Hay vidas que no caben en una sola página, ni en un solo país, ni en un solo duelo. Hay mujeres que, a fuerza de perderlo todo, se convierten en todo para muchas otras. Esta no es una entrevista, es un espejo. En él se refleja la historia de Sara Chávez: empresaria, refugiada, madre, líder. Fundadora de la revista Mujeres de Élite, su voz emerge desde las cicatrices y se convierte en altavoz de otras mujeres silenciadas por la distancia, la migración, el miedo o el olvido. Desde El Salvador a Barcelona, cruzando desiertos reales y emocionales, Sara es hoy un símbolo de resiliencia con rostro humano. Esta conversación pretende trascender lo periodístico: es una ofrenda a la dignidad, al coraje y al derecho de reinventarse incluso después del abismo.

1. Dos catástrofes naturales, una migración forzada, un asesinato, un exilio… ¿Cómo se sobrevive a tantas muertes simbólicas sin perder el sentido de la vida? Es difícil… han sido años de dolor que muchas veces he pensado porqué yo? que estoy pagando? y replantearte si existe esa divinidad creadora; pero una fuerza interna siempre me dice que todo ese dolor solo ha sido un crisol para pulirme y me aferro a ello, porque sé que es por algo grande y estoy con los brazos abiertos, dispuesto a recibirlo.
2. ¿Qué significa "hogar" para alguien que ha tenido que construirlo tantas veces desde cero? Creo que he aprendido a llamar hogar a lo único que es realmente mío, la esperanza! eso que te dice, estarás bien! independientemente si es bajo un techo, con o sin familia. el amor que la gente me ha brindado y la solidaridad que siempre he visto hacia mi persona ese ha sido mi hogar.
3. A lo largo de tu historia, ¿cuándo descubriste que ser mujer migrante no es una debilidad, sino un liderazgo en construcción? Muy joven,desde muy niña trabajaba ayudando a mi abuelo en la corta de café, mi madre nos enseñó la costura y tareas en el hogar y ser buenas estudiantes, para mi esas fueron las bases para de mayor entender que tu evolución depende de tí, que nadie te dará nada, que eres tú que debe ir a por ello. Migrar no fue una desventaja, al contrario siempre vi oportunidades que en mi país nunca tendría y decidí que era mi momento de avanzar y cambiar mi vida.
4. ¿Cómo se teje la fuerza interior cuando el cuerpo está agotado, el corazón roto y el futuro incierto? Yo creo mucho en el poder divino, esa fuerza viene de alguien poderoso, creo en Dios y sé que es él quien me sostiene, me sana y me da esperanza. 5. ¿Qué papel jugó la sororidad, la red entre mujeres, en tu proceso de sanación y empoderamiento? El saber que habian muchas mujeres con historias similares, te hace sentir arropada, sabes que no estas sola, saber que todas estamos rotas y aun dentro del dolor eres capaz de dar, de empatizar y de ayudar, de tender una mano para salvarte… es una anestesia temporal que te vuelve una mujer disponible para acompañar a otras en su propio proceso.
6. ¿Cómo nace la idea de Mujeres de Élite? ¿Fue una respuesta al silencio, a la invisibilidad o a la rabia? Mujeres de Élite nace del pensamiento consciente, de interiorizar y reconocerme sin juzgarme y sin reprochar mi suerte. En la Cruz Roja como voluntaria conocí historias de mujeres que dentro del dolor soñaban con volver a ser las brillantes profesionales, o simplemente las amas de casa, historias silenciadas por las circunstancias y parecía nadie entender ni importar. Descubrí el gran valor que tenemos las mujeres, somos dadoras de vida y para mi eso es el máximo poder que tenemos, y si tenemos esa capacidad, lo demás es liviano. la idea es buscar la verdad. inspirar, acompañar y reflejar el poder colectivo que surge cuando una mujer decide transformarse… y empieza a crear. Hay muchas mujeres como yo, que pensamos que estamos solas, y este es el medio para presentarlas y visualizarlas y devolverles un poquito de lo que se nos ha negado.
7. Has transformado tu duelo en compromiso. ¿Qué te sigue enseñando tu hijo, allá donde esté? Mi hijo me ha enseñado a transformar mi dolor en un causa poderosa que me sostiene y que me ha devuelto la vida, me ha enseñado a sacar fuerzas que no sabía que poseía, me enseña que la vida hay que vivirla con propósito y valorar cada momento, me enseña que la muerte solo es transición, que està presente cada dia y en cada acto. Todo lo que hago lleva su nombre. Por eso él es mi refugio.
8. ¿Qué supuso para ti ser galardonada con el Premio Europa? Mira yo siempre lo digo, no me siento merecedora, creo que hay muchas personas que deberían tenerlo antes que yo. Ser galardonada supone un compromiso a seguir mi lucha, mis ideales y mis propósitos, valorar que hay gente viendo tu trabajo que reconoce y validan tu labor. estoy muy agradecida porque sé que es gracias al apoyo de mucha gente.
9. ¿Crees que el dolor, bien acompañado, puede convertirse en semilla para otros? ¡Definitivamente! deja de ser ese túnel de oscuridad, la soledad más dolor es mala combinación, un solo abrazo puede ayudar, un estar sin decir nada puede ayudar, el dolor no desaparece, pero se ubica a un lado y da paso al cambio aunque sea momentáneo pero resuelve. La suma de estos momentos al final te hacen renacer y seguir luchando.
10. -En un mundo donde las migrantes muchas veces son vistas como cifras, ¿qué debería cambiar radicalmente en la narrativa pública sobre ellas? Si hay algo por lo que sufro es por esta razón, pienso que lo primero que debe cambiar es que se nos deje de ver como números o cifras, no solo somos datos en informes, somos reales y con necesidades, pero también con aportaciones, porque detrás de cada una de nosotros, hay una historia que no siempre es agradable, te aseguro que el 90% de las mujeres lo hacen por necesidades extremas, no por placer. nunca querríamos dejar familias, propiedades, vidas enteras enterradas. Venimos desgarradas, heridas, con la incertidumbre y el miedo recorriendo nuestro cuerpo. Se nos debe humanizar y dignificar, que se nos conozca de cerca que se escuchen nuestras historias, porque no solo somos victimas con tragedias, somos líderes, inspiradoras, mujeres con el coraje de reinventarnos día a día pero no podemos hacerlo sin espacios y con un sistema que nos minimiza.
11. -Si tuvieras frente a ti a una joven que acaba de cruzar la frontera de un país sin papeles, sin familia, sin certezas... ¿Qué le dirías al oído? Que lo va lograr, que no está sola, que el camino no será fácil pero, pero que ya logró lo más duro; porque es un ser invencible. solo que no lo sabe. 12. ¿Cuál es el sueño más improbable que aún no has contado en voz alta? Quiero volver a ver a mi hijo…daría lo que fuera por abrazarlo la última vez y decirle que fue lo mas hermoso y doloroso que la vida me dio.( me has hecho llorar) 13. ¿Qué has aprendido del silencio, cuando nadie te escuchaba? He llorado mucho en silencio y a causa del silencio, algunas veces sigo sintiendo que no soy escuchada, pero he aprendido que no por eso debo callar o dejar de construir mi sueño, que el silencio solo me trae paz y renovación, porque no esperas respuestas de fuera si no que nacen dentro de tí. He aprendido la escucha activa y a entender las emociones de otros.
Sara no camina, reconstruye territorios con cada paso. No habla, redibuja el lenguaje con cada palabra. Su historia no es una biografía, es un manifiesto. No se trata solo de una mujer salvadoreña que venció al exilio, sino de una mujer que decidió hacer del dolor un hogar para todas. En un mundo hambriento de referentes reales, Sara Chávez no solo merece ser leída: merece ser recordada como una de las voces más valientes del siglo XXI. Porque donde otros vieron ruinas, ella vio una red. Donde otros callaron, ella escribió. Donde muchos huyeron, ella volvió —para todas.
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