Tenemos que asistir diariamente impotentes, a las maldades y estupideces que este insensible gobierno comete contra el pueblo, y pensamos que no podemos cambiar nada, que tenemos que ver asustados como este régimen nos golpea cada día con medidas hirientes e inocuas, y observamos como se vuelve cada vez más y más insoportable. Tenemos el gobierno más repulsivo que cabe imaginar, el más hipócrita, y al mismo tiempo el más tonto. Se ha convertido.
Pero no sólo el gobierno es innoble, mentiroso, abyecto e hipócrita, también el parlamento. Por si lo anterior no fuera suficiente para abatirnos, la justicia, en este país, desde hace décadas, pero ahora se nota más, apoya estos innobles y abyectos abusos que el Estado comete contra sus ciudadanos, salvo honrosas excepciones, haciendo caso omiso de la separación de poderes. Pero cada pueblo y cada sociedad, tiene los gobernantes que se merece. Las condiciones políticas, democráticas y sociales en este país son en estos momentos tan deprimentes que no permiten más que noches de insomnio.
Todos los días ve uno, con espanto, cada vez mayor, la decadencia de este país destruido, de este Estado corrompido y de este pueblo embrutecido, y la gente ve y siente todo esto, pero no hace nada para remediarlo.