La Unión Europea parece estar enferma, o realmente lo está. Paradójicamente, a pesar de gozar de uno de los niveles de salud más altos del mundo, nuestra sociedad muestra síntomas de estar afligida por una conocida enfermedad, que no es otra que el populismo de izquierdas, que se introduce en la cabeza de miles de ciudadanos sin que estos sean conscientes de él, sin importar su edad, sexo... Después, se extiende más allá de las personas e infecta a instituciones que determinan el destino de millones de personas.
Lejos de estar recuperándose, la sociedad europea muestra preocupantes signos de debilidad, ya que los Estados europeos están condicionados por la agenda política del populismo izquierdista.
Pero, ¿qué está pasando? ¿Nos hemos vuelto todos locos de repente? No, por supuesto que no. Es imposible que cientos de miles de personas a la vez enloquezcan y acaben votando por estas “nuevas” formas repelentes de hacer política. Lo que está pasando es que cada vez más personas se encuentran absorbidas por esas élites progres que ofrecen el oro y el moro para luego quedarse en agua de borrajas.
|