Ante la deriva que lleva nuestro país desde hace ya muchos años y ese afán de destruirnos y enfrentarnos siempre, unos contra otros, me viene a la cabeza una cita de un gran pensador romano del siglo segundo después de Cristo, Marco Aurelio, que decía:
Es terrible que el desconocimiento y la complacencia sean más fuertes que la sabiduría.
Efectivamente así es, estamos pendientes, de lo superfluo, de la sumisión, apartándonos de los problemas cotidianos y sujetándonos a unos mecanismos de defensa o escape, que hace no estar en la realidad de nuestras vidas y por lo tanto de la infinidad de problemas que aparecen en nuestra sociedad.
¿Dónde están nuestras libertades, nuestros derechos y deberes?
Estamos presenciando a diario que nuestras libertades se van perdiendo, nuestras democracias están convirtiéndose en partidocracias, definidas estas, como “aquella forma de Estado en que las oligarquías partidistas asumen la soberanía efectiva”; el partido que gobierna tiene el poder ejecutivo, legislativo y nombra a los jueces. El espíritu crítico, el diálogo, la capacidad de discernimiento se ha perdido.
D. Antonio Machado decía:
España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y María, de espíritu burlón y alma quieta…Más otra España nace, la España de cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza…, España que alborea con un hacha en la mano vengadora. España de la rabia y de la idea.
España conformista, sumisa, soportando el exceso de subidas continuas de impuestos y de precios, no pudiendo sufragar el pueblo sus necesidades básicas, Y mientras las calles a reventar de personas que se manifiestan alegremente por las victorias de sus equipos de fútbol.
Insólito, estos comportamientos que dejan mucho que desear, en vez de enfocar ese brío, esa fuerza para mejorar y exigir a nuestros representantes políticos más honestidad, más responsabilidad y menos privilegios. Señores políticos, no olviden nunca que están al servicio del pueblo y no el pueblo al servicio de ustedes.
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