El tiempo pasa, pero algunas esencias permanecen. Eva Cobo, aquella actriz que iluminó las pantallas con su talento y elegancia, hoy sigue brillando, aunque desde otro escenario: el de la vida real. Lejos de los focos, pero cerca de lo que realmente importa—su familia, sus proyectos y su incansable espíritu de superación—, Eva nos recibe con esa sonrisa cálida que desarma. En la actualidad es presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (ADMEC), miembro de la Federación Iberoamericana de Mujeres Empresarias (FIDE), de Empresarias y Directivas del Atlántico, miembro del Consejo de la Mujer en Cantabria y consejera del Real Racing Club de Santander.

En esta entrevista, no hablamos con un mito, sino con una mujer de carne y hueso que ha sabido reinventarse sin perder un ápice de su autenticidad. ¿Qué lecciones nos deja su viaje? Descubrámoslo juntos.
1. De joven actriz a mujer de negocios: ¿cómo recuerda aquella Eva que conquistó el cine español y qué le llevó a cambiar de rumbo? La recuerdo como una niña que creía en los cuentos de hadas, criada en una familia tradicional, con una infancia que podría decir “perfecta”, muy protegida y que de repente inició, a los 14 años y de casualidad, una carrera que empezó como una anécdota para contar en el futuro y acabó convirtiéndose en su vida hasta que a los 37 años y embarazada de su tercer hijo que dejó la profesión para dedicarse a la familia.
Cambio de rumbo: al año de perder a Carlota me mudé a Londres con mis hijos, no conseguía reponerme donde vivía y quería irme. Dónde? No importaba mucho, se decidió Londres porque así los niños podían aprender inglés. Estando allí, primero familia y amigos pedían ayuda/consejo para enviar a sus hijos, luego ya empezaron amigos de amigos y llegó un momento que el tema se empezó a desbordar. Nos unimos 3 amigas españolas y montamos una agencia para organizar la escolarización y campamentos de verano de niños españoles en Irlanda y UK. Funcionó muy bien hasta que con el COVID cerraron los colegios y empezó el school-online, ahí yo me vine a vivir a España, otra socia también se mudó y ya no podíamos ofrecer el servicio tan personalizado como nos gustaba.
Con el tema del aceite, pasó algo parecido, me daba mucha pena ir a los supermercados en Inglaterra y ver el aceite italiano en las estanterías como si fuera la panacea cuando nosotros somos los mayores productores del mundo y nuestra calidad no le envidia nada a la italiana.
Así que me asocié con un español que importaba y empezamos a traer más aceite a Londres, me fui a Rusia y les vendí a los rusos hasta que primero el COVID y después la guerra de Ucrania nos cortaron bastante las alas. Pero remonté desde España conseguí dos premios Mezquita de Córdoba Gran Oro y Oro y este año me han dado premio Plata en Japón. 2. Dicen que el mundo del espectáculo deja cicatrices. ¿Cuál fue su mayor desafío personal en esa etapa y qué aprendió de él? El mundo del espectáculo es duro, pero porque cada trabajo es una prueba, un nuevo examen en el que debes demostrar que vales. Nunca tienes nada seguro, hoy tienes trabajo y el mes que viene no y no sabes cuando lo volverás a tener si es que lo tienes. Es un trabajo totalmente vocacional y cuando me dicen, quiero ser actriz/actor, me parece un trabajo precioso pero como madre/amiga les aconsejaría que además hagan algo que les guste también. 3. Ha sido un icono de elegancia y fuerza. ¿Cree que hoy se valora igual a las mujeres que, como usted, eligieron priorizar su vida privada? Yo creo que lo importante es tener la libertad de elegir, poder valorar tus prioridades y elegir tu forma de vida. Más que valorar a las mujeres que priorizan su vida privada, a veces las circunstancias no te dejan elegir, hay que valorar a las mujeres que nos aportan valores, principios, fuerza y son ejemplo para las demás. 4. De sus hijos: ¿Qué valores cree que han heredado de usted, además del arte? Que yo hable de mis hijos: es difícil que sea realista, ya que las madres tendemos a ver a nuestros hijos con un tupido velo. Pero bueno lo voy a intentar, la que desde luego heredó la vena artística fue Carlota, cantaba como los ángeles, tocaba la guitarra y escribía poesía. Además era totalmente altruista, se daba a los demás, pasaba sus vacaciones en África, en casa me vaciaba la nevera para ir a repartir, etc…
Alejandro es serio, responsable, trabajador, como buen ingeniero, va por el libro. Está siempre pendiente de mi. Y el pequeño, Roberto es la alegría de la casa, cariñoso, muy apegado y saca unas notas estupendas. Muy amigo de sus amigos.
5. Actriz, empresaria, madre, mujer… ¿En qué faceta se siente más realizada hoy y por qué? Madre y mujer, son la base.

6-Si pudiera enviar un mensaje a esa joven Eva que debutó en el cine, ¿qué le diría? Le diría muchas cosas, pero a toro pasado todo el mundo es sabio.
7-¿Qué proyecto actual le hace levantarse cada mañana con ilusión? Si algo tengo es que sigo sonriendo, sigue dándome un rayo de sol en la cara y pienso en lo afortunada que soy. Cada día es un proyecto.
8. La vida le ha dado golpes, pero también victorias. ¿Con qué se queda de todo este viaje? La vida es un camino, y es el que por un lado nos toca (familia, país, situación económica, etc.), y el que por decisiones a veces equivocadas y a veces acertadas, elegimos. De todo ello se compone mi experiencia y lo aprendido, aunque duela, es la mía. Lo bueno y lo malo.
9. Como empresaria, ha navegado en un mundo tradicionalmente masculino. ¿Qué obstáculos ha enfrentado y qué consejo daría a las mujeres que quieren emprender? Que los obstáculos nos los ponemos nosotras mismas, hoy en día, en España tenemos grandes mujeres empresarias y algunas de ellas han empezado de cero. Yo siempre les he dicho a mis hijos que el no ya lo tenemos, vamos a conseguir el SI. Si no se consigue tampoco se tiene que ver como un fracaso, para aprender a caminar, nos tenemos que caer muchas veces primero.
10-Ha vivido épocas de gran exposición mediática y otras de discreción. ¿Qué le ha enseñado el silencio que el éxito no pudo? La discreción la elegí, sobre todo por mis hijos, quería que se criaran siendo uno más en el colegio y no se han enterado de nada hasta que eran ya adolescentes.
11-Si tuviera que definirse con tres palabras que vayan más allá de "actriz", "madre" o "empresaria", ¿cuáles serían y por qué? Soy soñadora, romántica, muy tozuda, trabajadora y de las que si ve un peligro, mi primera reacción es salir a por él.
Eva Cobo no necesita un guion para conmover. Su mirada sincera, sus palabras pausadas y esa risa que atraviesa décadas —y que mantiene esa juventud— nos recuerdan que las verdaderas estrellas no se apagan: se transforman. Hoy, lejos del brillo efímero de la cámara y del cine, ella elige otro tipo de luz: la que ilumina mesas familiares, proyectos con alma y sueños que no caben en una pantalla. Su legado ya no es solo artístico; es humano. Y eso, queridos lectores, es lo que perdura.
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