Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Exámenes | San Valentín | Amor | PRUEBA

El amor y los exámenes

Lo verdadero se muestra con la cotidianidad de los actos, con la naturalidad de aquel que avanza, no porque la fecha lo exija
Manuel Rebollar Barro
viernes, 14 de febrero de 2025, 09:19 h (CET)

A pesar de que parece que fue en la antigua China donde alrededor del siglo VII a.C. se creó el concepto de exámenes para lograr reconocimiento y estatus en los aspirantes que superaban la prueba, fue el siglo XIX, con el Positivismo, el que trajo a nuestro mundo la necesidad de validar el conocimiento a través de unas pruebas fijas diseminadas a lo largo del año escolar, con unos criterios que medían la valía de los estudiantes y que había que superar para obtener una titulación.


A mí, sin embargo y aunque obtenía buenas notas, nunca me gustaron. Jamás alcancé a entender por qué razón tenía que memorizar ese conocimiento establecido y prefijado para volcarlo en un folio (o dos) que mi profesor corregía y al que asignaba una nota basándose en la cercanía de mi discurso con el oficial que él me había mostrado.


Desde que llegué a la enseñanza, he intentado variar el modelo, que el esfuerzo continuado de los alumnos a través de su trabajo diario, así como de las múltiples tareas que les voy encargando para complementar mis explicaciones, los dote de conocimiento y que el aprendizaje sea consecuencia de su esfuerzo y no limitarlo a la finalidad de una nota. Muchos de mis alumnos lo agradecen, sobre todo porque comprueban que ese trabajo diario es el que les proporciona la capacidad para resolver y avanzar en cualquier problema que les surja de la materia; sin embargo, un porcentaje similar de alumnos acaba quejándose y reclamando el método tradicional, aquel con el que se sienten más cómodos, aquel en el que pueden desconectar durante todo el curso y emplearse duro el día antes del examen para obtener buena nota y, con la misma celeridad que memorizan el contenido de la prueba, olvidar lo estudiado después de ella. Dos modelos de alumno, dos maneras de ver la enseñanza y, por ende, la vida.


Llega el 14 de febrero, para uno de ellos la fecha del examen de su amor, día para el que habrán preparado toda la materia, eligiendo restaurante, regalo, ropa, incluso piropos y actitud cariñosa, tal y como exige el protocolo de la cita. Durante ese tiempo, poco importará que no se haya estudiado nada durante el curso, que incluso se haya sido mal estudiante, no haciendo los deberes que se mandan para casa o colaborando poco en el devenir de la clase, lo único que merecerá la pena, lo que trascenderá según el sistema establecido, será dónde se ha ido a cenar (con fotos que lo ilustren), qué se ha regalado más allá de las flores (con más fotos como testimonio), cómo se ha estado durante una prueba que terminará, si ha ido según lo previsto, con los postres (foto) y el epílogo amatorio (sin foto, por favor), y que, del mismo modo que todo lo que se hace por finalidad y no por consecuencia, se olvidará hasta el siguiente examen, que será, si no se olvida, el aniversario o el próximo 14 de febrero.


Nunca me han gustado los exámenes, no, tampoco el día de los enamorados. Lo verdadero se muestra con la cotidianidad de los actos, con la naturalidad de aquel que avanza, no porque la fecha lo exija, sino como consecuencia del devenir personal, aunque no haya sobresalientes en el boletín de lo instituido, habrá conocimiento y amor de por vida.

Noticias relacionadas

El último informe de la UCO detalla la actividad delictiva de una «organización criminal» integrada por altos cargos del Gobierno y del Psoe. Los jefes de esta banda no eran segundos espadas. José Luis Ábalos y Santos Cerdán han sido los hombres de confianza de Pedro Sánchez y los número dos en el Gobierno y en el partido durante años. Ellos son los dos que han llevado durante el sanchismo la manija del poder en el Gobierno y en el Psoe.

En las novelas podemos llegar a entender las acciones por las que el más vil de los asesinos cometió sus crímenes, y dejarle abierta una puerta al menos a su, digamos, salvación espiritual, porque hay páginas y tiempo para explicarlo.

Dicen que a las tres humillaciones al hombre (mejor que del hombre) hay que sumarle una cuarta. Las tres primeras son el heliocentrismo, por el cual dejamos de ocupar el centro del universo; que somos una especie animal más, por lo cual dejamos de ocupar el centro de la naturaleza; y que nuestras acciones no siempre están presididas por la razón (sino también por el inconsciente), lo cual es indiscutible.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto