Pienso que no se pueden ni se debe llevar a una rueda de prensa los desencuentros en torno a la decisión de Hacienda de hacer obligatoria la tributación por IRPF a los receptores del Salario Mínimo Interprofesional. Estos desencuentros evidencian la falta de unidad de criterio en la dirección de la política interna y revelan la ausencia de debates técnicos de enorme trascendencia social que deben ir más allá de posiciones ideológicas. La subida del salario mínimo, las discusiones acerca de los mínimos fiscalmente exentos y del deber, o no, de tributar, no son objeto de propaganda ni publicidad institucional. Es el Parlamento el que debe discutir estas cuestiones, buscar acuerdos amplios, adoptar decisiones que reduzcan la incertidumbre y aseguren la estabilidad económica que permita crear más y mejor empleo y, por supuesto, aumentar las rentas disponibles de trabajadores y familias.
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