Cada 7 de agosto Colombia celebra la batalla de Boyacá, la cual en 1819 liberó a Bogotá. En dicho feriado nacional cada 4 años se posesiona el presidente electo. En 2025, por primera vez, el mandatario constitucional se va a desplazar a Leticia para conmemorar dicha fecha.
Leticia es la urbe que es parte del pequeño pedazo del litoral norte del Amazonas que baña territorio colombiano. Esta se encuentra empotrada en una triple frontera junto con Tapatinga (Brasil) y las islas de Chinería y Santa Rosa de Yavarí (Perú).
Gustavo Petro reclama que este último islote de reciente formación debiera ser parte de su república. Cuando los tratados de demarcación territorial fueron trazados hace más de nueve décadas, Santa Rosa no existía y él reclama que la línea divisoria se encontraba en el lado más profundo del brazo del Amazonas que debiera pasar entre ambos países.
Como este río cambia constantemente su curso y hace aparecer y desaparecer islas y bancos de arena, Leticia se ha ido alejando de la parte más ancha y profunda del Amazonas fronterizo.
Santa Rosa apareció hace cuatro décadas siendo colonizada por peruanos que ya suman mil personas. A raíz de que en junio el Congreso peruano en julio decidió transformar a Santa Rosa en un distrito de la provincia de Mariscal Ramón Castilla del departamento de Loreto es que Bogotá fue aumentando sus reclamos.
Si bien la Wikipedia, Google Maps y la misma población de Santa Rosa se identifican con el Perú, Petro aduce que ello es arbitrario pues dicha isla apareció originalmente en el lado que debiera corresponder a Colombia y que hoy ha separado a Leticia de la parte más ancha, navegable y profunda del río que le es esencial para garantizar el transporte y comercio.
Debido al cambio climático y a la modificación del curso del sinuoso Amazonas, el cause de este río ahora ha creado islas y bancos de arenas que vienen bloqueando a Leticia, el estratégico puerto colombiano que les brinda acceso directo al mayor rio del planeta.
Mientras Petro va a visitar uno de los lugares más remotos de su país, su homóloga peruana Dina Boluarte se va de viaje a uno de los países más remotos (Japón e Indonesia) en otro viaje que la oposición acusa de ser intrascendente, improductivo y frívolo. Así, el gobernante izquierdista de palacio Nariño quiere dejar mal parada a la impopular presidenta peruana que es atacada por sus alteraciones de su nariz.
Este choque de patriotismos puede beneficiar a ambos gobiernos, incluyendo al peruano, el único del mundo con 2% de aprobación.
En 1932 se dio una guerra por dicha región entre Colombia y Perú que los antifascistas de ambas naciones llamaron a rechazar. En dicho conflicto, Colombia pudo derrotar a los peruanos garantizando acceso directo al Amazonas y Putumayo.
Hoy, la alcaldía de Leticia pide la calma y que continúen las constantes buenas relaciones entre las comunidades y pueblos de la triple frontera.
No es viable una nueva guerra, aunque Colombia va a querer emplear la presión diplomática para garantizar que su puerto de Leticia consiga un acceso directo a la parte del vecino Amazonas que es más ancha y con aguas más profundas y navegables.
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