.

Año 2006, estoy de vacaciones armada de valor, jamás con pistola, viendo las flores crecer y nuestro pasado remover. Estoy de vacaciones limpias, no llorosas, que se acaban pero lo pasé bien, paseé, anduve en bici, salí con amigos y algo más que no contaré, que me llevaré a la tumba.

Año 2006, quiero conocer Italia, año 2006 que Dios me lo permita, allí a vivir iría. Año 2006 vacaciones agradables, ceremoniosas, dignas de un recordatorio.

Vivir amando, recordando lo que no fue ni será ya, viéndole los cachos a la vida, a los que me insultan... como mariposa herida voy ya, con poquísima vida por delante.

Continuará...

Noticias relacionadas

GatoTruffo, fiel. Te queremos muy muy bien. Eres buen tesoro.

María Herreros es una ilustradora valenciana que termina de publicar ‘Un barbero en la guerra’ (Ed. Lumen), un trabajo que no resulta fácil de catalogar. No es un cómic. No es un libro ilustrado. Es otra cosa. Una hibridación, un cruce, una suma de. Al final las hibridaciones van a consolidarse como género. ‘Un barbero en la guerra’ cuenta la historia del abuelo de la propia María, Domingo Evangelio, un hombre que con diecinueve años hubo de incorporarse a la lucha.

La demencia, más allá de una simple pérdida de memoria asociada a la vejez, representa un complejo conjunto de trastornos que afecta a la vida de quienes la padecen y supone un camino repleto de dudas y obstáculos para familiares y amigos. Este libro proporciona una completa mirada sobre los diferentes tipos de demencias, más allá del conocido alzhéimer, y revela cómo afectan y se manifiestan en cada persona.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto