Despierta Señor los corazones que duros como piedras ignoran el horror, la enfermedad, el hambre del mundo trae Señor a la mente luz para los enajenados por el odio y su miseria egoísta, despierta Señor la mente de los gobernantes, para decir que No a la violencia, el miedo no es un arma cargada de futuro, sino la esperanza de la bandera de la paz, la ausencia de conflictos engendra paz, los judíos no son el ónfalos del mundo, el dinero de las armas es sangre derramada que las conciencias de los gobernantes se desplomen a tierra, su miseria miope no les deja ver el horizonte, horizontes de sufrimientos, hambres y miserias… mientras el dirigente se pasea en coche de lujo, su mente no ve más allá de su billetera y acciones, la miseria mental de los dirigentes mundiales es pobre, terca, miope, anublada del pedrisco, porque sólo ven a través de las gafas de su cartera, Señor los niños de Gaza claman al mundo, y el mundo les toma por pececillos de colores alimentando un poquito su acuario desnutrido y de miseria, Señor los niños de Gaza sufren y lloran cada día, y el mundo no escucha el eco de sus voces en medio de su hedonismo materialista, y nadie ve su miseria, Los científicos del orbe piensan en la medalla de la inteligencia artificial, artificial, artificial frente a la vida natural, natural, natural… Errabundos de cuidar y peinar sus perros y sus gatos… de inventar un coche más veloz… de automatizar los grandes almacenes donde supuestamente se venden dosis de felicidad, ¿Y nadie le duele el llanto de Gaza y su miseria y de la guerra? Los diplomáticos emborronan cuartillas cada día y así tranquilizan sus conciencias… una cuartilla al derecho y otra al revés, mientras los niños de Gaza suspiran en el último aliento ¿Una muerte dulce será más amable que sus miserias? Señor grita en alto en los collados y valles, y alza la voz, ¡despierta, despierta….! El ser humano es más vil que cualquier animalillo pues nunca se contenta con conseguir una sola presa, su vileza es la vagueza andante del mirar para otro lado, y ya veremos dicen los dirigentes, mañana, mañana, y mueren decenas de niños, cada día… mientras los diplomáticos emborronan cuartillas y tranquilizan su conciencia, una cuartilla al derecho y otra al revés, y rescriben decenas de tratados internacionales… Hacia la nada, hacia la muerte, Es hora de despertar del sueño, y alzar la voz Señor, un grito, mil gritos que claman ¡Despierta! y que renazca la paz y una nueva Conciencia.
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