Con el nombramiento de LEON XIV como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, comienza una nueva era. Dejamos atrás a una Iglesia mundanizada, desacralizada, con doctrinas confusas que llevaban al desconcierto de los fieles, sin fervor, sin sentido de lo sagrado, mucha hermandad y fraternidad pero sin padre, en la cual abundan los charlatanes, vividores y trepadores, un juicio que puede parecer severo, pero insisto una vez más: SI NO SE RECUPERA LA ADORACIÓN A LA DIVINA EUCARISTÍA Y SIN DEMORA, ESTA NUEVA ERA VA A SER MUY CORTA, Y SI ESTO NO SE LLEVA A LA PRÁCTICA, ESTEMOS VELANDO Y DESPIERTOS POR LO QUE SE NOS VIENE ENCIMA. DE DIOS NADIE SE BURLA NI SE LIBRA DE SUFRIR LA IRA DIVINA.
|