Mientras te hacen las uñas en el centro comercial, la guerra sigue en Irán. Cinco personas trabajan en tus uñas. Una cadena de montaje rosa. Unos te hacen la manicura. Otras la pedicura. Y varias mega bombas caen sobre Isfahán. Son muy grandes y perforan mucho más. Te van a dar un tratamiento fortalecedor de tus uñas con aceite de argán. En Gaza siguen cayendo misiles israelís. Te pondrán esmalte de colores semipermanente. Lo hacen muy bien. Mientras, América e Israel bombardean Oriente Medio. Lucirás unas uñas de película en breve. Y en poco tiempo, caerán más y más bombas sobre Gaza e Irán. Muy grandes y pesadas. Para que lleguen a cualquier lugar. Puede que caigan en el patio donde jugabas de pequeña. Irán también tira misiles. Pero son más pequeños y no dan para tanto. Mientras eludes estas cosas, te van a hacer un limado de las uñas que te comes. Te comes las uñas porque estás nerviosa. Estás nerviosa porque hay cosas que te preocupan. No es Gaza ni Cisjordania. Y como te pones nerviosa te vienes a hacer las uñas para olvidarte de Gaza. Y en cinco minutos estás preparada. Como un bombardeo en Oriente Medio. Puede ser fugaz. Y también puede ser eterno como el fuego del bosque en agosto.
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