Como español normalito, de a pie, me llama mucho la atención el hecho de que, entre las siglas del Partido Socialista, destaque la “E” de español, y que nuestro presidente, Pedro Sánchez, tenga tanto empeño en querer seguir siendo presidente de nuestro país, España, cuando hace hasta lo imposible para aliarse con todos los que quieren romperla. Poco a poco cede en todo lo que demandan los separatistas. Lo último, la amnistía: preludio claro del siguiente paso, que será un referéndum o consulta disfrazada, retorciendo todas las leyes que sean necesarias para satisfacer los deseos insaciables de los separatistas, que nunca cesarán hasta lograr la separación e independencia total. Pues bien, en eso parece estar el Gobierno... y todos los votantes del PSOE. Y esto viene de lejos.
Recordemos la proclamación del Estado Catalán dentro de la “República Federal Española” en 1934, y los apoyos de aquel Frente Popular, donde ya estaban el PSOE, los comunistas y los separatistas. Vamos, los mismos que forman el Gobierno hoy. Desde la llegada de Zapatero, hace ya unos años, nos machacan con el federalismo asimétrico —es decir, desigual— donde no seremos todos iguales, y las Declaraciones de Granada y Barcelona profundizan en ese sentido. Alemania o Estados Unidos (repúblicas federales) se formaron para unir zonas separadas e independientes, pero en España ya estamos unidos. Jugar aquí a una república federal o confederal de 17 estaditos es romper una nación de siglos de antigüedad, y eso es una aberración.
Además, ¿quién puede asegurar que eso sea una buena idea? ¿Aumentará el nivel de vida de la población? ¿Se podrán mantener las pensiones en todas las republiquitas? ¿Seremos más competitivos en el exterior? ¿Bajará el paro? ¿Se ha preguntado a los separatistas si se conformarían con eso? ¿Llegaremos a esa situación —si llegamos— sin recurrir a la violencia?
Con lo expuesto, le voy a hacer al presidente Sánchez y a todos los que lo apoyan y votan unas preguntas fáciles de responder: ¿Quieren ustedes romper España? Si responden que sí, ¿por qué? Explíquenlo, den razones. ¿Tienen ustedes claro a dónde nos llevan? Por favor, piénsenlo y no jueguen con el pan, la seguridad y el futuro de esta gran nación.
Respecto a la oposición: me tienen aburrido con ese latiguillo que repiten desde hace tantos años que ni me acuerdo cuándo empezaron a usarlo, y que repiten políticos, tertulianos, periodistas e incluso gente de la calle. La frase es: “Si eso lo hubiéramos hecho o dicho nosotros, la calle ardería”, o expresiones similares. Espabila, le diría a la oposición. Está claro que hemos llegado a esta situación por algo. Si no hace nada nuevo —o lo que es lo mismo, sigue haciendo lo que ha hecho hasta ahora—, tendremos los mismos resultados. El Gobierno le tiene tomada la medida, no la respeta y hace lo que quiere en temas tan serios como el control de la Abogacía General del Estado (que pasa a ser del Gobierno), el Tribunal de Cuentas, los Letrados del Congreso, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la Fiscalía General del Estado (de hecho, es del Gobierno), la próxima Ley Bolaños, etc.
Mi pregunta a la oposición es: ¿Va a seguir quejándose como un niño que no puede hacer lo que hace el vecino, o va a cambiar y tratar de controlar la situación, en lugar de solo quejarse?
Los españoles necesitamos respuestas sencillas y claras de nuestros políticos.
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