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Facilita y posibilita la consolidación de altos niveles de intercambio y productividad

La trascendental firma del acuerdo de paz en Colombia

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La firma del acuerdo de paz entre la Farc y el gobierno colombiano, es un acto de suprema importancia para la región. Ello en el marco de desarrollo que se plantea a nivel continental. Sólo a nivel comercial facilita y posibilita la consolidación de altos niveles de intercambio y productividad, tanto en el sector industrial, turismo, manufactura y agrícola. Incluso es posible que la producción agrícola se dedique a la explotación de otros rubros que en los actuales momentos no se toman en cuenta.

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Existen muchas empresas latinoamericanas que a pesar de haberse expandido por varios países de la región, miraban con cierto recelo establecer actividades comerciales en el país neogranadino, el sector automotriz es una de ellos. Páginas especializadas en el tema del comercio de vehículos en la región como MotorBit, muestran las diversas uniones tanto en el campo automotriz, como del mercado energético, reflejando la ausencia de Colombia en muchas de estas alianzas. Recordemos que uno de los blancos constantes de ataques y atentados, fueron los gasoductos y los transportes de combustible.

Ahora en la región se gana un espacio para la seguridad que trasciende a los países fronterizos, específicamente, Venezuela y Ecuador, naciones que se vieron afectadas por el desplazamiento del conflicto armado.

Queda mucho por definir en la resolución definitiva del conflicto, pero es indiscutiblemente un paso trascendente del acuerdo de paz. Queda pendiente el refrendar el acuerdo y darle un piso de legitimidad y gobernabilidad con la consulta a la nación sobre la aprobación del acuerdo. Dicha votación les permitirá a los colombianos manifestar su voluntad de aprobación o no del acuerdo. Queda pendiente la reparación de daños sufridos por una significativa parte del pueblo colombiano, ya sea por desplazamiento, pérdida de propiedades, muertes de familiares. Queda pendiente todo el tema de sometimiento a la justicia de los distintos sectores involucrado en el conflicto y que cometieron distintos delitos. Es necesario señalar que en estos delitos están inmersos no sólo las fuerzas militares de la guerrilla, sino los distintos grupos paramilitares, militares y políticos.

Al evento de la firma del acuerdo acudieron en respaldo distintos mandatarios del continente y el mundo, así como delegaciones de muchas naciones. Es importante señalar que asistieron incluso personalidades y naciones que inicialmente se opusieron a dicho acuerdo.

Ahora se abre una nueva relación política y de modelos en sociales y de producción en Colombia, que de seguro, incidirá en el resto del continente.

Es de celebrar este acuerdo luego de 52 años de guerra y alta conflictividad que se generó en esa nación sudamericana, de hecho, era el grupo armado de mayor tiempo de lucha. Era la guerra más vieja de mundo.

Se resolvieron conflictos de gran intensidad en distintas partes del continente y en otras latitudes, y jamás se vislumbró una solución pacífica, dialogada, política al conflicto colombiano.

Queda transitar por todo un ciclo de adaptabilidad, de ajuste, de cerrar heridas, de perdones, de dinámicas democráticas reales y no sólo formales. Pero de seguro, esta firma cambiará toda la estructura de la nación Neogranadina.

Debemos recordar que en Colombia se llegó a firmar acuerdos de paz con otros grupos guerrilleros pero los mismos no terminaron bien. Esa herencia pesa y marcó los protocolos y acuerdos con los que se firma el presente acuerdo. Todos temen que se repita la historia de la Unión Patriótica, grupo político conformado por exguerrilleros que alcanzó grandes avances en la estructura de gobierno al ganar un espacio de participación. Ellos habían entregado sus armas y que terminaron masacrados o muertos a lo largo del tiempo.

Un viento de esperanza y paz cruza hoy al continente americano.

La trascendental firma del acuerdo de paz en Colombia

Facilita y posibilita la consolidación de altos niveles de intercambio y productividad
Redacción
viernes, 30 de septiembre de 2016, 09:56 h (CET)
La firma del acuerdo de paz entre la Farc y el gobierno colombiano, es un acto de suprema importancia para la región. Ello en el marco de desarrollo que se plantea a nivel continental. Sólo a nivel comercial facilita y posibilita la consolidación de altos niveles de intercambio y productividad, tanto en el sector industrial, turismo, manufactura y agrícola. Incluso es posible que la producción agrícola se dedique a la explotación de otros rubros que en los actuales momentos no se toman en cuenta.

3009162

Existen muchas empresas latinoamericanas que a pesar de haberse expandido por varios países de la región, miraban con cierto recelo establecer actividades comerciales en el país neogranadino, el sector automotriz es una de ellos. Páginas especializadas en el tema del comercio de vehículos en la región como MotorBit, muestran las diversas uniones tanto en el campo automotriz, como del mercado energético, reflejando la ausencia de Colombia en muchas de estas alianzas. Recordemos que uno de los blancos constantes de ataques y atentados, fueron los gasoductos y los transportes de combustible.

Ahora en la región se gana un espacio para la seguridad que trasciende a los países fronterizos, específicamente, Venezuela y Ecuador, naciones que se vieron afectadas por el desplazamiento del conflicto armado.

Queda mucho por definir en la resolución definitiva del conflicto, pero es indiscutiblemente un paso trascendente del acuerdo de paz. Queda pendiente el refrendar el acuerdo y darle un piso de legitimidad y gobernabilidad con la consulta a la nación sobre la aprobación del acuerdo. Dicha votación les permitirá a los colombianos manifestar su voluntad de aprobación o no del acuerdo. Queda pendiente la reparación de daños sufridos por una significativa parte del pueblo colombiano, ya sea por desplazamiento, pérdida de propiedades, muertes de familiares. Queda pendiente todo el tema de sometimiento a la justicia de los distintos sectores involucrado en el conflicto y que cometieron distintos delitos. Es necesario señalar que en estos delitos están inmersos no sólo las fuerzas militares de la guerrilla, sino los distintos grupos paramilitares, militares y políticos.

Al evento de la firma del acuerdo acudieron en respaldo distintos mandatarios del continente y el mundo, así como delegaciones de muchas naciones. Es importante señalar que asistieron incluso personalidades y naciones que inicialmente se opusieron a dicho acuerdo.

Ahora se abre una nueva relación política y de modelos en sociales y de producción en Colombia, que de seguro, incidirá en el resto del continente.

Es de celebrar este acuerdo luego de 52 años de guerra y alta conflictividad que se generó en esa nación sudamericana, de hecho, era el grupo armado de mayor tiempo de lucha. Era la guerra más vieja de mundo.

Se resolvieron conflictos de gran intensidad en distintas partes del continente y en otras latitudes, y jamás se vislumbró una solución pacífica, dialogada, política al conflicto colombiano.

Queda transitar por todo un ciclo de adaptabilidad, de ajuste, de cerrar heridas, de perdones, de dinámicas democráticas reales y no sólo formales. Pero de seguro, esta firma cambiará toda la estructura de la nación Neogranadina.

Debemos recordar que en Colombia se llegó a firmar acuerdos de paz con otros grupos guerrilleros pero los mismos no terminaron bien. Esa herencia pesa y marcó los protocolos y acuerdos con los que se firma el presente acuerdo. Todos temen que se repita la historia de la Unión Patriótica, grupo político conformado por exguerrilleros que alcanzó grandes avances en la estructura de gobierno al ganar un espacio de participación. Ellos habían entregado sus armas y que terminaron masacrados o muertos a lo largo del tiempo.

Un viento de esperanza y paz cruza hoy al continente americano.

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