
Estancada como está en el Congreso la medida de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, el gobierno del Principado de Asturias ha ido más allá y ha encargado a consultoras independientes un programa piloto para evaluar el impacto de reducir la jornada semanal a cuatro días y 32 horas.
En cuanto a su afectación en el salario, todavía no se ha determinado si conllevaría una merma en la nómina, aunque cada sector tendría que abordar la negociación de esta circunstancia en los respectivos convenios colectivos.
La Consejería de Ciencia, Industria y Empleo de Asturias quiere implementarlo a medio plazo en empresas, administración y organismos públicos, aunque en un principio se centrará en la empresa privada. Posteriormente, contemplaría la posibilidad de extenderla a otros sectores, pero sin menoscabar la viabilidad de las empresas y su productividad.
Además, el gobierno autonómico afirma que para una implantación generalizada deberá contar con el beneplácito tanto de las organizaciones sindicales como de la patronal. En cualquier caso, el proyecto estima que la participación de empresas en el citado proyecto piloto sea de forma voluntaria.
Experimentos anteriores
En España ha habido experimentos similares, como por ejemplo el que llevó a cabo el ayuntamiento de Valencia en 2023 o el de Zahara de la Sierra (Cádiz) en 2025 con resultados positivos al observar una mejora en el bienestar de las personas trabajadoras. A nivel nacional fue el Ministerio de Industria en 2022 el que abordó este tema pero no llegaron a 40 las pymes que solicitaron su participación en el estudio.
Mientras que en Europa, Islandia es el único país donde mayoritariamente se ha generalizado la jornada semanal de cuatro días, sin perdida salarial ni reducción de beneficios de las empresas. También en Gran Bretaña e Irlanda en un sector como el tecnológico se ha implementado pero no se ha extendido a otros y la vecina Francia es el país que tiene institucionalizada por ley la jornada laboral más reducida de la UE, establecida en 35 horas semanales repartidas en cinco días.
Comenzábamos diciendo que aún se está lejos de hacer realidad la reducción a las 37,5 horas semanales. El Consejo de Ministros ya dio luz verde al texto legislativo pero su trayectoria por el parlamento no ha recabado por ahora una mayoría suficiente para su aprobación, posicionándose en contra PP, Vox y Junts.
Tanto el Ministerio de Trabajo como los sindicatos han defendido que la reducción de la jornada laboral proporcionaría más descanso a los trabajadores, disminuiría los niveles de absentismo, propiciaría un mayor rendimiento laboral y una mejor conciliación de la vida laboral y familiar. Pero la patronal, argumenta que provocaría un descenso de la productividad, la desaparición de pequeñas empresas y la perdida de empleo.
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