Cinco años después de una separación tan dolorosa como absurda, pienso que no es el acuerdo del siglo, pero sí un importante punto de partida para un reinicio de las relaciones entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, El resultado de la cumbre celebrada el pasado mes en Londres ha tenido el acierto de dar respuesta a las cuestiones más urgentes y de dejar encauzadas de la mejor manera posible los grandes asuntos pendientes, entre ellos la situación en que quedará Gibraltar.
Como primer gran resultado, a la espera de que se ultimen los detalles, se puede dar por cerrada la participación británica en el programa europeo de rearme, incluido el acceso a los créditos europeos. Relevante, especialmente para el Reino Unido, es el acuerdo por el que Bruselas relajará los controles sanitarios a sus alimentos, a cambio de alinearse con la normativa europea y de ceder en el políticamente espinoso asunto de la demanda francesa de ampliación del acuerdo de pesca.
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