Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Psicología y sexualidad
Etiquetas | Preocupación | Problemas | emociones | Sentimientos | Psicología

​Cuando tengo un problema, ¿me preocupo demasiado?

Nos enseñan a no darle importancia a los sentimientos ni a las emociones, a no mostrarlas, a ser fuertes y fríos en determinados momentos para no parecer vulnerables
Violeta Torrejón
miércoles, 6 de noviembre de 2024, 09:33 h (CET)

Es inevitable que durante el transcurso de la vida no nos sucedan acontecimientos que nos hagan preocuparnos por lo que nos está ocurriendo y por cómo influirá en el futuro o incluso en el mismo presente. Existen personas que son más propensas a disminuir los problemas y otras que los exageran, pero todo depende de la intensidad del problema y de la manera que tengamos de gestionar y proporcionar soluciones.


Pexels olly 3771129


Y es que nadie está exento de vivir sin influencias externas que, de vez en cuando, sacuden todo su mundo, porque el día a día es ir actuando conforme a las situaciones que se nos presentan ya sea en la familia, con amigos, en el trabajo o con nuestros hijos. Cada pequeña interacción generará un sentimiento que puede ser positivo o negativo sobre el desarrollo del resto del día.


Los seres humanos a veces somos egoístas porque hasta que no nos ocurren determinadas cosas no sabemos el dolor o la magnitud de las consecuencias, pero si les sucede a los demás, tenemos la tendencia de minimizarlo o decir frases como “son cosas que pasan”. Y la realidad es que desde fuera todo parece más simple, más sencillo y sobre todo, más fácil de solucionar.


Cada persona tiene su manera de vivir y de afrontar los diversos problemas que pueden ir apareciendo y depende más de lo que una persona arrastre en su mochila emocional que de la manera de afrontarlo. Podemos ver a personas que tienen situaciones similares y observar cómo uno se puede derrumbar mientras que el otro, lo asume y sigue adelante luchando. Y ni uno es mejor ni el otro es peor, sino que son diferentes maneras de tomarse la vida. No es que uno se preocupe poco y el otro demasiado, sino que depende de la ingeniería emocional de cada uno de los individuos y del apoyo externo que reciba. Porque lo primordial para saber solucionar un problema es asumir que existe y obviamente, tener un apoyo real y eso hoy en día, no es algo tan sencillo de obtener debido al ritmo actual de la sociedad. 


Nos enseñan a no darle importancia a los sentimientos ni a las emociones, a no mostrarlas, a ser fuertes y fríos en determinados momentos, porque sino pareceríamos vulnerables de cara a los demás y eso en algunos contextos, es fracasar. Tenemos que ser emocionalmente duros para demostrar que podemos con la vida pero en realidad la vida a veces, puede con nosotros y no es malo preocuparse por temas que nos están afectando por mínimos que nos puedan parecer.


Y es que si algo nos está doliendo es porque debe ser tenido en cuenta y ya da igual de qué se trate pero no debemos pensar que nuestros sentimientos no tienen cabida y que se trata de tonterías porque es de magnitudes ínfimas ya que si lo tenemos ahí es que debe ser resuelto y darle la importancia que tiene. Y nadie puede juzgar la manera en la que nos afectan las cosas porque cada ser humano es diferente al resto y nadie es igual que nadie. Cada uno hemos nacido en una familia con un ambiente determinado en la que se ha ido conformando nuestra personalidad acorde a factores biológicos y también, ambientales. Cada vivencia del pasado afectará nuestro comportamiento futuro. Y podremos pensar que somos más o menos fuertes pero nadie debe valorar nuestra actitud si con eso, nos hace sentir mal porque si alguien quiere estar a nuestro lado, lo que debe hacer es ayudar y no criticar.


Y es por eso, por lo que el mismo problema para uno puede no tener apenas importancia y para otra persona en cambio, ser el fin del mundo. Uno puede encontrar soluciones ante un evento desafortunado y otro, por el contrario, hundirse en la miseria emocional. Pero sea de un modo u otro, para esa persona a la que le cuesta más hay que darle tiempo, hay que respetar sus ritmos para que pueda analizar y gestionar acorde a la energía que pueda tener para tratar la evolución y preocupación del problema.


Nadie es más fuerte por aparentar no tener problemas ya que la vida en sí misma es una constante de contratiempos donde habrá veces que estemos arriba y otras, abajo pero de cada uno depende aprender a vivir de la mejor manera posible porque habrá ocasiones en las que no quedará más remedio que aprender a existir con la constante de algunos problemas que permanecerán en el tiempo ya que no podremos resolverlos pero a pesar de todo, cada día, seremos supervivientes de algunas realidades que la vida nos ha puesto delante sin posibilidad de elección. 

Noticias relacionadas

Hay personas que se levantan cada día buscando desafíos, adrenalina, retos que activarían cualquier sistema de recompensa. Otras, sin embargo, viven atrapadas en una forma más insidiosa de activación: una búsqueda inconsciente de cortisol, de angustia conocida, de problemas por anticipar. Como si necesitaran una dosis diaria de preocupación, de fracaso o de dolor emocional para sentirse “en casa”.

La depresión no siempre se manifiesta como una tristeza visible. A veces es una ausencia: de sentido, de energía, de palabras. Hay quienes conviven con un dolor sordo, un deseo de desaparecer, y sin embargo… siguen aquí. ¿Por qué? ¿Cómo? A veces por algo tan simple —y tan complejo— como una excusa, una canción, una conversación. A veces quedarse con vida ya es, en sí mismo, un acto de esperanza.

Cuando formamos parte de una sociedad también lo hacemos con los grupos que más afines son a nosotros porque compartimos aficiones o gustos. Nos sentimos plenos con ellos y nos aportan algo que otros no pueden darnos. Pero sin querer nos empezamos a comparar con aquellos que tenemos más cercanos, ¿Por qué esa tendencia a querer aquello que no tenemos? ¿Por qué deseamos lo que otros tienen?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto